Además de saber que esté medio lleno o medio vacío, hay que conocer que contiene. Sócrates
24 ene 2022
CEGUERA O… ¿MASOQUISMO?
CEGUERA O… ¿MASOQUISMO?
Argentina, no tires la toalla
Ilustración de Eric Zampieri.
Ya no sólo huye
el capital físico y financiero de Argentina, sino también el capital
humano.
Eso es muy parecido a “tirar la toalla” como nación, y resulta
difícil de revertir.
Marcelo Capello*
domingo, 23 de enero de 2022
Ya no sólo huye
el capital físico y financiero de Argentina, sino también el capital
humano.
Eso es muy parecido a “tirar la toalla” como nación, y resulta
difícil de revertir.
En las últimas cinco décadas, la economía de Argentina ha transitado
una crisis estructural con algunos subperíodos de reactivación, que
raramente se han convertido en crecimiento económico sostenido.
En
ese largo período, sólo Venezuela creció menos que Argentina, entre los
países latinoamericanos más importantes.
Además, en la última década
nuestro país transita un proceso estanflacionarioen que su economía no
crece y convive con un elevado proceso inflacionario.
Claro que en
esas cinco décadas la economía local varias veces implosionó en grandes
caídas, en que los manotazos de ahogado que típicamente dan los
gobiernos de turno en esas situaciones socavaron la seguridad jurídica y
afectaron las decisiones de ahorro e inversión de personas y empresas a
largo plazo.
Esa sensibilidad económica especial está instalada
en la cabeza de los argentinos a fuerza de eventos confiscatorios
ocurridos en el pasado (y presente), y serán necesarios muchos años de
estabilidad y de normalidad económica para que ese “chip” se modifique.
Por lo anterior, no debe extrañar que Argentina, también con
Venezuela, sean dos de los países que más expulsaron capital en las
últimas décadas.
Se trata de ahorros que salen del país por el alto
riesgo confiscatorio que emana de la política económica y por la
posibilidad de que ocurran los mencionados eventos de inseguridad
jurídica.
En el segundo semestre de 2021 se trataba de 353 mil
millones de dólares de inversiones reales y financieras fuera del
sistema local, lo que equivale a un 82 por ciento del PIB argentino de
ese año (si se lo mide con el tipo de cambio oficial), o 140 por ciento
del PIB si se usa el dólar blue.
Dos nuevos éxodos
La
salida de capitales lleva varias décadas en Argentina, pero en los
últimos dos años se han agregado dos “huidas” que alarman: la de
personas (especialmente jóvenes) que deciden probar suerte con
actividades económicas en el extranjero (especialmente en EE.UU. y en la
Unión Europea), y la de personas o empresas que cambian su residencia
fiscal por motivos tributarios (típicamente en Uruguay).
En el primer caso, se trata de personas y familias que vislumbran la
posibilidad de obtener mayores ingresos y un mejor nivel de vida en el
exterior, con mayor seguridad personal en países en que resulta más
plausible el cumplimiento del principio republicano de igualdad ante la
ley.
En el segundo caso, además de los factores mencionados,
influyen la alta y creciente presión tributaria existente en Argentina, y
la volatilidad de sus definiciones.
En un estudio reciente de
Ieral, en que se mide la presión tributaria legal (sin evasión) en siete
países del mundo, se concluye que el Estado argentino se queda con el
48 por ciento de los ingresos anuales de una familia típica, similar a
lo que ocurre en Italia, sólo por debajo de Brasil (51 por ciento), pero
por arriba de España (41 por ciento), de Estados Unidos (37 por
ciento), de Chile (34 por ciento) y de Australia (29 por ciento).
El orden en el ranking resulta similar cuando se mide la presión
tributaria legal sobre empresas, en que Argentina aparece en el primero o
en el segundo lugar, según el sector económico.
Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.
La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.
Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.
El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.
Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.
De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.
A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).
¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.
¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?
¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!
El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.
Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio
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