A CONCIENCIA Y…
CON MALA FE
“Come a gusto y placentero, y que ayune tu heredero.”
¿Qué “bombas” dejará activadas Sergio Massa para el próximo gobierno?
El nivel exorbitante de gasto del Estado es la causa de todos los problemas: alta inflación, emisión y cepo.
Distorsión de los precios relativos, quebranto del Banco Central y un escenario de altísima vulnerabilidad social son para los economistas las principales urgencias.
domingo, 3 de septiembre de 2023
Laura González
Massa, en el acto central por el Día de la Industria que se desarrolló el viernes en Paraná, Entre Ríos. (Télam)
Quien asuma la presidencia el 10 de diciembre próximo encontrará una serie de “bombas” activadas que probablemente se agraven todavía más en estos cuatro meses.
Un verdadero campo minado.
Pero eso sería apenas una parte del problema.
El inconveniente central es que están todas en línea, activadas a la vez, sin manera de desactivarlas de a una.
“Es difícil establecer un orden de prioridad, la clave por sobre todas las cosas será la coordinación de los múltiples problemas, lo que le pone un grado de dificultad enorme a la normalización de las variables”, sostiene el economista Iván Ordoñez.
“Por eso cuando me preguntas cuál corto, el rojo o el verde, yo te tengo que decir pará, por empezar no la muevas mucho”, gráfica el profesor del Cema y especialista en agronegocios.
De todos modo, hay consenso en enumerar las urgencias impostergables, a sabiendas de que el principal problema a resolver, la madre de todas las batallas, es el enorme gasto fiscal.
Es de un tamaño tan grande que su financiación se vuelve inviable.
“Las cuentas públicas están desajustadas porque se aumentó el gasto en 20 puntos del producto si se considera el gasto consolidado nación, provincias y municipios. Es más del 40% del producto y se lo financia con emisión”, sostiene el economista Daniel Montamat.
Con este panorama, no habrá manera de ir “normalizando” todos los desajustes si la razón principal del desajuste no se arregla, o al menos se encamina.
“Es un Estado gigantesco que no alcanzamos a pagar, que no le sirve a la gente, no cumple con los roles que manda la Constitución. Le sirve a la política, no lo podés pagar, y encima se absorbe todo el crédito disponible. Hoy solo un tercio del crédito disponible interno va al sector privado, el resto va todo al gobierno para financiar el exceso de gastos, y aún así no alcanza”, dice Aldo Abram, economista de la Fundación Libertad.
Distorsión de precios relativos
Entre diciembre de 2019 y julio del 2023, mandato de los Fernández, la inflación general acumuló una inflación del 565%, pero hay rubros que están muy por encima (indumentaria 788%, gastronomía y hotelería 722%) y otros muy por debajo, como los servicios del hogar con 345% y comunicaciones con 348%).
Hay varias explicaciones, pero cuando los actores son pocos (como pasan en los prestadores de servicios públicos) y actúan en un mercado regulado, se pueden reprimir los precios, cosa que no se puede hacer cuando hay cientos y cientos de negocios de ropa, almacenes. o carnicerías.
El Indec difundió la inflación de julio que estuvo en el 6,3%. El dato poco interesa, ahora la mirada está fija en agosto y hacia adelante. La devaluación del 22% y la trepada del dólar le metieron presión a los precios.
“Tenemos un encanto de precios. Porque en la desesperación por tratar de moderar la inflación, tenés dólares atrasados, muchas tarifas atrasadas, muchos servicios o sectores regulados o congelados, como las prepagas o las naftas. Entonces, es difícil porque sabemos que de un congelamiento se vende con precios que saltan, pero si eso pasa sobre una tasa de inflación alta, es un cóctel bastante complicado”, sostiene Lucas Llach, exvicepresidente del Banco Central.
“Para ordenar eso serán necesarios aumentos reales, pero esos servicios son demasiado caros para un sector de la población, pero es esencial resolver los precios relativos”, apunta el economista Salvador Vitelli, de Romano Group.
Un detalle: a un tercio de los usuarios se les quitó el subsidio del gas y de la luz, y en términos reales paganos hoy 40% más que hace un año.
Deuda comercial creciente
El Banco Central habilita a los importadores a que financien con dólares propios las compras al exterior y les promete que en el mediano plazo les repondrá esos dólares que se usaron ahora para importar.
Según sostuvieron, las restricciones a las importaciones se centraron, principalmente en diferir el acceso de los importadores al mercado oficial de divisas, obligándolos a recurrir al financiamiento propio a corto plazo, lo que provocó un aumento significativo de la acumulación de pagos pendientes.
