31 jul 2020

UN “PARTO” MUY COMPLICADO






UN “PARTO” MUY COMPLICADO





Reforma judicial

La comisión Beraldi



Carlos Pagni - LA NACION
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Carlos Beraldi al salir de la Casa Rosada Fuente: LA NACION - Crédito: Fabián Marelli

30 de julio de 2020
Era muy previsible que Cristina Kirchner ejercería una gran influencia en las iniciativas institucionales de la presidencia de Alberto Fernández

Sobre todo, las del campo judicial, donde ella experimenta sus grandes pesadillas

La presencia de Alberto Beraldi, su abogado defensor, en la comisión asesora para la reforma de los tribunales que se inauguró ayer, es nada más que la manifestación simbólica de esa gravitación. 

Sobre todo, porque esa participación es innecesaria

Beraldi ya asesoró todo lo que tenía que asesorar.  

El Presidente presentó su reforma judicial en un acto al que la vicepresidenta no concurrió.

Lo hizo con un discurso escrito. 

No está claro si para no olvidar algunos datos y conceptos, o para estar seguro de que los olvidaba. 

Porque la semblanza que presentó de la Justicia y sus deformaciones no podía ser más capciosa.

La reconstrucción histórica se fue sesgando a medida que avanzaba hasta el presente. 

Suele ocurrir. 

Fernández comenzó condenando, y hay que aplaudirlo, a la dictadura y sus estatutos, por los que juraron como magistrados algunos de los abogados que eligió como asesores

Siguió con un elogio de Raúl Alfonsín, sobre todo por el juicio a las Juntas. 

Cuando llegó a la gestión de Carlos Menem, que él integró, retomó el sentido crítico. 

Pero lo más notorio es que sobrevoló los 12 años de kirchnerismo sin siquiera mencionarlos. 

Es una omisión estratégica. 

Durante ese período, que él protagonizó a lo largo de un lustro, se removió una Corte completa con procedimientos discutibles

Se reformó dos veces el Consejo de la Magistratura

Y se intentó atar el destino de los tribunales al vaivén de las elecciones, con la coartada de una democratización. 

Nada de eso es lo que requirió el mayor esfuerzo amnésico. 

Durante esos años, se manipularon causas penales, en especial durante las campañas proselitistas, y, sobre todo, se llevó la intervención del espionaje en los tribunales a niveles nunca antes conocidos

Al ignorar esas patologías, el Presidente no solo traicionó la historia. 

Se traicionó a sí mismo. 

Porque entre los múltiples Fernández que la sociedad va conociendo, hubo uno que recorría los canales de televisión para criticar esas miserias. 

Traicionó también a Cristina Kirchner

Porque el avance de los jueces sobre su gestión, que ella denuncia como lawfare, se inició durante su presidencia. 

Y fue estimulado por la interna peronista. 

En especial desde que Sergio Massa decidió separarse del oficialismo. 

La expresidenta, como en tantos otros temas, fue víctima del monstruo que su esposo había creado.

Fernández recuperó la memoria al mencionar la gestión de Mauricio Macri. 

Censuró, con razón, la disposición indiscriminada de prisiones preventivas. 

Y el uso de los servicios de inteligencia para montar operaciones judiciales. 

Prácticas que van saliendo a la luz en numerosas investigaciones, y por las que Macri paga el costo de haberse asociado a los mismos actores que ya habían servido a Kirchner, a destajo, para alcanzar los mismos fines.

Más allá de las gravísimas imperfecciones de la narrativa de Fernández, hubo también una llamativa rareza en el núcleo de su iniciativa.

Primero expuso una reforma general de la Justicia

Y después presentó la comisión que debe asesorarlo para esa reforma. 

Es un engaño para pocos

Ese equipo de sabios tiene como misión convalidar una remodelación de la Corte que ya está decidida

Pero esa remodelación, en el planteo del Presidente, está en segundo plano. 

Es un tributo a la vicepresidenta, que necesita que el máximo tribunal esté integrado por otros miembros, y aplique otros procedimientos, para cerrar sus problemas penales.

Alberto Fernández presentó el proyecto de reforma judicial y la comisión de juristas
 Alberto Fernández presentó el proyecto de reforma judicial y la comisión de juristas Crédito: Presidencia


Sobre las calidades de los integrantes de ese equipo no caben los reproches. 

Fernández los seleccionó siguiendo aquel criterio de Proust del que todo ser humano es víctima: "Llamamos claras a las ideas que se hallan en el mismo grado de confusión que las nuestras"

Es cierto que, si se revisa la bibliografía, hay pocos especialistas sobre tribunales superiores.

