AUTOPSIA Y ECONOMÍA
La aceleración de la inflación y el aumento de la deuda pública tienen como principal impulsor la forma de financiamiento del déficit fiscal
Por: Roberto Cachanosky
El gobierno ha demostrado que en todos los temas hace una épica y termina en un rotundo fracaso.
Fracaso que luego lo explica buscando algún culpable.
La pandemia, el FMI, la herencia de Macri, los empresarios, los runners y un interminable listado de culpables inventados por el gobierno para no aceptar sus fracasos.
En esta semana comienzan dos nuevas épicas y luchas contra los “culpables” para justificar su incapacidad para resolver los problemas. El primero tiene que ver con el acuerdo con el Club de París y el FMI.
En efecto, pocas semanas atrás el ministro de Economía, que no maneja ningún variable económica y se limita a renegociar la deuda, volvió de Europa sin una solución a la deuda que dejó Kicillof en 2014, cuando acordó con el Club de París y terminó pagando casi el doble de lo que debíamos.
El mismo que critica el endeudamiento el gobierno anterior, hizo un acuerdo con el Club de París por el doble de lo que había que pagar.
A las pocas semanas de su regreso de Europa, el presidente viajó nuevamente a Europa junto con el ministro de Economía a resolver el problema de la deuda.
Dicho, en otros términos, el ministro de Economía quedó reducido a la función de secretario de Finanzas, pero en los hechos es el presidente el que fue a tratar de renegociar esa deuda, con lo cual el presidente Alberto Fernández termina haciendo el trabajo del secretario de Finanzas.
Y, por lo que se ve, no parece haber resultado muy exitoso de su gestión.
En efecto, en el Club de París le había dicho al ministro Guzmán que antes de poder extender el plazo del vencimiento de la deuda, primero tenía que arreglar con el FMI.
El problema es que para poder arreglar con el FMI el gobierno quiere dos cosas: 1) que le extienda el plazo de vencimiento del plazo y 2) que le baje la tasa de interés.
Todo esto sin presentar un plan económico consistente o, al menos, medianamente consistente.
Porque además pretenden seguir haciendo populismo y que el resto del mundo se los financie a tasa subsidiada.
Ahora bien, ¿es realmente el acuerdo con el FMI un problema serio en términos de la tasa de interés?
¿Cuál es el problema con el FMI?
Argentina tiene, de acuerdo a la cuota parte que le corresponde por los aportes que hizo al FMI, un monto determinado de acceso al crédito.
Recordemos que los fondos que dispone el FMI provienen de los aportes que hace cada país.
En otras palabras, los fondos que dispone el FMI para prestarles a los países provienen de lo que aportan los contribuyentes de cada país.
Por eso, cuando Argentina accede a un crédito del FMI está recibiendo dinero que puso el contribuyente norteamericano, francés, inglés, francés, etc.
Cuando en 2018 Argentina acordó con el FMI. superó ese límite que tenía acordado.
Por esa razón hoy paga una sobretasa.
Un préstamo del FMI tiene un costo de 1,05% anual.
Como Argentina excedió el monto que le correspondía por su cuota parte, paga una tasa de 3,05% anual.
Ahora bien, si en el próximo vencimiento no cumple con el pago y extiende el plazo, tiene otra sobre tasa otro punto más.
Pero hasta el momento la tasa que paga, de acuerdo a lo que informa la Secretaría de Finanzas del Ministerio de Economía, es de 3,05%.
La deuda con el FMI a marzo pasado suma US$ 45.229 millones, de manera que los intereses a pagar este año por el préstamo tomado en 2018 suman US$ 1.371 millones.
Al tipo de cambio al momento de redactar esta nota, suman $ 134.358 millones anuales, aproximadamente.
Al mismo tiempo, el BCRA, que coloca deuda para absorber la emisión monetaria, deuda cuya institución no tiene capacidad de pago ni del principal ni de los intereses, suma $ 3,5 billones.
Es decir, la deuda del BCRA en LELIQs y PASES es, al tipo de cambio vigente, el equivalente a US$ 35.700 millones.