Automotrices. Los problemas en las importaciones están impactando en las rutinas laborales de las terminales locales y de sus proveedores. (Nicolás Bravo)
Esto ocurre desde junio de 2022: las importaciones acumuladas mensuales eran de U$S 6.600 millones y el Central abonaba 5.400 millones en promedio.
Lo no abonado, que fue creciendo, acumula ya una deuda de U$S 16 mil millones que comienza a vencer en diciembre.
No hay dólares ahora ni los habrá en diciembre.
Una buena cosecha, como se espera para el 2024, podría aliviar al menos parcialmente este pasivo que se patea desde hace más de un año.
El cepo del Central, principal efecto de distorsión
La restricción extrema a los dólares oficiales o el pastiche de impuestos que tienen que pagar los ciudadanos que exigen dólares (sea para ahorro, para viajar o para la compra de bienes) está ligada directamente a la brecha: hay cepo porque se atrasó el tipo de cambio y los dólares se acabaron muy rápido.
Encima, en el 2022 por la guerra (y la impresión en materia energética) se importó a precios siderales y en el 2023 la sequía golpeó las reservas.
"Cuanto más demorás una salida ordenada del lamentablemente los costos que habrá que pagar en términos de la quiebra que se le está generando al Banco Central serán cada vez mayores, aun con una salida ordenada y ni hablar si es una salida desordenada como hemos tenido tantas veces".
De hecho, antes de este cepo, tuvimos 22: en 21 la salida fue desordenada
.
La “bomba” de las Lequiq
De cada tres pesos que emite el Banco Central, dos terminan siendo rescatados por la entidad vía letras y Leliq.
Paga hoy 209% anual.
Eso significa que se retroalimenta de manera exponencial: hay ya 19 billones de pesos en Leliq y sólo para atender intereses se emite 1,8 billones al mes.
El problema es que están y tienen dueño: son los clientes que les llevan los depósitos a los bancos.
“Los pasivos remunerados representan un desafío de cara a futuro. Muchos dicen que se podría resolver con un shock de confianza y aumento de crédito privado, pero otros hablan de una gran licuación de esos pasivos vía una gran devaluación o híper, porque ajustan a tasa nominal”, advierte el economista Salvador Vitelli.
Banco Central
“Solucionar eso sin devaluación ni inflación no es fácil”, dice Iván Ordóñez.
“La diferencia está en que en un plan Bonex una persona puntual elige como principal damnificando del problema a una persona puntual que son los depositantes, pero con la inflación se elige un proceso daña al conjunto de la sociedad. Ambas son malas”, remarca.
Vulnerabilidad social
Todo esto ocurre en un escenario de altísima fragilidad social: 44% de pobreza, inseguridad extrema, empleo precario y hasta episodios de saqueos en algunos centros urbanos.
“Está todo muy complicado. Quizás no la notamos tanto como la notaríamos en un gobierno no peronista, donde habría muchísimas más protestas, pero las situaciones de pobreza, de deterioro general de las infraestructuras públicas y privadas y de un mercado de trabajo cada vez más informalizado es algo que va a llevar mucho tiempo curar”, remarca Llach.
La brecha cambiaria
Con un dólar oficial a 365 pesos fijos y un “blue” a 740 nadie quiere exportar y todo el mundo, en masa, quiere importar.
Eso agrava la fragilidad de las reservas, que este año se reventaron por dos razones: una sequía, que privó al Banco Central de 21 mil millones de dólares que el sector hubiera liquidado y la intención expresa de mantener el tipo de cambio bajo para evitar que la la inflación se dispare.
¿A qué tipo de precio debe converger el dólar oficial?
¿A qué precio debería converger un tipo de cambios únicos? ¿400, 500, 600, 800?
No hay una fórmula matemática para determinarlo, menos con una inflación que viaja a más del 10% al mes.
Un oficial más caro alentaría las exportaciones y desanimaría las importaciones, que pese a las restricciones entre enero y julio acumulan 44.676 millones de dólares, más que en el mismo período de los últimos 10 años.
Cuestiones de fondo
Además de los temas “prioritarios”, hay varios aspectos profundos por resolver: la distribución de impuestos vía coparticipación, el sistema previsional que representa el 42% del gasto total del Estado, el déficit de las empresas públicas y una legislación laboral que desalinea la formalización del empleo.
“No son bombas como las anteriores, pero no se puede resolver el país si no entendés eso”, cierra Ordoñez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario