28 jun 2022

EN UNA NIÑA… TODOS LOS NIÑOS


 

 

 

 

EN UNA NIÑA…

TODOS NUETROS LOS NIÑOS

 

 

Han pasado 50 años y ya no soy la ‘niña del napalm’

Es la fundadora de Kim Foundation International, que brinda ayuda a niños víctimas de la guerra.

 

Crecí en el pequeño poblado de Trang Bang en Vietnam del Sur. 

 

Mi madre dijo que de pequeña era muy risueña.

 

Nuestra vida era sencilla y había comida en abundancia, pues mi familia tenía tierra de cultivo y mi madre era propietaria del mejor restaurante del pueblo. 

 

Recuerdo que me encantaba ir a la escuela y jugar con mis primos y los demás niños, saltábamos la cuerda, corríamos y nos perseguíamos llenos de alegría.

 

Todo eso cambió el 8 de junio de 1972. 

 

Solo tengo memorias intermitentes de ese día terrible

 

Estaba jugando con mis primos en el atrio del templo. 

 

Momentos después, un avión voló muy bajo y a toda velocidad, el ruido a su paso fue ensordecedor. 

 

Luego, hubo explosiones y humo y un dolor insoportable. 

 

Tenía 9 años.

 

El napalm se te pega a la piel, sin importar lo rápido que corras y causa quemaduras espantosas y un dolor que dura toda la vida

 

No recuerdo correr ni gritar: “Nóng quá, nóng quá!” (“¡Quema, quema!”), pero grabaciones de ese momento y los recuentos de otras personas afirman que lo hice.

 

Tal vez hayan visto la fotografía que me tomaron ese día, huyendo de las explosiones junto con otras personas: soy la niña desnuda con los brazos extendidos que grita de dolor

 

La imagen, tomada por el fotógrafo survietnamita Nick Ut, quien trabajaba para The Associated Press, se publicó en las primeras planas de los periódicos de todo el mundo y ganó un Premio Pulitzer. 

 

Con el tiempo, se convirtió en la imagen más conocida de la guerra de Vietnam.

 

Nick no solo me cambió la vida para siempre con esa fotografía inolvidable, también me la salvó.

 

Después de tomar la foto, bajó la cámara, me envolvió en un cobertor y me llevó a toda prisa a recibir atención médica

 

Le estoy eternamente agradecida.

 

A pesar de ello, en ocasiones llegué a odiarlo.

 

Crecí detestando esa foto. Pensaba: “Soy una niña. Estoy desnuda. ¿Por qué tomó esa foto? ¿Por qué mis padres no me protegieron? ¿Por qué publicó esa foto? ¿Por qué soy la única que está desnuda, mientras que mis hermanos y mis primos sí traen ropa puesta?”

 

Me sentía fea y avergonzada.

 

Al crecer, algunas veces desee que desapareciera, no solo por mis lesiones —las quemaduras abarcan una tercera parte de mi cuerpo y me causan un dolor intenso y crónico—, sino además debido a la humillación y la vergüenza de mi desfiguración. 

 

Traté de esconder mis cicatrices bajo la ropa.

 

Sentí una enorme ansiedad y depresión. 

 

Los niños en la escuela me evitaban. 

 

Los vecinos sentían lástima al verme y, hasta cierto punto, mis padres también. 

 

A lo largo de los años, temí que nadie me querría.

 

Mientras tanto, el fotógrafo se hacía cada vez más famoso, lo cual dificultaba más mi vida privada y emocional. 

 

Al comienzo de la década de 1980, fui entrevistada en varias ocasiones por la prensa, la realeza, los primeros ministros y otros líderes y todos esperaban encontrar algún significado en esa imagen y en mi experiencia. 

 

La niña que corría por la calle se convirtió en un símbolo de los horrores de la guerra

 

La persona real veía desde las sombras, temerosa de ser expuesta como una persona defectuosa.

 

Phan Thi ahora viaja por todo el mundo brindando asistencia médica y psicológica a los niños víctimas de la guerra.

 Credit...May Truong para The New York Times

 

Por definición, las fotografías capturan un momento en el tiempo. 

 

Pero los sobrevivientes en esas fotografías, en especial los niños, deben seguir adelante. 

 

No somos símbolos, somos humanos

 

Debemos encontrar trabajo, amor, comunidades que nos acepten, lugares para aprender y nutrirnos.

 

No fue sino hasta llegar a la adultez, después de exiliarme en Canadá, que comencé a encontrar la paz y a materializar mi misión de vida, con ayuda de mi fe, mi marido y mis amigos. 

 

Ayudé a crear una fundación y comencé a trabajar en países asolados por la guerra para brindar asistencia médica y psicológica a niños víctimas de la guerra, al ofrecerles, espero, la posibilidad de otras alternativas.

 

Sé lo que es que la ciudad donde vives sea bombardeada, que tu casa quede hecha ruinas, ver morir a tu familia y los cuerpos de civiles inocentes tirados en las calles

 

Estos son los horrores de la guerra de Vietnam grabados en incontables fotografías y noticiarios cinematográficos. 

 

Por desgracia, son las imágenes de cualquier guerra, de las valiosas vidas humanas dañadas y destruidas hoy en Ucrania.

 

En cierto sentido, también son las imágenes atroces de los tiroteos en las escuelas. 

 

Tal vez no veamos esos cuerpos, como lo hacemos en las guerras extranjeras, pero esos ataques son el equivalente doméstico de la guerra

 

La idea de compartir las imágenes del derramamiento de sangre, en particular de niños, puede ser insoportable, pero deberíamos enfrentarnos a ellas. 

 

Es más fácil huir de las realidades de la guerra si no vemos las consecuencias.

 

No puedo hablar por las familias de Uvalde, Texas, pero me parece que mostrarle al mundo las consecuencias de la destrucción de las armas de fuego de verdad puede enfrentarnos a esa realidad infernal

 

Debemos enfrentar la violencia con determinación y el primer paso es observarla.

 

Phan Thi Kim Phuc, de nueve años (centro), al huir de su aldea en el sur de Vietnam en 1972. Se había despojado de su ropa quemada luego de que su comunidad fue bombardeada con napalm.

 Fotografia publicada en la edición del 19.02.2020

 

Llevo las consecuencias de la guerra en el cuerpo

 

Esas cicatrices, físicas o mentales, no se olvidan nunca

 

Agradezco el poder de esa fotografía a los 9 años, tanto como agradezco la travesía de mi vida desde entonces. 

 

Mi horror —que apenas recuerdo— se volvió universal

 

Con el tiempo he llegado a sentirme orgullosa de haberme convertido en un símbolo de la paz. 

 

Me tomó mucho tiempo aceptarme como persona. 

 

Puedo decir, 50 años después, que me alegro de que Nick haya capturado ese momento, a pesar de todas las dificultades que me ha traído esa imagen.

 

Esa foto siempre servirá como recordatorio de la maldad indescriptible de la que la humanidad es capaz

 

A pesar de ello, creo que la paz, el amor, la esperanza y el perdón siempre serán más poderosos que cualquier arma.

 

Kim Phuc Phan Thi reside en Canadá y trabaja con la Fundación Internacional Kim, que brinda asistencia a niños víctimas de guerra en todo el mundo.

 

 fuente

"THE NEW YORK TIMES", EE.UU., 07.06.2022


7 jun 2022Barcelona 07 de junio del 2022. 23:49. 8 Comentarios. Ha sido bautizada como la fotografía “que nunca descansa” por su poder para mantenerse ...
8 jun 2022A 50 años de la foto de la "Niña de napalm" que definió la guerra de ... Bang durante los bombardeos norteamericanos del 8 de junio de 1972.
Falta(n): timessoy7
En 1972, la niña de Napalm de Nick Út, se convirtió en la imagen que -dicen- paró la guerra en Vietnam. | Ulises Castellanos. 09/06/2022. Escuchar; Detener.
8 jun 2022La vietnamita Phan Thị Kim Phúc tenía 9 años el 8 de junio de 1972. Vivía en la pequeña aldea de Trang Bang, Vietnam del Sur.
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Opinión: Han pasado 50 años y ya no soy la 'niña del napalm'

https://es-us.noticias.yahoo.com › opinión-50-años-soy-...
Opinión: Han pasado 50 años y ya no soy la 'niña del napalm'. Kim Phuc Phan Thi. 8 de junio de 2022 ·6 min de lectura.
07:06 ET (11:06 GMT) 8 junio, 2022 ... Según un informe de la época de The New York Times, el ejército de Vietnam del Sur había pasado tres días tratando de ...
Falta(n): 7 ‎| Debe incluir lo siguiente: 7
8 jun 2022El 8 de junio de 1972 el fotógrafo de Associated Press (AP) “Nick” Ut retrató el momento justo en que Kim Phuc y cuatro niños más gritaban ...
8 jun 2022Una fotografía en blanco y negro, donde una serie de niños lloran desconsolados. En especial, la atención se centra en una niña, desnuda, ...
 

