UN PEQUEÑIN QUE…
SE CREE MUY MUY MUY GRANDE
Cuando hayáis cometido un error, no mintáis para negarlo o
atenuarlo. La mentira es una torpe debilidad. Acepta que te has
equivocado; en ello hay magnanimidad.
El peronismo compra el buzón que vende
No es la primera vez que el partido tiene el gesto infantil de ocultar la derrota.
En el fondo, se busca postergar lo impostergable, la discusión sobre el liderazgo de Cristina Kirchner y Alberto Fernández
16 de noviembre 2021
Por Carlos Pagni
Hay una frase muy antigua que es “le vendieron un buzón”.
Una frase que viene de una historia.
Dicen que es un tipo que se paraba al lado del buzón y le cobraba a la gente por las cartas que llegaban y un día le vendió el buzón a alguien y alguien se lo compró.
Lo interesante de este buzón que nos quieren vender es que el que lo vende lo compra también.
¿Por qué festejan?
Leé también: Las felicitaciones que Alberto Fernández le quedó debiendo a la oposición
Creo que hay un festejo honesto, que es el que festeja porque esperaba algo malo finalmente y la mala noticia fue mejor que la que él esperaba.
Así como tenía la ilusión en las primarias -y esto lo decía todo su entorno el día antes- de que ganaba la provincia de Buenos Aires por 10 puntos y surgía el verdadero Alberto Fernández, que iba a enrostrarle ese triunfo a Cristina y se iba a terminar toda la tensión y la disputa de estos dos años, ahora esperaba una catástrofe.
Es decir, esperaba una derrota tal que pusiera en peligro el fin de su mandato.
Alberto Fernández y Axel Kicillof sonríen ante sus partidarios en el búnker del Frente de Todos. (Foto: EFE / Juan Ignacio Roncoroni)
Un peronista que no termina un mandato no es como un radical que no termina el mandato.
No está en la genética del grupo, no está diseñado para eso.
Cuando vio que la diferencia fue de solo nueve puntos y en la provincia de Buenos Aires una diferencia que se acerca al empate, dijo: “Acá hay que festejar. Tengo un tumor pero benigno”.
Esa sería la comparación.
Ahora creo que hay una segunda razón, que hay algo infantil en la política, que es una actividad con componentes infantiles increíbles: quién es el guapo de la cuadra, quién es el más poderoso, y en esa infantilidad esta también el gesto infantil de ocultar la derrota.
En el año 1997 a Carlos Menem lo barrieron y él festejó Perico, que era un pueblito de Jujuy donde había ganado.
En el 2003 Adolfo Rodríguez Saá, que sale muy mal, dice: “En la mesa 186 de Necochea, ahí ganamos”.
En el 2013 Cristina Kirchner festejó el triunfo en la Antártida, cuando pierde la provincia de Buenos Aires con Sergio Massa.
Entonces, esto que a nosotros nos parece en general, visto desde lejos, una ridiculez, parece que en este juego infantil la dificultad para reconocer la derrota es tan grande que se convencen de que “gané en Perico”.
Hay una tercera razón y es bloquear cualquier discusión sobre el liderazgo de Cristina Kirchner y Alberto Fernández.
Acá hay una masa de accionistas que son los gobernadores, los intendentes, los sindicalistas, que dicen: esta gente...
¿A dónde nos está llevando que perdimos dos millones de votos sólo en la provincia de Buenos Aires y cinco millones dos años en todo el país?
Festejemos rápido antes de que se arme esta discusión, pero esta discusión, después del festejo, va a venir.
fuente
"TN", 16.11.2021
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