VENEZUELA…
MIENTRAS TANTO…
-II-
La guerra de El Callao
A través de notas de voz y videos los jefes de este grupo armado ―no se sabe cómo calificarlos― se dirigen directamente a la gente para que se “resguarde” porque hay un enfrentamiento directo entre bandas por el control de la mina del sector conocido o bautizado como El Perú.
El líder asegura que hay unos “malandros” que se hacen escoltar por militares, agentes del Cicpc, la Dgcim y de la FAES, a quienes no les temen.
En un video, el jefe de los revolucionarios de El Perú afirma que estos “malandros” que quieren sacarlos de la zona, al mando de un tal “Rony Matón”, les pagan a los uniformados aproximadamente 5 kilos de oro semanal para que los ayuden en los enfrentamientos.
Este es el resultado de la explotación sin control de las minas del estado Bolívar.
Es obvio que al gobierno chavista no le interesa lo que pasa en la zona, siempre y cuando produzca oro y les quede su parte.
Las víctimas reales son los habitantes de El Callao y pueblos aledaños que tienen que vivir de acuerdo con lo que dictan los delincuentes ―este sí podría ser el término adecuado― de uno u otro bando.
Lo peor es que como una de las partes se asoció con agentes del gobierno, entonces los uniformados se creen con el derecho de aterrorizar al ciudadano común.
Este fin de semana comenzaron a entrar a las casas como solo ellos saben hacerlo y la población ha hecho lo único que puede en estas circunstancias: esconderse.
No hay ninguna autoridad a la que pueda acudir para que le dé protección.
¿Es esto justo?
¿Para eso creó el gobierno chavista el Arco Minero?
¿No se supone que son recursos del Estado que deben ser explotados bajo cierta regulación y las leyes?
¿Por qué entonces este negocio lo controlan grupos irregulares armados?
El asunto, como suele pasar, se les fue de las manos.
Al final, sean los del Frente Revolucionario de El Perú o los colectivos de Rony Matón, son ellos los que se llevan los kilos de oro.
Por supuesto que esto no entra en las arcas del Estado (de todos los venezolanos), sino en las de unos pocos malandros, uniformados o no, porque en esa categoría entran todos sin excepción.
La gente de El Callao y de otros pueblos del sur de Bolívar tienen muy pocas alternativas porque saben que viven en una zona sin ley.
Sencillamente, insistimos, el gobierno chavista perdió el control de la frontera sur.
Desde Apure hasta Delta Amacuro lo que se aplica es la ley del grupo armado más fuerte.
Y entre la refriega de unos y otros se hallan venezolanos inocentes (incluidos los indígenas) pasando trabajo.
¿Será que pueden dejar de lado el festival de salsa un ratico y se ocupan de problemas tan graves como este?
fuente
"EL NACIONAL", Venezuela, 13.04.2022
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