 

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¡BIENVENIDOS, GRACIAS POR ARRIMARSE!

Me atrevo a interpelar, por sentirlos muy cercanos, por más que las apariencias parecieran indicar lo contrario; insisto en lo de la cercanía, por que estamos en el mismo bote – que hace agua - , tenemos pesares, angustias y problemas comunes, recién después vienen las diferencias.

La idea es dialogar, hablar de nuestras cosas, hay textos que nos proporcionan la información básica – no única-, solo es una propuesta como para empezar. La continuidad depende de Ustedes, un eventual resultado adicional depende de todos.La idea es hablar desde un “nosotros” y sobre “nuestro futuro” desde la buena fe, los problemas exigen soluciones que requieren racionalidad, honestidad intelectual que jamás puede nacer desde la parcialidad, la mezquindad, la especulación.

Encontraran en “HASTA EL PELO MÁS DELGADO ...”, textos y opiniones sobre una temática variada y sin un orden temporal, es así no por desorganizado, sino por intención – a Ustedes corresponde juzgar el resultado -.Como no he vivido en una capsula, ya peino canas, tengo opiniones y simpatías, pero de ninguna manera significa dogmatismo, parcialidad cerrada.Soy radical (neto sin adiciones de letras ninguna), pero no se preocupen no es contagiosos … creo, solo una opción en el universo de las ideas argentinas. Las referencias al radicalismo están debidamente identificadas, depende de Ustedes si deciden “pizpear” o no.

El acá y ahora, el nosotros y el futuro constituyen la responsabilidad de todos.Hace más de cuatro décadas, en mi lejana secundaria, de una pasadita que nos dieron por Lógica, recuerdo el Principio de Identidad, era más o menos así: “Si 'A' no es 'A', no es 'A' ni es nada”, por esos años me pareció una reverenda huevada, hoy lo tomo con mucho más respeto y consideración. Variaciones de los mismo: no existe un ligero embarazo; no se puede ser buena gente los días pares.

Llegando al Bicentenario – y aunque se me tildé de negativo- siento que como pueblo, desde 1810, hemos estado paveando … a vos ¿qué te parece?. En algún momento perdimos el rumbo y ahí andamos “como pan que no se vende. Cuentan que don Ángel Vicente Peñaloza decía: “Como ei de andar, en Chile y di a pie, cuando hay de que no hay cunque, cuando hay cunque no hay deque”.

De tanto mirarnos el, ombligo y su pelusa, tenemos un cerebro paralitico, cubierto de telarañas y en estado de grave inanición. Padecemos una trágica concurrencia de factores que nos impiden advertir – debidamente -, este, nuestro triste presente y lo que es peor aún, nos va dejando sin futuro.

A los malos, los maulas, los sotretas, los villanos, los mala leche, los h'jo puta, los podemos enfrentar pero … ¿qué hacemos con los indiferentes, con los que solo se meten en sus cosas, y no advierten que el nosotros y el futuro por más que sean plurales son cosas personalisimas? Y luego dicen que quieren a sus hijos y su familia; ¡JA!, ¡doble JA!, ¡triple JA! (il lupo fero).

¡¡EL REY ESTÁ EN PELOTAS!!, dijo el niño de la calle, hijo de padre desconocido y madre ausente, ese niño es mi héroe favorito.

¿QUÉ ES PEOR LA IGNORANCIA O LA INDIFERENCIA?

¡¡NO LO SÉ Y NO ME IMPORTA!!

El impertinente, el preguntón es nuestra esperanza, nuestro “Chapulin Colorado”.

Mis querido “Chichipios” - diría don Tato- no olviden que además de ver el vaso medio vació o medio lleno, hay que saber que contiene – sino que le pregunten a Socrates - ¡Bienvenidos! Adelante. Julio


Mendoza, 11 de noviembre de 2009.