Macri regresa al país más alegre que nunca
Los efectos reenergizantes del acuerdo anunciado entre el Mercosur y la Unión Europea.
Los errores no forzados de Alberto Fernández.
Recién llegado de su gira oriental, el Presidente siente que vuelve a otra Argentina.
O a la misma, pero con otro humor oficial.
La razón del nuevo optimismo es el anuncio del acuerdo logrado entre la Unión Europea y el Mercosur, después de 20 años de intentos fallidos.
En cambio ahora, su candidato presidencial sale a criticar el mismo acuerdo que antes estaba bien para el gobierno K.
CFK Y FRANCOIS HOLLANDE
Y en la discusión de modelos de inserción en el mundo, el kirchnerismo tiene poco que ganar recordándole a los votantes moderados los acuerdos con Venezuela, Angola o Irán.
Alberto no para de hacerle regalos de campaña al Gobierno.
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Ahora, hay que reconocer que este milagro de que se distraiga la discusión económica de la urgencia alimentaria y productiva hacia entelequias sobre la globalización no obedece a la pericia de la Casa Rosada ni a la impericia de Alberto Fernández.
Más bien responde a otras variables estructurales de la actualidad económica.
Ninguno de los dos bloques muestran hoy la solidez que ambos proyectaban hace dos décadas.
De hecho, el propio Bolsonaro puso en cuestión la vigencia del Mercosur apenas asumió.
Y en Europa, procesos como el Brexit y la emergencia de los ultras plantea dudas sobre la continuidad del bloque y de su moneda única, que por ejemplo en Italia está siendo relativizada por planes cuasimonetarios de emergencia.
Es decir que este acuerdo no viene tanto a consolidar la política globalizada de bloques, sino a intentar rescatarla del fantasma de nacionalismo proteccionista que recorre el planeta.
Y, justo es valorarlo, él no duda en capitalizarlos para construir identidad y relato de gobierno.
De estas coincidencias se suelen alimentar las campañas.
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