El rojo de las cuentas públicas, aún más rojo
No le alcanzó el aumento de la recaudación, ni algunas fuentes de financiación. Tampoco el haber echado mano en forma intensa a la emisión de billetes por parte del Banco Central o a la utilización de fondos de la ANSeS.
Todos los pesos recibidos fueron insuficientes para cubrir el nivel del gasto y así 2014 quedará como el año récord en materia de déficit fiscal de toda la era K.
Las cifras conocidas ayer muestran que las cuentas públicas cerraron con un rojo de $ 109.719, 9 millones, a pesar de que el Gobierno recibió ayudas y transferencias por parte del Banco Central y la ANSeS por unos $ 120.000 millones.
Con esos números, el déficit de las cuentas públicas creció 70,2% (sí, casi el doble de la inflación) con relación al año anterior, a pesar del uso intensivo de la emisión del Central para cubrir un bache que sin ese auxilio llegaría a casi $ 250.000 millones.
El Gobierno, que en el Presupuesto había estimado que tendría un “superávit” del orden de los $ 830 millones, sostuvo que el mal resultado de las cuentas públicas se debió a que los principales socios comerciales (léase Brasil) tuvieron bajo crecimiento, y a que los precios de las materias primas bajaron en el mercado internacional.
En otras palabras, a los responsables del mal desempeño económico hay que buscarlos afuera y, según el argumento oficial, la política doméstica nada habría tenido que ver con la recesión y el déficit.
Así, para el Gobierno, ni la devaluación del peso de hace un año ni el consiguiente efecto inflacionario que redujo el poder de compra de los salarios, ni el cepo cambiario que el propio Gobierno agudizó ante la escasez de dólares a precio oficial para pagar importaciones, habrían sido determinantes para ponerle freno a la economía.
Entre otras cosas, en materia económica, la gestión kirchnerista será recordada como la que fraguó las estadísticas oficiales en el intento de dibujar una realidad inflacionaria que se desdibujó a poco de andar.
El año pasado, en tanto, quedará como otro de recesión, y el primero en el que el consumo interno mostró una caída en 12 años. También, como el año en que el Gobierno decidió a aumentar el gasto sin mirar lo que pasaba con los recursos y apuntando a que la cuenta la pague el que sigue, aunque en el fondo siempre serán los mismos: los habitantes de la Argentina.
En sus comienzos el kirchnerismo hablaba de que una economía sana requería de superávit fiscal y cambiario y un dólar alto. En el final sólo queda el superávit del balance comercial y este año corre riesgo.
FUENTE
"clarin.com", 31.01.2015
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