25 jun 2024

LATINOAMÉRICA Y… CRIMEN ORGANIZADO

 

 

 

 

LATINOAMÉRICA Y…

CRIMEN ORGANIZADO

 

 

 

 


InSight Crime: violencia y crimen organizado en América Latina

 

Hay más grupos criminales en la región que pelean por el control del negocio de las drogas, préstamos ilegales y armas en más zonas
 
Esta entrevista explica cómo ha sido la escalada de violencia.
 
 
 
19 Jun, 2024
 
Por:
 
Periodista colombiana. Directora de Colombiacheck. Ha trabajado como editora del diario «El País» de Cali. Becaria del programa Balboa en «El País» de España. 
 
 
 
Historia criminal de la Mara Salvatrucha: cómo pasó de pandilla callejera  en Los Ángeles y El Salvador a organización terrorista - Infobae
 

La Mara Salvatrucha: cómo pasó de pandilla callejera en Los Ángeles y El Salvador a organización terrorista. "infobae"

 
 
 

La violencia en América Latina es uno de los grandes desafíos que enfrentan los gobernantes de esta región, la más violenta del mundo

 

El panorama va desde masacres, cárceles controladas por bandas delincuenciales donde se ordenan actividades criminales, ciudades militarizadas y hasta el asesinato de candidatos presidenciales.

 

En Diálogo Político analizamos esta situación junto a Steven Dudley, codirector y fundador de InSight Crime, y Lara Loaiza, investigadora de este centro de pensamiento.

 

Grupos y drogas

 

¿Cómo entender el desborde de violencia en América Latina?

 

Lara Loaiza: El crimen organizado se convierte en un factor clave para entender la violencia de América Latina. 

 

Más allá de las particularidades de cada país vemos ciertas cosas que ocurren a través de la región. 

 

El tema del narcotráfico, sea cocaína o sea drogas sintéticas, es un factor conductor de violencia en varios países. 

 

También podemos ver la atomización de los grupos criminales y, entre más grupos, pelean por menos recursos en términos de control de economías criminales. Tenemos más violencia.

 

Steven Dudley: Lo que hemos visto en varios países es un proceso de atomización de los grupos y un cambio de economías criminales, que son dos fenómenos paralelos. 

 

Hemos visto un crecimiento de grupos que subcontratan a otros grupos o se van uniendo con otros grupos criminales

 

Es decir, tienes un grupo de narcotráfico que se suma a un grupo de pandilleros

 

Un grupo está buscando entrar a las actividades criminales internacionales y el otro grupo subsiste de economías locales.

 

Es un fenómeno que va creciendo encima de sí mismo y tiene un efecto acumulativo

 

Lo hemos visto en Colombia, en Ecuador, en Honduras, en México y en partes de Brasil.

 

Estos grupos van creciendo como pequeños ejércitos y la forma de financiar esos ejércitos es darles cada vez más libertad e independencia.

 

 Así van entrando en pugnas entre ellos por esas economías criminales locales

 

No es solamente una pugna por el control de las economías grandes de cocaína o drogas sintéticas, sino que hay un crecimiento de conflictos locales.

 

El gota a gota

 

Paralelo al narcotráfico están otros delitos que van desde el “gota gota” (prestamistas), hasta el control del contrabando o el tráfico de migrantes

 

¿Qué han podido identificar de estas economías ilegales?

 

LL: Hemos visto, por ejemplo, en Perú que el aumento de la violencia se da en parte por la pugna, por el “gota gota”

 

Es una economía criminal bastante grande en ese país por la extorsión, y también hay peleas por el microtráfico

 

Eso ocurre en Bahía, Brasil, donde hay luchas de los grupos pequeños, que están financiadas por grupos más grandes, no sólo por el control de rutas del narcotráfico, sino por el control del mercado local.

 

También hemos tenido disputas por las rutas de contrabando, del tráfico de migrantes, con el aumento de los flujos migratorios

 

Hay una economía ilegal bastante grande que mueve muchísimo dinero

 

Piensa, por ejemplo, la cantidad de dinero que se mueve por el Darién, entre Colombia y Panamá, o en la frontera entre México y Estados Unidos. 

 

Hay grupos que aprovechan estos movimientos para cobrar, no solo los migrantes, sino también a los grupos o a los “coyotes” que mueven a los migrantes

 

Hay toda una cadena de aprovechamiento criminal en estas economías.

