EL INTRINGULIS ELECTORAL
¿Puede la Corte Suprema darle la razón a Trump?
Trump tomó la palabra la noche electoral del 3 de noviembre en la recepción en la Casa Blanca, se dirigió al grupo de invitados que esperaban junto él los resultados de las elecciones y advirtió que apelaría al Supremo.
El Presidente, tras enumerar los estados en los que había salido victorioso, sostuvo: “Francamente nosotros ganamos estas elecciones. Y por el bien de la nación, vamos a asegurar la integridad del proceso. Esto [continuar el conteo de los votos] es un gran fraude a nuestra nación. Iremos a la Corte Suprema de Estados Unidos, porque deseamos que todos los conteos cesen. No queremos que encuentren ninguna boleta a las 4.00 de la madrugada y las agreguen a las listas”.
Las palabras del mandatario abren un mar de interrogantes sobre los diferentes escenarios que podríamos esperar en los próximos días.
Por ello, DIARIO LAS AMÉRICAS conversó con el abogado constitucionalista Ángel Leal para que arrojara luz sobre el complejo proceso electoral estadounidense.
Calma
“Lo más importante ahora es tener paciencia. Es el momento de esperar que los votos se cuenten. Porque la finalidad del proceso es elegir al presidente”, sostuvo el letrado.
La Constitución estadounidense contempla “todos los escenarios, incluso cómo se debe actuar en caso de que ninguno de los dos candidatos alcance los 270 votos electorales necesarios para llegar a la Presidencia. No hay de qué preocuparse”, insistió.
Posibles demandas
La hipotética demanda del Presidente “de solicitar el cese de los conteos es una simplificación del tema. Los procesos electorales son dirigidos por cada estado. Tienen una incumbencia netamente estatal. En teoría, lo que ocurrió el día 3 de noviembre fueron 50 elecciones, una en cada estado de los que componen el Colegio Electoral Nacional”, argumentó.
No obstante, el letrado aclaró que esto no significa que el Presidente no pueda presentar demandas, primero en la corte estatal del proceso en cuestión y después, si es necesario, seguir a una instancia mayor, que sería la Corte Suprema.
Para ello debe tener alegatos específicos referentes a hechos y estados específicos.
“No vale que Trump diga que no está de acuerdo con que sigan contando las boletas. La Constitución de los EEUU otorga total independencia a los estados y cada uno tiene sus propias reglas referente al proceso electoral”.
Con todo lo que está en juego, Leal está convencido de que habrá muchos litigios y puso el ejemplo de una demanda impuesta en Nevada, estado que aporta seis votos electorales al conteo necesario de los 270 para ser nombrado presidente.
Allí el Partido Republicano alegó que a sus interventores “no le dieron oportunidad de observar las boletas del voto por correo, para asegurarse de que estaban siendo procesadas correctamente antes de ser contadas”.
Por otra parte, la Corte Suprema de la nación rechazó atender de forma inmediata una demanda sobre extensión por tres días de la aceptación del voto por correo en Pensilvania y lo dejó en manos del tribunal estatal, que aprobó la prórroga.
Según Leal, en dicho estado no se estableció con claridad la fecha límite que debe aparecer en el matasellos de la boleta para que esta se considere válida”.
Otros estados, como Florida, son muy precisos en ese asunto.
Aquí el voto es únicamente aceptado si es emitido o recibido antes de las 7 pm del día de la elección.
No vale el matasellos del correo postal.
A efectos prácticos, “aunque en Pensilvania están contabilizando los votos por correo recibidos durante los tres días (de prórroga), los están separando del resto para que se puedan sustraer, si luego la Corte Suprema acepta la demanda y determina que dichas boletas no son válidas.
Pero, “Pensilvania es un caso sui generis".
Debido a la pandemia, la Corte Suprema estatal fue quien extendió el plazo del voto por correo.
De esta forma asumió una atribución del poder legislativo.
