Si bien la medida había sido adelantada por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, la presidenta aprovechó un acto en Casa de Gobierno para formalizar el anuncio del veto de la ley sancionada por el Senado, en una votación en la que fue necesario el desempate del vicepresidente Julio Cobos.
"Lo que se sancionó es la ley de quiebra del país y no puedo permitir que el Estado quiebre porque tengo una ley que me obliga", afirmó la Jefa de Estado, y lanzó una dura crítica a la oposición y una encendida defensa de los aumentos dispuestos por la ley de movilidad jubilatoria.
En su discurso, ante un auditorio de empresarios, productores rurales de Córdoba y funcionarios -incluido el gobernador Daniel Scioli, a quien le agradeció su apoyo al veto-, Cristina sostuvo que "cuando se sanciona una norma que aumenta los egresos tiene que decirse de dónde viene el financiamiento", y dejó entrever que tras la aprobación de esta ley "hay intereses ocultos".
"Quieren la quiebra de una empresa que es la Argentina", remarcó y sostuvo que su Gobierno lleva adelante "una administración absolutamente responsable".
En otro tramo, la jefa de Estado hizo referencia a ley de movilidad jubilatoria -impulsada por su Gobierno- que consagra dos aumentos por año y dijo que "ya permitió desde su sanción un incremento en las jubilaciones de casi 50 por ciento".
"Entre 2003 y ahora se aumentó 498 por ciento las jubilaciones que estaban congeladas, y quienes hoy hablan e impulsaron esta nueva ley fueron los que le descontaron el 13 por ciento a los jubilados y además declararon el default", fustigó.
Advirtió que "en la Argentina se acabaron los estúpidos y yo no quiero ser estúpida", tras hacer un repaso de los principales acontecimientos de la historia de la política previsional en la Argentina, en los cuales se intentó instaurar el 82 por ciento móvil para los jubilados.
Con dureza, volvió a emprender contra la oposición: "Basta de estafar al Estado. Basta. No soy tonta. Esto es de gente que tiene experiencia legislativa, ha gobernado provincias. Que digan que el año que viene vamos a ver cómo se financia, me suena muy ingenuo. Lo que hay detrás es que los trabajadores vuelvan a poner sus recursos en el sistema privado".
"Una siente que hay intereses muy fuertes detrás de todo esto. En realidad los que están en el Parlamento son las máscaras de otros que no están, pero las decisiones que tomo yo son pensando en los 40 millones de argentinos, los que me quieren y los que no", consideró.
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