 

SD: Estas economías locales ilegales se nutren de los mismos problemas que las economías locales.  

 

El “gota gota” surge en muchos espacios porque se acaban ciertos programas gubernamentales, hay una crisis económica

 

Hay que ligar el surgimiento de estas economías ilegales con los fenómenos económicos que están viviendo estos países.  

 

No es casualidad que en muchas partes de la región surjan los “gota gota” después de la pandemia.

 

El Tren de Aragua

 

En Insight Crime han publicado varios informes del Tren de Aragua y su presencia en varios países como Chile, Perú, Colombia. 

 

¿Cuáles son los principales hallazgos?

 

LL: Identificamos que ellos aprovecharon los flujos migratorios que iban saliendo de Venezuela para expandirse a los países de Sudamérica, especialmente Perú y Chile, donde las barreras de entrada del mundo criminal no eran tan altas porque no había una criminalidad consolidada

 

Allí han victimizado a la población local.

 

Entraron a dominar estos mercados criminales urbanos, que son la extorsión, el “gota a gota”, trata de personas con fines de explotación sexual y una parte del microtráfico

 

En países como Colombia y Ecuador, la criminalidad urbana estaba más consolidada, por lo que su entrada fue más difícil

 

Y en Bogotá se ha originado una ola de violencia por la disputa con otros grupos.

 

 

Ilustración de InSight Crime.

 

Ecuador y la violencia

 

¿Cómo Ecuador, un país con menos violencia que su vecina Colombia, terminó con una de las tasas de homicidio más altas?

 

LL: Ecuador fue una mezcla de varias cosas.

 

Esto era una bomba de tiempo. 

 

Ecuador es el punto de salida del narcotráfico por el Pacífico más importante, después de Colombia. 

 

Tienes una cantidad de dinero que fluye por el tráfico de drogas y llega a grupos ilegales, como bandas pequeñas, y comienzan a generar relaciones comerciales, por decirlo de esta manera, con grupos de crimen organizado extranjeros: carteles mexicanos, albaneses y los colombianos, que les pagan por hacer el acopio y el transporte de la cocaína a través del país.

 

Esto les permitió evolucionar y pasar de ser pequeños grupos para convertirse en organizaciones criminales con más capacidad de reclutamiento, más armas y más dinero para corromper

 

Otro de los factores que llevó a esta situación es la corrupción en las fuerzas de seguridad, en el sistema judicial y en el sistema penitenciario

 

Y la capacidad del Estado para responder al crimen organizado disminuye y tienes un sistema penitenciario que está desbordado.

 

[Lee también: Juan Pablo Luna: «El crimen organizado y los acuerdos con el Estado»]

 

SD: Además, a partir de 2017 se cortaron programas sociales y educativos

 

La población de las cárceles crece de manera desbordada y dentro de las cárceles existe una diferenciación entre los de las mafias y, como llaman ellos, “los no-mafia”.

 

Y los que terminan controlando la situación del bajo mundo son los grupos más ligados al narcotráfico, quienes en algún momento determinado toman el control de las cárceles.

 

Como hay un incremento del flujo de personas que van entrando y saliendo de las cárceles, esto hace que ellos tengan más control de los que están por fuera de las cárceles.

 

Bukele y su modelo

 

El discurso de mano dura que ha posicionado Nayib Bukele está siendo replicado por políticos de la región. 

 

Incluso, el presidente de Ecuador va en la misma línea.

 

SD: El Salvador es un país en el que ha se encarcelado en menos de dos años a casi el 2% de su población. 

 

Es un proceso desbordado y no tiene ningún fundamento en la Constitución salvadoreña. 

 

Ahora hay casi 80.000 personas más en las cárceles de El Salvador. 

 

Si miramos el caso de Ecuador, sabemos que es veinte veces más grande que El Salvador.

 

Entonces, ¿cómo es que van a implementar la misma política? 

 

Son debates ingenuos que se escuchan en la región y que muchos políticos están intentando usar en época electoral para venderle humo a sus electores con esa idea de mano dura contra la inseguridad, que es uno de los problemas que más nos afecta.

 

Guerra contra las drogas


Gobernantes como AMLO reclaman que Estados Unidos tenga más contundencia en la lucha contra las drogas y otros como Petro insisten en que ese modelo ha fracasado.

 

LL: Es claro que no ha funcionado. 