O que hayan escrito sobre el alcance del recurso extraordinario. 

En cambio, sobresale el color político

Por ejemplo, sobre 11 expertos, 4 son penalistas. 

Y dos de ellos son defensores de figuras encumbradas del oficialismo en casos de corrupción

Uno es Carlos Arslanian, un eximio penalista, que patrocina al extitular de la AFIP y asesor permanente de la vicepresidenta, Ricardo Echegaray

Por supuesto, Arslanian no tiene por qué dar explicaciones por su trabajo profesional, que sirve al derecho de defensa. 

Pero su convocatoria tiene una connotación estética que no pasa inadvertida.

Más complicado es, en el mismo sentido, que Fernández haya elegido como asesor a Alberto Beraldi

Cuando se analizan los antecedentes de este abogado, tan ligado a Arslanian durante toda su carrera, salta a la vista que, si de algo sabe, es de reformas judiciales. 

Trabajó en las dos más importantes que se hicieron en los últimos 25 años. 

Pero ese dato queda eclipsado por su rol como abogado de Cristina Kirchner

Es evidente que alguien con la sensibilidad política de Fernández sabe que la presencia de Beraldi debilita a esa comisión. 

Por eso Beraldi no es solo un indicio de que la reforma puede estar contaminada por las ansias de absolución que desvelan a Cristina Kirchner

Es, además, otra evidencia del dominio de la vicepresidenta sobre el Presidente. 

Más aún: tal vez para ella sea más importante dejar en claro lo segundo que garantizarse lo primero.

Hay otro pormenor significativo en el trabajo de Beraldi: también es abogado de Cristóbal López, acaso el empresario más gravitante sobre la Casa Rosada, como demuestra la nueva moratoria impositiva.

El consejo presentado ayer tiene otras peculiaridades interesantes. 

Ha habido una exclusión, que para muchos kirchneristas ortodoxos es injusta: la de Gregorio Dalbón, el otro defensor de la vicepresidenta. 

En cambio, está Andrés Gil Domínguez, a quien ella suele recurrir cuando las sugerencias de sus letrados no la terminan de convencer.

Fernández tiene derecho a quejarse de que algunos de los expertos convocados lo estén cuidando poco. 

Por ejemplo, ¿hacía falta que Claudia Sdbar, la jueza del máximo tribunal tucumano, admita que su hija, Lucila Bercovich, sea designada relatora de un colega de esa corte? 

¿Justo ahora? 

Se dirá que es un dato despreciable. 

Elena Highton hizo lo mismo con su hija. 

A propósito: ayer las dos concurrieron a la Casa Rosada. 

Para Fernández fue un gesto inapreciable. 

Una ministra de la Corte, la que él había designado, convalidó la remodelación que pretende hacer. 

O que la vicepresidenta le impone que haga, en contra de sus opiniones de hace cuatro años, desde ayer viralizadas en las redes.

Sin embargo, el servicio más catastrófico para el Presidente lo está prestando Omar Palermo, otro invitado a asesorar, a instancias de la senadora Anabel Fernández Sagasti

Palermo es juez del máximo tribunal de Mendoza y está protagonizando un escándalo en esa provincia. 

Allí el gobernador radical, Rodolfo Suárez, designó como jueza de la Corte, con acuerdo de la Legislatura, a María Teresa Day. 

Como no aprueba el perfil ideológico de esa abogada, el PJ objetó la designación con el argumento de que no ejerció la profesión durante 8 años, como es obligatorio. 

Day no fue litigante, porque estuvo trabajando en la Justicia. 

Palermo, que controla una de las salas de la Corte provincial, encabeza un bullicioso intento de destitución de la jueza, sin destino institucional a la vista. 

Su designación en la comisión asesora parece una convalidación de esa turbulencia. 

La situación de Mendoza podría ser un espejo que adelanta.

Sobre la cantidad de miembros de la Corte, su división en salas, y los casos en que debe intervenir, existe un debate académico interminable. 

Uno de los máximos expertos en el tema es Mario Kaminker, para quien las ampliaciones suelen estar contaminadas por la manipulación política

Es curioso que Fernández no quiera consultarlo, porque ha sido el gran procesalista del estudio Arslanian-Beraldi

Una ironía, claro. 

La comisión que se presentó ayer debe dictaminar a favor de la ampliación de la Corte, su división en salas y el mayor alcance del recurso extraordinario. 