Por tanto, la legislatura del estado argumenta que no debería haberse concedido dicho plazo adicional.
Los jueces del Supremo estarán atentos, “si los votos en cuestión suman la diferencia necesaria para que un candidato gane en ese estado, es muy posible que la Corte Suprema quiera escuchar los reclamos”, indicó Leal.
Es clave señalar que en ningún caso se contempla la posibilidad de fraude.
La pugna viene dada porque el Partido Republicano nunca estuvo de acuerdo en que se otorgara tiempo adicional al voto por correo.
Incluso, “aunque el caso de Pensilvania fue rechazado, los magistrados conservadores Samuel Atito, Clarence Thomas y Neil Gorsuch opinaron que probablemente la extensión del plazo se trataba de una maniobra ilegal”.
Gore vs. Bush
No sería la primera vez que una Corte Suprema intervenga en unas elecciones presidenciales.
En el año 2000, el presidente George Bush, entonces candidato, ganó el estado de Florida por menos del 0.5%.
La ley contempla que con un margen tan estrecho se permita un recuento de los votos.
Y el contrincante demócrata Al Gore lo solicitó.
“Cuando se hizo el recuento, hallaron que 61.000 boletas no se habían procesado correctamente. Para corregir el error, la Corte Suprema de Florida determinó que los condados deberían recontar e interpretar las boletas afectadas, tratando de reflejar la intención del votante”.
Sin embargo, “la Corte Suprema de la nación intervino y suspendió el recuento alegando que se violaba la Cláusula de Protección Igualitaria garantizada en la Constitución, ya que estos votos no iban a ser contados de la misma manera en los diferentes condados. Se suspendió el recuento y Bush ganó la presidencia por un margen de 537 votos” recordó Leal.
Escenarios
Las elecciones del pasado 3 de noviembre tenían como objetivo ganar los electores de cada estado que formar el llamado Colegio Electoral y que nombrarían oficialmente el presidente “el primer lunes después del segundo miércoles de diciembre, del año electoral”, según dice la Constitución.
En este caso, sería el lunes 14 de diciembre.
Como paso previo a la elección en el Colegio Electoral el 14 de diciembre, cada gobernador tiene de plazo hasta el día 8 de diciembre para registrar un Certificado de Voto a los electores de su estado que elegirán al presidente.
“Si ese día llega y un estado no ha emitido su certificación, debido a alguna pugna legal o por el motivo que sea, el voto electoral pasa a la Cámara de Representantes de Estados Unidos”, o sea la Cámara Baja, que está en manos de los demócratas. Y eso es algo que a nadie le conviene. Para evitarlo los estados van a querer certificar dichos resultados. De hecho, la Corte Suprema también está interesada en facilitar que el propio estado pueda certificar a sus electores.
Esto quiere decir que la solución de los varios litigios será dada, a más tardar, antes del día 8 de diciembre porque el día 14 el Colegio electoral debe nombrar oficialmente el ganador de la contienda electoral.
Por otra parte, la Constitución prevé que, si ninguno de los candidatos logra los 270 votos electorales, es la Cámara de Representantes la encargada de elegir a la persona que ocupará la Casa Blanca.
A la pregunta de si nos encontramos ante una crisis constitucional o institucional, Leal contestó: “La Corte Suprema sufrió como institución cuando tuvo que intervenir en el caso Gore vs. Bush. Al final, el resultado de unas elecciones debe resolverse fuera del ámbito jurídico”.
Si la Corte Suprema llegara a tomar una decisión jurídica que determine el resultado electoral sería la segunda vez en 20 años.
“Entonces, habría que asumir que estamos ante una crisis institucional y constitucional”, alegó. Sobre todo, después del recién nombramiento de la jueza conservadora Amy Coney Barrett.
fuente
"DIARIO LAS AMÉRICAS", EE.UU., 05.11.2020
ALGUNOS ANTECEDENTES DE
TRUMP DENUNCIANDO... CUANDO GANÓ
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