 

La producción de cocaína está en sus máximos históricos

 

Hay nuevas drogas, la producción ilegal de fentanilo y el desvío de fentanilo médico es uno de los grandes problemas

 

Esto no deja ver que la guerra contra las drogas no ha dado frutos

 

En los países productores, donde se tiende a poner toda la presión se ha generado es un tema de violencia y la criminalización de los cultivos de coca no ha generado la disminución de estos.

 

La estrategia contra las drogas no se ha planteado en una forma en la que se ataquen toda la cadena del narcotráfico, incluyendo en los países en los que se comercializa

 

Y todo esto genera espacios para el crimen organizado.

 

fuente

"DIÁLOGO POLÍTICO", 19.06.2024

 
 

24 jun 2024

AFGANISTAN… INFORME DEVASTADOR

 

 

 

AFGANISTAN…

INFORME DEVASTADOR

 

 

 

Amnistía Internacional

 

 

Afganistán

Amnistía Internacional no se pronuncia sobre cuestiones de soberanía o disputas territoriales.

 

Las fronteras trazadas en este mapa se basan en datos del servicio Geospatial de la ONU.

 

 

Afganistán 2023

 

En medio de una creciente crisis humanitaria acompañada de turbulencias económicas, la población afgana sufrió violaciones de los derechos humanos y represión en grado extremo

 

Los talibanes impusieron cada vez más restricciones a las mujeres y las niñas, al parecer con el fin de hacerlas desaparecer por completo de la vida pública

 

Voces del panorama internacional pidieron investigar esa persecución de género como crimen de lesa humanidad

 

Se redujo la libertad de expresión, y quienes expresaban pacíficamente puntos de vista críticos con los talibanes se enfrentaban a desaparición forzada, detención ilegítima, arresto arbitrario, tortura y otros malos tratos.

 

Se mantuvo la cultura de la impunidad, incluso para los crímenes de guerra y de lesa humanidad

 

Bajo el gobierno talibán se redujo aún más la libertad de religión

 

Los grupos étnicos, incluidas las minorías religiosas, sufrían cada vez más marginación, prejuicios y desalojos forzosos

 

Los talibanes llevaron a cabo en público ejecuciones y castigos corporales, tales como lapidaciones y flagelaciones.

 

Derechos económicos, sociales y culturales

 

A lo largo del año, la devastadora crisis humanitaria que asolaba el país se agravó bajo los efectos del régimen talibán vigente desde 2021, catástrofes como terremotos e inundaciones y varios años consecutivos de sequía

 

Los organismos de la ONU calculaban que el número de personas necesitadas de ayuda había aumentado desde los 18,4 millones de 2022 hasta casi 29 millones en agosto de 2023

 

La OMS advirtió de la existencia de millones de personas en riesgo de desnutrición y enfermedad y con acceso escaso o nulo a atención médica y alimentos, incluidos 2,3 millones de niños y niñas en peligro de desnutrición aguda

 

En noviembre, el Plan de Respuesta Humanitaria de la ONU para Afganistán había recibido sólo el 34,8% de sus fondos, lo que se sumaba al aislamiento internacional del país y a las sanciones económicas que se le habían impuesto en respuesta a la toma del poder por los talibanes

 

La expulsión masiva de población refugiada afgana por Pakistán auguraba un empeoramiento de las dificultades humanitarias

 

Irán y Turquía continuaron expulsando a personas refugiadas afganas.

 

El sistema de salud seguía dependiendo de la ayuda internacional y continuaba siendo precario, debido a la falta de infraestructuras y de recursos adecuados.

 

Derechos de las mujeres y de las niñas

 

Amnistía Internacional y la Comisión Internacional de Juristas (CIJ) consideraron que las draconianas restricciones impuestas por los talibanes a los derechos de las mujeres y las niñas, unidas al uso del arresto y la detención arbitrarios, la desaparición forzada y la tortura y otros malos tratos, podían ser constitutivas del crimen de lesa humanidad de persecución por motivos de género.1

 

En abril, los talibanes hicieron extensiva a los empleos con la ONU la prohibición de trabajar fuera de casa impuesta a las mujeres, lo que dificultó aún más el reparto de ayuda humanitaria

 

Se siguió prohibiendo a las mujeres trabajar en el sector público, salvo en ámbitos como la sanidad y la educación primaria, o en determinadas instituciones de seguridad, como los aeropuertos o las cárceles de mujeres

 

Se les prohibió aparecer en público solas o viajar más de 72 km sin un acompañante varón

 

Los salones de belleza recibieron la orden de cerrar a partir de julio, lo que afectó a unos 60.000 negocios de propiedad de mujeres, según informes de la ONU.

