17 may 2021

FUTURO AMENAZADO

 



FUTURO AMENAZADO



¿Tiene remedio el populismo en América Latina?

 

 

El profesor Zanatta es historiador especializado en populismo latinoamericano. Su libro más reciente es Fidel Castro: el último rey católico.

 

Triunfo de Hugo Chávez en 1998: cómo era la Venezuela en la que triunfó  Chávez hace 20 años (y en qué se parece a la actual) - BBC News Mundo

Hugo Chávez, al centro, en las calles de Caracas en noviembre de 2006Credit...Tyler Hicks/The New York Times

 

BOLONIA, Italia — El populismo está en todas partes, pero América Latina es su paraíso.

Cristina Fernández de Kirchner se presentó sin tapaboca en la inauguración del Congreso argentino. 

López Obrador, en México, dice que no lo usará hasta cuando “no haya corrupción ya”

Las normas se establecen para las mayorías pero los líderes populistas están por encima de ellas.

El pueblo debe ver a sus líderes y adorarlos

El “pueblo con la fe en Dios, luchando contra los Caínes”, dice Daniel Ortega, presidente de Nicaragua.

El populismo es una marea creciente.  

Al regreso del kirchnerismo con Alberto Fernández en Argentina y del nacionalismo mexicano de la Cuarta Transformación obradorista, se suma el de Evo Morales en Bolivia a través de su delfín Luis Arce

La ola sufrió una resaca con la elección del banquero Guillermo Lasso en Ecuador, pero podría seguir avanzando cuando Pedro Castillo, a la izquierda, o Keiko Fujimori, a la derecha, triunfe en Perú en la segunda vuelta en junio. 

El Grupo de Puebla, donde se reúnen los intelectuales de la izquierda populista, tiene viento en popa y le hace guiños a los primos menos presentables del populismo de izquierda: Venezuela, Nicaragua y Cuba.

 

El kirchnerismo regresó con Alberto Fernández en 2019.  

  Credit...Foto de consorcio de Natacha Pisarenko/EPA vía Shutterstock

 

Luis Arce y Evo Morales celebran el 26 aniversario del partido del Movimiento al Socialismo en La Paz, Bolivia.

Credit...Juan Karita/Associated Press

 

¿Es el populismo el código genético del pueblo latinoamericano, el destino de su cultura, insensible a la tragedia venezolana, la decadencia argentina, el totalitarismo cubano, el sultanismo nicaragüense? 

¿No pueden los latinoamericanos vivir la política sino como religión? 

Así creen los populistas.

¿Porque tanto populismo

Y sobre todo: ¿qué es? 

No hay consenso al respecto. 

La mejor definición es la más minimalista: el populismo es nostalgia de absoluto, homogeneidad, unanimidad, más allá de su filiación ideológica formal a la derecha o la izquierda. 

De ahí su impulso totalitario a borrar los límites entre individuo y comunidad, política y religión.

Su avance actual es una pésima noticia en una región donde la democracia siempre ha sido endeble.

En el plano político, inclina la cancha, se apodera de las instituciones del Estado para perpetuarse en el poder

En el plano social, incita a la guerra entre ricos y pobres y lucra con el resentimiento y el odio arrojando sal sobre las heridas en lugar de curarlas. 

En el plano económico, sacrifica la producción a la distribución, el desarrollo a largo plazo a la dádiva inmediata, un futuro viable al consenso en el presente

Ahora que se enfrenta a la escasez y no al boom de las materias primas que años atrás le permitió a los líderes populistas liberalidades, es previsible que ofrezca recompensas morales: retórica maniquea y simbolismo revolucionario a cambio del empobrecimiento, los abusos de poder, los conflictos y las migraciones masivas que genera.

Es que el populismo de América Latina expresa en la era de las masas la visión orgánica del mundo que la forjó en la época colonial dominada por lo sagrado. 

Su relato repite siempre el mismo patrón: érase una vez un pueblo que vivía en paz y armonía pero cuya unidad se desmoronó a causa de una élite corrupta

No cualquier pueblo, sino el pueblo elegido de los pobres, los últimos, los nadie a la espera de un Mesías que los redima, de una figura paterna —y algunas veces también materna— a la que, por tanto, se le coloca en un pedestal de superioridad moral.

En palabras del politólogo holandés Cas Mudde, la élite se desprendió del pueblo puro amenazando su identidad, contaminando su cultura. 

Hasta el día que un Hugo Chávez o un Nayib Bukele, llegó a salvarlo y a llevarlo a la tierra prometida

Esa es la cultura hegemónica del populismo y los principios liberales de la ilustración apenas ha arañado su armadura. 

Su imagen romántica no tiene fundamento en la realidad latinoamericana de hoy.

Una camiseta con una imagen de presidente Nayib Bukele en un mercado en San Salvador, El Salvador.

 Credit...Salvador Melendez/Associated Press

 

¿Por qué sorprenderse de que sus líderes se erijan en profetas? 

Un patrón familiar a monoteísmos y populismos, es una impronta religiosa. 

Su pueblo es una comunidad de fe, su pureza, la del Edén; la corrupción es el pecado original y la caída a la historia, imperfecta y caduca.

En el humus de la religión antigua crecen sus religiones políticas

El mito del buen salvaje, decía el pensador venezolano Carlos Rangel, alimenta el del buen revolucionario. 

Por eso, las clases secularizadas tildan a los líderes populistas de demagogos y las masas populares los creen santos.

El momento populista —junto a la crisis que exalta su potencia mesiánica—, se origina en una mezcla de fragmentación social, desintegración cultural y desestabilización moral

Eso fueron el Caracazo en 1989, el estallido del gobierno argentino en 2001, la Operación Lava Jato brasileña en 2014. 

Todos estos son rasgos típicos de la modernidad, de su crónica descomposición de lazos, identidades y culturas: innovaciones tecnológicas, migraciones, abismos generacionales, nuevas fronteras éticas, modas globales, están presentes en el populismo de hoy.

Así se entienden los ciclos históricos de América Latina. 

Un rebote populista sigue a cada era cosmopolita y secular. 

Así fue con Lázaro Cárdenas en México, Getúlio Vargas en Brasil y Juan Domingo Perón en Argentina después de la era liberal, así con la Revolución cubana y sus émulos después de la ola democrática de posguerra, así desde el fin del Consenso de Washington a nuestros días. 

A la sociedad abierta y laica, el peronismo opuso el telurismo de la tradición católica (1); el chavismo, el de los caudillos rurales; el indigenismo boliviano, el etnocentrismo. 

El populismo no es un ave de paso en América Latina sino un actor protagonista, aunque cambie de nombre y forma.

Hasta aquí los populismos se parecen todos.

Expresan, señaló Isaiah Berlin, un afán comunitario. 

Prometen unificar al pueblo. Pero su pueblo no es el constitucional; es histórico y moral, custodio exclusivo de una identidad. 

Como tal, es el único pueblo legítimo: gobernaré “con el pueblo”, declaró Nicolás Maduro frente a la derrota en las elecciones parlamentarias de 2015

Parece absurdo, pero no lo es para la lógica populista

Para ella, se trata de la eterna lucha del bien contra el mal, del pueblo de Dios contra el antipueblo

Por eso los populismos transforman la dialéctica política en guerra de religión, donde “nosotros” equivale a virtud y armonía, el pueblo angelical. “Ellos”, en cambio, son el “gusano” deshumanizado del castrismo en Cuba, el “escuálido” del chavismo.

 

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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.