LA NAVE DE LOS LOCOS
A LA DERIVA SIN DUDAS
Que la renuncia de Macri no tape el bosque de los papelones K aquí y en el mundo
28-03-2023
"Allí donde Argentina tiene una ventaja comparativa, dice The Economist, el Gobierno de Fernández la erosiona"
Silvia Fesquet
Sin previo aviso, Mauricio Macri sacudió el avispero y puso patas para arriba el ya convulsionado escenario político.
Se conoce el refrán: a río revuelto, ganancia de pescadores.
Pero no sería bueno que el anuncio de que el ex presidente se baja de la competencia distraiga la atención sobre una acumulación de desaguisados de toda índole perpetrados por la pareja gobernante y que, una vez más, llevan a la Argentina a las noticias en el mundo por las peores razones.
El escándalo con Ecuador no fue suficiente.
La increíble fuga de la embajada argentina en Quito de la ex funcionaria de Rafael Correa condenada a ocho años de cárcel por corrupción que de la noche a la mañana apareció en la embajada argentina en Caracas y el consiguiente cimbronazo diplomático no alcanzaron.
Tampoco la decisión del gobierno ecuatoriano de echar al embajador argentino en ese país, Gabriel Fuks.
Ni las declaraciones del canciller o del presidente Guillermo Lasso parecieron bastar.
“Colaborar con el escape de una persona prófuga abona la impunidad”, le dijo Lasso a Alberto Fernández, sobre la huida de la ex ministra María de los Angeles Duarte, después de recordarle: “Usted no debió autorizar la concesión del asilo político a una persona sentenciada por la Justicia ecuatoriana.”
No conforme con esta escalada, en una carta que el presidente argentino le envió a su par de Ecuador a partir de este conflicto, no tuvo mejor idea que emprenderla contra Chile.
Si lo hacemos, lo hacemos bien, parece ser el lema de la Casa Rosada, de papelón en papelón, adentro y fronteras afuera también.
En la carta en cuestión, recriminándole a Lasso declarar persona no grata a Fuks, Alberto Fernández acusó a la Justicia chilena de perseguir opositores.
La respuesta no se hizo esperar. Desde el otro lado de la cordillera, el gobierno de Gabriel Boric calificó a Fernández de “impertinente”.
No era el primer cruce diplomático con Chile, ni la primera vez que criticaba a la Justicia de ese país.
Lo había hecho en febrero, al firmar una carta del Grupo de Puebla condenando las demoras en un juicio contra el ex candidato presidencial Marco Enriquez-Ominami, por una presunta financiación ilegal de candidaturas y partidos por parte de una de las mineras más importantes del país.
En ese texto se afirmaba que la acusación al político venía de “fiscales ligados directamente al ex presidente de derecha Sebastián Piñera”.
Una vez más, agitando el famoso “lawfare”.
El presidente Boric fue contundente en su respuesta.
“Yo respeto las instituciones, espero lo mismo de mis colegas”.
La entonces canciller chilena también dijo lo suyo, calificando las afirmaciones de Fernández como “absolutamente improcedentes”.
Había habido más antecedentes de rispideces, vinculados a acciones del embajador argentino en Santiago, Rafael Bielsa.
Por un lado, tuvo una polémica intervención en el caso del líder mapuche Facundo Jones Huala, que se tramitaba en la Justicia chilena. En 2021, el diplomático defendió a Huala, que estaba detenido y condenado a nueve años de prisión por participar en un ataque incendiario en ese país, en la Comisión de Libertades Condicionales de la Corte de Apelaciones de Temuco.
Esta actitud le valió cuestionamientos a él y a Alberto Fernández.
Habría más roces, que llegaron a quedar en claro cuando tiempo atrás y por error, se filtró un audio de quien era ministra de Relaciones Exteriores diciendo sobre Bielsa: “Hace lo que quiere cuando tiene ganas”.
De menores consecuencias institucionales, pero de una torpeza ilimitada, valga recordar aquello de Fernández, citando erróneamente a Octavio Paz, al afirmar que “los mexicanos salieron de los indios, los brasileños de la selva, pero los argentinos de los barcos”.
Se habrá revuelto en su tumba el poeta..
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Desde Estados Unidos llegó la semana pasada el informe anual del Departamento de Estado sobre la situación de los derechos humanos en el mundo.
No le fue muy bien a Argentina.
El capítulo dedicado a nuestro país señaló “graves problemas con la independencia del Poder Judicial” y una “grave corrupción gubernamental”.
Señala que “el Gobierno tomó medidas limitadas para identificar, investigar, enjuiciar y castigar a los funcionarios que cometieron abusos contra los derechos humanos o participaron en actos de corrupción”.
Y cita el caso de Cristina Kirchner en la causa Vialidad.
Confeccionado antes de que se conociera la sentencia a 6 años de prisión para la vicepresidenta, el reporte la menciona explícitamente y dice que ella y “nueve acusados principales, fueron acusados de recibir sobornos, pagar sobornos, o ambos, en contratos de obras públicas entre 2008 y 2015, cuando Fernández de Kirchner era presidente”.
El 24 de marzo, fecha que el kirchnerismo decidió apropiarse indebidamente y de paso convirtió en autocelebración y en motivo de agitación del “operativo clamor” por Cristina, la vice volvió a tuitear contra la Justicia: “Cientos de miles marchan por Memoria, Verdad y Justicia para defender la Democracia y decirle Nunca Más a la Corporación Judicial”.
Una vez más, la reinterpretación y el relato K impregnándolo todo.
Justamente hablando de derechos humanos es que Human Rights Watch exhortó al Gobierno de Alberto y Cristina Fernández.
Semanas atrás, la directora de la organización para las Américas, y la directora para la ONU en Ginebra, le mandaron una carta al canciller Santiago Cafiero en la que pedían que, en ciertos temas internacionales y específicamente en el caso de Nicaragua, la Argentina “aplique consistentemente las normas de derechos humanos sin doble estándar”.
Es que, para desconcertar al mundo, nada como la gestión de los Fernández.
Días atrás, el semanario “The Economist” ponía en boca de China una pregunta para Argentina: “¿Dónde está la carne?”, y decía en su artículo que nuestro país “está desperdiciando las grandes oportunidades que le ofrece China”.
“Deberían ser una pareja perfecta, como un bife y una copa de Malbec”, escribió el periodista, para repasar las múltiples idas y vueltas de una relación comercial.
Con ironía, la revista recuerda que en 2021, tres años después de que los chinos abrieran su mercado a la carne argentina, nuestro país se “autoprohibió” las exportaciones de carne.
“Allí donde Argentina tiene una ventaja comparativa -dice la nota-el Gobierno de Fernández la erosiona”.
Y concluye que Argentina parece más interesada en ser aliada de China que en ser su proveedora.
La extrañeza no se detiene allí: “El incentivo para invertir en energía, sigue el artículo, se ve empañado por los controles de precios. Los hogares apenas pagan por la electricidad y la derrochan copiosamente. Los cortes de electricidad son frecuentes”.
Argentina modelo 2023, tan difícil de entender para propios como para ajenos.
Fuente: Clarin
FUENTE
"IDENTIDAD CORRENTINA", 28.03.2023