 

También se siguió prohibiendo a las mujeres participar en actividades deportivas y visitar los parques públicos

 

En algunas provincias, como Herat, las autoridades talibanas informaron de la implantación de otras restricciones de alcance local, como la prohibición de que las mujeres acudieran solas a restaurantes.

 

Aumentaron las restricciones relativas a la educación de las niñas

 

Además de prohibirles matricularse en cursos más allá de la enseñanza primaria, en junio se prohibió a las ONG internacionales —incluidos los programas dirigidos por UNICEF— impartir educación comunitaria y se les ordenó transferir sus programas a organizaciones locales

 

Según informes, en los meses de junio y julio más de 4.500 mujeres fueron despedidas de sus puestos de trabajo en el ámbito de la enseñanza.

 

Numerosos organismos de la ONU informaron de un aumento de los matrimonios precoces y forzados y de la violencia por motivos de género y los feminicidios, que quedaban impunes

 

Los talibanes desmantelaron progresivamente el marco institucional de ayuda a las sobrevivientes de violencia de género que había operado bajo el gobierno anterior, dejándolas supeditadas a la sharia (ley islámica) y en peligro de sufrir nuevos abusos

 

Se recibieron informes generalizados de mujeres y niñas que sufrían depresión, que, en algunos casos, desembocó en suicidio.

 

Discriminación

 

Aumentó la marginación de las personas hazaras, uzbekas, turcomanas y tayikas, que eran desalojadas por la fuerza de sus hogares y sus tierras

 

Hubo informes de detenciones y desapariciones forzadas de miembros de la comunidad baluchi.

 

Los talibanes resolvieron disputas sobre tierras y ganado a favor de comunidades kuchis —trashumantes y pastunes— y obligaron a las comunidades hazara locales a pagar indemnizaciones por casos relacionados con la desaparición de ganado ocurridos hacía más de 20 años

 

Se recibieron informes sobre ataques de comunidades kuchis contra residentes hazaras.

 

No sólo se propinaron palizas a personas hazaras y se destruyeron sus bienes —incluidos vehículos, viviendas y cosechas—, sino que, además, entre junio y agosto fueron asesinados seis hombres hazaras en el distrito de Khas Uruzgan (provincia de Uruzgan). 

 

La impunidad de esos delitos continuaba siendo motivo de preocupación

 

Según informes, en octubre dos 2 hombres hazaras fueron asesinados en el límite entre los distritos de Lal wa Srajangal y Dawlat Yar, en la provincia de Ghor. 

 

También se recibieron informes sobre varios asesinatos de hombres hazaras —algunos de ellos líderes religiosos— ocurridos en la provincia de Herat en noviembre y diciembre.

 

Homicidios y ataques ilegítimos

 

La población civil siguió sufriendo ataques en todo el país, a pesar de haberse reducido la violencia relacionada con el conflicto tras la toma del poder por los talibanes

 

La Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) registró un total de 3.774 víctimas civiles entre agosto de 2021 y mayo de 2023 (1.095 mortales y 2.679 con heridas), atribuidas, en su mayoría, al grupo armado Estado Islámico en la Provincia de Jorasán. 

 

El 13 de octubre, este grupo reivindicó la autoría de un atentado contra una mezquita chií hazara en la provincia de Baghlan en el que murieron al menos 20 personas y más de 60 resultaron heridas.

 

En un informe publicado en junio, Amnistía Internacional refirió que, en el contexto de los combates con el Frente de Resistencia Nacional, los talibanes habían aplicado castigos colectivos a la población civil en la provincia de Panjshir, incluidos arrestos arbitrarios masivos o de aldeas enteras

 

Asimismo, en el informe se confirmaba que los talibanes habían ejecutado extrajudicialmente al menos a 14 detenidos del Frente de Resistencia Nacional en los distritos de Khenj y Darah sólo entre el 12 y el 14 de septiembre, y que en estos 2 distritos, así como en el de Rokha, había habido muchas más ejecuciones extrajudiciales

 

Se calculaba que durante ese periodo habían sido ejecutadas extrajudicialmente como mínimo 48 personas, aunque posiblemente fueran muchas más.2

 

Continuaron con impunidad las ejecuciones extrajudiciales colectivas —constitutivas de crímenes de guerra— de personas relacionadas con el anterior gobierno y de miembros de grupos armados opuestos a los talibanes

 

La UNAMA registró al menos 218 ejecuciones extrajudiciales de miembros del anterior gobierno y personal de seguridad entre agosto de 2021 y junio de 2023.

 

Pena de muerte y tortura y otros malos tratos

 

La población sometida a arrestos y detenciones arbitrarios y a desapariciones forzadas corría el riesgo de ser ejecutada, morir bajo custodia y sufrir tortura y otros malos tratos

 

Entre enero de 2022 y julio de 2023, la UNAMA había registrado 1.600 casos de violaciones de los derechos humanos durante el arresto y la detención, la mitad de ellos constitutivos de tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.

 

En junio, Amnistía Internacional halló indicios de la muerte por tortura en 2022, a manos de los talibanes, de al menos tres civiles acusados de lealtad al Frente de Resistencia Nacional en la provincia de Panjshir. 

 

No se tuvo constancia de ninguna investigación sobre este caso de tortura ni sobre otros.

 

En mayo, la ONU expresó preocupación por que los talibanes continuaran llevando a cabo ejecuciones públicas y castigos corporales

 

Hasta junio se tuvo noticia de al menos una ejecución pública

 

El Tribunal Supremo de facto de Afganistán comunicó que cientos de personas habían sido condenadas a qesas (castigo equivalente al delito cometido), incluida la lapidación

 

Se siguieron aplicando en público castigos corporales, lo cual era constitutivo de tortura y otros malos tratos

 

La UNAMA documentó que, entre noviembre de 2022 y abril de 2023, 274 hombres, 58 mujeres y 2 niños habían sido flagelados en público, y en mayo de 2023 ya había otras 103 personas condenadas a castigos similares.

 

Libertad de religión o de creencias

 

Las minorías religiosas —entre ellas la chií, la sij, la hindú, la cristiana, la ahmadí y la ismaelí—, continuaron sufriendo marginación, prejuicios y discriminación.

 

Se impusieron restricciones a actos y celebraciones de carácter religioso alegando motivos de seguridad. 

 

Entre otras, se restringió la festividad de la Ashura, en julio, observada, sobre todo, por la población musulmana chií. 

 

En la provincia de Ghazni, el 28 de julio murieron 4 personas chiíes de etnia hazara —una de ellas, mujer, y otra, menor de edad— y otras 6 resultaron heridas por los disparos efectuados por los talibanes para disolver las celebraciones de la Ashura.

 

Los talibanes excluyeron la jurisprudencia chií del sistema educativo, con lo que la enseñanza religiosa se basaba exclusivamente en la rama suní del Islam.

 

Libertad de expresión

 

El espacio de la libertad de expresión y los medios de comunicación siguió reduciéndose drásticamente

 

Según informes, en marzo murieron al menos dos periodistas en un atentado con explosivos

 

Decenas de periodistas fueron víctimas de arresto arbitrario y hostigamiento por informaciones críticas con los talibanes o por haber infringido sus normas

 

Entre agosto de 2021 y agosto de 2023, los talibanes habían detenido al menos a 64 periodistas durante periodos de duración variable

 

El periodista franco-afgano Murtaza Behboodi quedó en libertad tras nueve meses de detención.

 

Entre agosto de 2021 y agosto de 2023, más del 80% de las mujeres periodistas habían dejado de trabajar debido al aumento de las restricciones, una de las cuales obligaba a llevar el rostro tapado a las mujeres que aparecían en televisión.

 

Los talibanes obligaron a la cadena de radio y televisión Hamisha Bahar, en la provincia de Nangarhar, a interrumpir su emisiones durante 20 días por impartir cursos de periodismo mixtos.

 

Entre la toma del poder por los talibanes, en agosto de 2021, y agosto de 2023, habían cerrado más de la mitad de los medios de comunicación registrados, y dos tercios de la totalidad de periodistas habían abandonado sus puestos de trabajo.

 

Se siguió reprimiendo a las personas que expresaban puntos de vista críticos con los talibanes, incluidas las que lo hacían en las redes sociales, como el profesor universitario Rasoul Parsi, que fue arrestado en marzo y seguía en detención al concluir el año.

