DESDE VENEZUELA
Fraude descarado
Comenzó inhabilitando a María Corina Machado, siguió bloqueando la candidatura de Corina Yoris, llenó de zanjas y de persecuciones insólitas la ruta electoral, impidió la participación de millones de votantes dentro y fuera del país, pero nunca pudo apartar a los venezolanos de las mesas y centros de votación como se constató el domingo 28 de julio.
Desechó el camino del diálogo y prefirió desconocer la voluntad popular expresada en la participación fervorosa del domingo, que de acuerdo con las actas en poder de la oposición, tal como confirmó la líder María Corina Machado, ofrecía un resultado 70 a 30 a favor de la candidatura de Edmundo González Urrutia o, en el mejor escenario para el oficialismo, una ventaja opositora de 33 puntos que señalaban los exit polls (sondeos a boca de urna) de la prestigiosa firma internacional Edison Research.
El mundo democrático ha reaccionado con sorpresa y, a la vez, con determinación exigiendo la información transparente y verificable de un proceso electoral señalado a producir un cambio político que abriera las puertas a la democracia y a la recuperación de un país que solo es piel y huesos, pero sobre todo corazones palpitantes e insobornables.
Al descaro del resultado electoral anunciado, se le añade aún más tensión con el intento de culpar a la líder de la oposición democrática de la patraña de un supuesto hackeo contra el sistema electoral cuando la partida estaba ganada de mano.
Junto a Machado han sido implicados en esa burda acusación Lester Toledo y Leopoldo López, ambos residenciados en el exterior.
Los venezolanos, de manera espontánea, sin ninguna convocatoria, han respondido con cacerolazos y protestas en todo el país en rechazo al desconocimiento de la votación y en reclamo de una victoria que les pertenece.
El gobierno será responsable de esta perturbación del orden ciudadano y de cualquier exceso que cometa como respuesta al clamor popular.
El mundo democrático, de derecha, centro e izquierda, le exige al gobierno de Maduro y al CNE que presenten las actas que atestiguan que ganaron la elección.
Nunca se ha visto, salvo que se trate de autocracias como la cubana o la nicaragüense, que un resultado electoral no vaya acompañado de la data discriminada por mesa y centro de votación en todo el país que respalda los números presentados.
En rigor no hay un resultado electoral, que ha sido sustituido por una intervención de Elvis Amoroso desprovista de la mínima formalidad.
El 28 de julio, como lo afirmó María Corina Machado, se eligió a Edmundo González Urrutia como presidente de los venezolanos.
Un resultado distinto solo significará ahondar la crisis nacional y provocar una estampida de más venezolanos en busca de un mejor futuro en otras tierras, agravando las preocupaciones de los países vecinos ya desbordados por la atención de la ola migratoria nacional.
Es indispensable mantener un reclamo sereno, firme e inteligente que permita establecer la verdad de las urnas electorales y producir un cambio político en paz y con garantías democráticas para todos los venezolanos.
fuente
"EL NACIONAL", Venezuela, 30.07.2024
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