Un
periodista de investigación ha muerto este fin de semana después de caer
desde el balcón de su apartamento de la región de Sverdlovsk tras
publicar unas informaciones sobre la presencia de mercenarios rusos en
Siria.
Los misterios de la muerte de Maxime Borodin recuerdan la interminable lista de reporteros incómodos para el Kremlin que murieron en extrañas circunstancias.
Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), una organización con sede en Nueva York, 58 periodistas fueron asesinados en Rusia desde 1992.
De
la larga lista de asesinatos de figuras incómodas para Putin, en el
periodismo destaca el asesinato de Anna Politkovskaya, que murió de un
tiro en la cabeza el 7 de octubre de 2006 en el ascensor del bloque de
pisos en el que vivía, en Moscú.
Una
cámara de seguridad captó la siniestra imagen del asesino, oculto tras
una gorra oscura.
La investigación rusa posterior reveló que era Rustam
Majmudov, condenado a cadena perpetua en junio de 2014, un condenado a
cadena perpetua en junio de 2014, una pena idéntica a la impuesta a su
tío, Lom Ali Gaitukayev, quien organizó el crimen.
El asesinato de la
reportera, que trabajaba para Novaya Gazeta donde publicó varios
reportajes sobre los abusos contra los Derechos Humanos en Chechenia,
reforzó la autocensura de los periodistas y medios.
En otoño de
2017, un reconocido periodista fue apuñalado en el edificio de la
estación de radio independiente para la que trabajaba.
En
noviembre de 2010, dos atacantes golpearon al prominente columnista Oleg
Kashin fuera de su casa con una tubería de acero.
El ataque fracturó su
cráneo y uno de sus dedos tuvo que ser parcialmente amputado.
Después
de días en el coma inducido, Kashin sobrevivió y se recuperó.
El
ataque conmocionó a los miembros de la comunidad de periodistas de
Moscú, que organizaron piquetes frente a la oficina de los
investigadores para exigir una investigación exhaustiva.
El entonces
presidente Dimitri Medvedev prometió que los agresores serían
encontrados. Kashin culpó a Andrei Turchak, ex gobernador de la región
de Pskov, que se ofendió por el lenguaje grosero que Kashin usó para
hablar de él en una publicación de su blog.
Como Politkovskaya.
Yulia Latynina también colaboraba con el periódico «Novaya Gazeta».
Tuvo
que huir de Rusia después de un presunto incendio premeditado de su
automóvil y recibió numerosas amenazas.
En 2016, un asaltante no
identificado le arrojó un cubo de heces.
«Novaya Gazeta» emitió una
declaración diciendo que había recibido amenazas de muerte.
El último, Borodin, «se tiró por su balcón»
Borodin
trabajó para el periódico «Novyi Dien» y recientemente publicó un
reportaje sobre la muerte de mercenarios rusos en Siria, empleados de
una compañía militar privada conocida como el «Grupo Wagner» (1).
También
escribió regularmente sobre corrupción y crimen organizado.
«No
hay razón para abrir un caso criminal, hay varias versiones bajo
consideración, incluido el accidente, pero no hay señales de que se haya
cometido un delito», dijo el Comité Local de Investigación a la agencia
TASS el lunes.
El representante de libertad de medios de la
Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Harlem
Désir, dijo que la muerte de Maxime Borodine es «muy preocupante» para
el periodismo.
«Pido a las autoridades que realicen una investigación rápida y exhaustiva», escribió en Twitter el lunes.
Según
el activista local Vyacheslav Bashkov, Borodin había llamado a un
abogado, diciendo que varios hombres armados y camuflados se encontraban
apostados en los alrededores del edificio preparados para asaltar su
piso.
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(1) El Gobierno ucraniano cree que ya están en Kiev 400 miembros del llamado Grupo Wagner
fuente
"ABC.es", España, 18.04.2018
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