Cerdos para China: lluvia de críticas obligó al Gobierno a cambiar pautas ambientales y el acuerdo pasó para noviembre
Por Patricio Eleisegui
La intención oficial era abrochar el memorándum el martes 1° de septiembre.
Los chinos pidieron tiempo para revisar las modificaciones aplicadas
El aluvión de críticas recibidas por el impacto ambiental que generará el eventual acuerdo para proveerle carne de cerdo a China hizo efecto y, a contramano de la obsesión política, el Gobierno aplazó para noviembre la firma del memorándum de entendimiento con la potencia asiática.
La intención oficial era formalizar la relación mañana martes 1° de septiembre.
La novedad, que viene sacudiendo las redes sociales en las últimas 24 horas, se comunicó de forma escueta a través de un "tuit" publicado durante la noche del domingo en la cuenta oficial de la Cancillería.
"Hemos incorporado especialmente al Memorándum de Entendimiento con China un artículo donde se asegura el respeto de las leyes de protección ambiental, los recursos naturales y la bioseguridad. Por eso, su firma se atrasará hasta noviembre", se expresó en dicho espacio.
A partir de este movimiento, iProfesional tomó contacto con fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto quienes indicaron que el Gobierno procurará cerrar el acuerdo en el marco de la intervención argentina en la feria internacional de Shanghai.
"En noviembre deberíamos viajar, aprovechamos y lo firmamos ahí", informaron las fuentes consultadas.
Respecto del freno explicitado el domingo, las voces interpeladas expusieron que se tomó la determinación ante el pedido chino de revisar lo sumado a último momento por el oficialismo en términos de pautas ambientales.
Desde Cancillería se indicó que "se incorporaron artículos", dando cuenta que el cambio es más amplio que lo notificado en el "tuit".
Respecto de las características de esta modificación, la respuesta formal consistió en exponer que el memorándum -con las pautas ahora incorporadas- "promueve las buenas prácticas ambientales para que las actividades no sólo sean respetuosas de las leyes ambientales sino que además contribuyan a promover la salud de los ecosistemas y la protección de los recursos naturales en las regiones directamente involucradas".
El proyecto en cuestión, que contemplaría desembolsos asiáticos por casi 4.000 millones de dólares, procura garantizarle a China hasta 900.000 toneladas anuales de carne de cerdo y contempla el desarrollo de mega granjas con capacidad para albergar a 300.000 hembras.
Aunque puertas hacia afuera el Gobierno continúa esquivando los pronunciamientos, muy cerca de la cartera de Agricultura reconocen que Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe son las provincias que marchan al frente en términos de eventuales primeros destinos de inversión.
Detalles del proyecto
La intención del Gobierno, de acuerdo a un documento al que accedió iProfesional, es impulsar granjas de 12.000 "madres" dotadas con plantas de prensado de soja y maíz transgénicos -para la alimentación del ganado porcino-, instalaciones de balanceado, frigoríficos para la exportación de lo faenado y áreas de empaque.Los módulos en cuestión se instalarán en zonas dotadas con establecimientos agropecuarios de, como mínimo, 100 hectáreas.
Y en puntos del país que garanticen la disponibilidad de al menos 17.000 hectáreas de maíz y soja.
Este aspecto recorta las posibilidades de las provincias que carecen de estos transgénicos para el forraje.
Según la hoja de ruta oficial, las granjas se levantarán en áreas que puedan aportar un flujo de agua del orden de los 1,5 millones de litros diarios.
Otra pauta establecida en el proyecto: la producción intensiva se llevará a cabo en "terreno consolidado no inundable en los últimos 50 años".
Hay más: las provincias que procuren ofrecer su territorio para la radicación de estos complejos deberán contar con una buena infraestructura en términos de caminos, disponer de conexión ferroviaria y, además, garantizar mano de obra.
La postura oficial, de acuerdo al proyecto, comprende el "aprovechamiento de los recursos presentes en la locación, como así también de los productos secundarios que se generen de la industrialización in situ de los diferentes procesos."
Se trata de una propuesta a desarrollar en el lapso de 6 años mediante la cual China apunta a recuperar el stock de carne que perdió a partir de la matanza de cerdos que llevó a cabo el año pasado tras un brote de peste africana.
Las autoridades sanitarias de ese país aniquilaron al 40 por ciento del ganado porcino y la posterior escasez de productos derivó en la decisión de salir a buscar superficies en el mundo para criar los animales que necesita la potencia asiática.
Si bien Brasil es el socio comercial predilecto en esta región, las sucesivas devaluaciones argentinas redireccionaron el interés de los chinos, que en Asia producen un kilo de carne de cerdo a razón de los 2 dólares de inversión mientras que aquí podrían generarlo por apenas 70 centavos de la misma moneda.
Impacto ambiental
Los puntos de cría promoverían en muy poco tiempo un caudal de nacimientos cercano a las 6 millones de cabezas anuales.Semejante volumen, exponen distintas organizaciones sociales y ambientalistas, derivaría en un nivel de contaminación inédito en agua y suelos.
Según reportes de Greenpeace, en países de producción porcina intensiva como México los establecimientos como los que pretende promover el Gobierno generan emisiones diarias de gases letales -dióxido de carbono y metano, entre otros- en un rango similar al funcionamiento, en simultáneo, de millones de vehículos.
fuente
"iProfesional", 31.08.2020