La esencia del programa fue sintetizada por el impetuoso Alejandro Rúa, otro abogado de la vicepresidenta, con un tuit: "Toda la Corte macrista se tiene que ir".

La discusión parece ociosa. 

El Gobierno está en condiciones de aprobar una ley de reforma de la Corte. 

Pero para designar los nuevos miembros necesita de dos tercios que la oposición no está dispuesta a facilitar. 

Fernández incorporó a su comité de sabios a Inés Weinberg de Roca, ministra del máximo tribunal porteño y frustrada candidata de Macri para la Procuradoría General de la Nación. 

Esa invitación irritó más a la dirigencia de Juntos por el Cambio. 

Allí se oponen tanto a la avanzada judicial sobre la Corte que hasta Horacio Rodríguez Larreta fue tratado con sarcasmo por haberle dado al Presidente el teléfono de Weinberg. 

Las chicanas pasaron a un segundo plano cuando alguien preguntó: "¿Y si para completar la Corte sin nosotros repiten el decreto que usó Macri?"

Nadie en el oficialismo contempla esa alternativa. 

Por lo tanto, la comisión de sabios puede correr la suerte de aquel Consejo del Hambre, que integraban desde Marcelo Tinelli hasta Estela de Carlotto

Porque, se supone, para la señora de Kirchner el hambre de miles de argentinos es más urgente que el cierre de sus causas penales.

Fernández disimuló la discusión sobre la Corte.

Y se detuvo en el envoltorio: la ampliación del fuero federal a 46 juzgados en la Capital, a los que se agregarán otros en el interior. 

A propósito: ¿Martín Guzmán ya explicó a los acreedores cómo es que no tiene un dólar más para ellos, porque el 50% de los niños se sumerge en la pobreza, pero sí lo tiene para financiar esta burocracia gigantesca?

La expansión del fuero federal es una oportunidad fantástica para armar otra Justicia, sobre todo si se reforma el sistema de concursos del Consejo de la Magistratura, una de las propuestas más interesantes de las conocidas ayer. 

Como ese proceso puede durar años, en el mismo Consejo se avanza a toda velocidad para satisfacer lo que la vicepresidenta exige de inmediato: la anulación de los traslados de jueces que han participado en sus infortunios judiciales

El representante del Poder Ejecutivo en ese órgano, Gerónimo Ustarroz, ya hizo una propuesta. 

Y el representante de los académicos Diego Molea, que militaba junto a Massa mientras Margarita Stolbizer escribía sus libros sobre Cristina Kirchner y crecía la ola del supuesto lawfare, se apresuró a convalidarla. 

Los jueces que resistan estas disposiciones deberán litigar en el fuero contencioso administrativo. 

Es el reino del camarista Sergio Fernández

En el kirchnerismo aseguran: "Con él ya está todo hablado"

Sergio es el hermano del controvertido auditor Javier Fernández, a quien el tabacalero Antonio Stiuso presentó como uno de sus hombres. 

Fernández, con su antiguo amigo Darío Richarte, estarán de parabienes: su gran influencia en el fuero penal económico se verá potenciada con la nueva reforma. 

Richarte ha sido el cerebro de Daniel Angelici en las operaciones judiciales que ejecutaba Juan Sebastián De Stefano en la AFI de Macri. 

Desde hace semanas todos se volvieron "consultores".

A propósito de Angelici, el otro triunfador de esta reforma es el sagaz Juan Manuel Olmos, jefe del gabinete de asesores de Fernández

De los verdaderos asesores

Olmos administra con Angelici desde hace años la Justicia de la Ciudad, que ahora se verá potenciada por la transferencia de los tribunales ordinarios. 

Ayer se lo veía exultante, al lado de la hija de Highton.

El Presidente está en apuros. 

Quiere satisfacer la demanda de regeneración institucional de un sector de la ciudadanía.

Pero está obligado a hacer todo lo que esté a su alcance para cerrar las causas judiciales de su vice, que es su jefa

La contradicción entre estos objetivos se dispara en un detalle: Beraldi.

A Fernández no le sobra cinismo. Le falta astucia. 

Solo a alguien muy desprevenido, si tiene a su lado a una figura tan complicada en tribunales como Cristina Kirchner, se le ocurre convertir a las cuestiones judiciales en un eje central de su política

No hay consejo asesor que alcance para disimular ese problema. 

Porque la sociedad no pide una reforma. Pide justicia.

fuente
"LA NACIÓN", 30.07.2020 




 



 
 

 

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Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.