 

Libertad de reunión pacífica

 

Se empleó fuerza excesiva e ilegítima para atacar protestas pacíficas, muchas de ellas lideradas por mujeres. 

 

Según la ONU, entre marzo y junio se habían documentado en todo Afganistán 95 protestas lideradas por mujeres

 

Según informes, los talibanes utilizaron armas de fuego, cañones de agua y pistolas paralizantes para dispersar actos de protesta, como el convocado por mujeres el 18 de julio en la capital, Kabul, contra el cierre forzoso de los salones de belleza.

 

Prosiguieron los arrestos arbitrarios y las desapariciones forzadas de manifestantes, por lo que muchas protestas se trasladaron a plataformas de Internet.

 

Defensores y defensoras de los derechos humanos

 

Activistas, defensores y defensoras de los derechos humanos e integrantes de la sociedad civil siguieron sufriendo violencia, intimidación y vigilancia, y en muchos casos fueron víctimas de arresto arbitrario, desaparición forzada y detención ilegítima

 

Según informes de la ONU, las personas detenidas eran sometidas a tortura y otros malos tratos, incluidos abusos sexuales.

 

Las activistas de derechos humanos Nida Parwani y Zhulia Parsi fueron detenidas el 19 y el 27 de septiembre respectivamente, junto con otras personas de su familia; todas quedaron en libertad en diciembre. 

 

Matiullah Wesa, activista por el derecho a la educación, salió en libertad en octubre, tras pasar siete meses encarcelado

 

Nargis Sadat y Parisa Azada Mubariz fueron arrestadas arbitrariamente por los talibanes y quedaron en libertad tras pasar algún tiempo en prisión, aunque un elevado número de activistas y periodistas continuaba en la cárcel.

 

Derechos de las personas refugiadas

 

El temor generalizado a la persecución de los talibanes llevó a miles de personas a abandonar el país

 

Muchas de ellas temían también los ataques de agentes no estatales, como el Estado Islámico en la Provincia de Jorasán. 

 

Más de 1,4 millones de personas afganas refugiadas en Pakistán corrían peligro de ser devueltas.3 

 

Según informes, hasta el mes de diciembre, el gobierno paquistaní había devuelto ya a Afganistán a más de 490.891

 

Otras muchas habían sido expulsadas —o amenazadas con serlo— de Irán y Turquía.

 

Derechos de las personas internamente desplazadas

 

Tras años de conflicto, Afganistán tenía una de las mayores poblaciones de personas internamente desplazadas del mundo

 

Las que habían sido devueltas desde Pakistán y otros Estados se enfrentaban a las duras condiciones invernales sin disponer de los recursos necesarios, como vivienda, acceso a un empleo, asistencia sanitaria y medios de subsistencia suficientes.

 

Derechos de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI)

 

Las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo seguían siendo ilegales y se castigaban con la pena de muerte

 

Las personas LGBTI siguieron sufriendo numerosas violaciones de derechos humanos perpetradas por los talibanes, como discriminación, violencia selectiva, amenazas y detenciones arbitrarias

 

Muchas continuaron viviendo en la clandestinidad, por temor a que sus vidas corrieran peligro, y también se denunciaron algunos casos de matrimonios forzados de personas LGBTI.

 

Impunidad

 

Seguía habiendo una cultura generalizada de impunidad, especialmente en relación con los crímenes de derecho internacional. 

 

Al finalizar el año aún no se habían hecho públicos los resultados de las investigaciones en curso de la Corte Penal Internacional sobre esta cuestión.4 

 

Amnistía Internacional instó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU a establecer un mecanismo internacional independiente de rendición de cuentas que recopilara y preservara pruebas para posibles procesos penales, que complementara el mandato del relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán. 

 

En julio, este relator especial declaró que la grave discriminación que sufrían las mujeres y las niñas equivalía al crimen de lesa humanidad de persecución por motivos de género

 

Además, afirmó que el objetivo de los talibanes de dominar totalmente a las mujeres y las niñas por medio de un régimen de discriminación sistémica podía “calificarse de apartheid de género”.

 

El acceso de la población afgana a la justicia se vio gravemente restringido al suspender o abolir los talibanes la legislación hasta entonces vigente, introduciendo en su lugar una interpretación restrictiva de la sharia y sustituyendo a jueces y profesionales del derecho por sus propios candidatos.


 

fuente

"AMNISTÍA INTERNACIONAL"

¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.