Todas las reservas netas que tiene el BCRA no alcanzan para pagar esta deuda.
Puesto en otros términos, la deuda que colocó el BCRA para absorber la emisión fruto del déficit fiscal, equivale al 79% de la deuda con el FMI.
Pero en términos de intereses a pagar, esa deuda del BCRA devenga $ 1,6 billones anuales en tanto que la deuda con el FMI devenga intereses equivalentes en pesos por $ 134.358 millones anuales.
O sea que el endeudamiento del BCRA devenga una deuda 12 veces mayor a la que devenga la deuda con el FMI, nefasta institución creada al terminar la Segunda Guerra Mundial e impulsada por dos economistas: el inglés John Maynard Keynes y el norteamericano Harry Dexter White, declaradamente comunista que pasó información secreta estatal a la ex Unión Soviética.
Curiosamente, los militantes kirchneristas suelen cantar loas al keynesianismo y admirar al comunismo.
Justamente los economistas impulsores de esa institución fueron ideológicamente afines al kirchnerismo, o mejor dicho, al revés considerando los tiempos históricos.
De manera que se puede llegar a una primera conclusión: todo este lío con el FMI y las exigencias de cambiar las reglas de dicha institución, tienen que ver más con la épica del gobierno, que vive de los relatos que inventa, siendo un problema más grave y más explosivo toda la deuda emitida por el BCRA que la multiplicó por 3,5 veces desde que asumió el gobierno.
La segunda épica con que empieza la semana tiene que ver con las declaraciones del presidente que había vuelto de Europa decidido a poner orden en los precios.
Obviamente la culpa es de los empresarios que aumentan “sin justificación” y “desmedidamente” los precios.
En los primeros 16 meses de gobierno de Mauricio Macri, saliendo del cepo cambiario y ajustando las tarifas de los servicios públicos, la inflación acumulada fue del 52,3% en tanto que en los primeros 16 meses de Alberto Fernández, con cepo cambiario, tipo de cambio pisado, precios controlados y tarifas de los servicios públicos pisadas, la inflación acumulada es del 59,9%.
Macri tuvo una inflación promedio mensual en todo su período de gobierno del 2,9% mensual y Alberto Fernández, haciendo todos los malabares mencionados, tiene una inflación promedio mensual del 3%.
Obviamente, el fracaso del gobierno en conseguir en tiempo y forma las vacunas, lo lleva a aplicar más cuarentenas que derrumban la actividad económica con pérdida de recaudación al tiempo que se dispara el gasto público generando más déficit fiscal.
No es que los empresarios de hoy son perversos y aumentan los precios “injustificadamente” en tanto que los empresarios de la década del 90, cuando no había inflación, eran buenos y no aumentaban los precios.
La realidad es que hoy el gobierno está pagando el costo de la fenomenal emisión monetaria que hizo el año pasado, cuando el BCRA asistió al tesoro emitiendo $ 2 billones versus los $ 4,4 billones de ingresos tributarios que tuvo el tesoro.
Es decir, la emisión monetaria para financiar el gasto público fue equivalente al 50% de los ingresos tributarios.
Esa emisión hoy se traduce en huida del dinero y en la depreciación de la moneda que el presidente ve como un aumento de precios en vez de ver que el peso se diluye.
La épica de esta semana será inventar un nuevo enemigo, los empresarios que desalmadamente aumentan los precios “desmedidamente” (no hablan una sola palabra del aumento desmedido de la presión impositiva) y el gobierno nacional y popular los enfrentará para defender al pueblo argentino, así como enfrenta al FMI que quiere un ajuste salvaje.
En síntesis, un gobierno que trata de esconder su incapacidad para solucionar los problemas detrás de un relato épico detrás de otro mientras la economía se desangra, las empresas quiebran y cierran por falta de ventas y la gente pierde su trabajo y vive angustiada porque no sabe cómo llegar a fin de mes.
Esta nota fue originalmente publicada en
fuente
"PREGON AGROPECUARIO", 20.05.2021
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