VENDEDORES DE ABALORIOS
Las estrategias electorales de campaña son mentiras sin máscara
(Por: Rubén Lasagno) – “Si yo decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie”, dijo Carlos Menem en aquel memorable sincericidio político, donde claramente quedó establecida la mentira como un baluarte de cualquier campaña que se precie de tal.
La sociedad ha aceptado prácticamente sin resistirse, ser blanco de promesas que de antemano sabe no van a cumplir los candidatos.
Por lo tanto, el candidato es ese “Papá Noel”, que ya saliendo de la niñez, sabíamos que no existía pero simulábamos que creíamos en él, para disfrutar del misterio de los últimos regalos.
Claro, allí al menos, perdíamos la inocencia.
Con los políticos perdemos el futuro, los bienes, la vida y la esperanza de nuestros hijos.
Hay dos hechos descomunales que deberían recibir todo el repudio popular: que nos mientan y que usen los dineros públicos para solventar sus propias campañas, personajes oscuros, inútiles y autoritarios, que solo piensan en su bienestar personal y familiar y en llenar los bolsillos propios y de los amigos.
Y esto lo vemos campaña tras campaña, partido tras partido.
En épocas de Néstor y Cristina, ambos cultivaban la teoría que “sin plata no se puede hacer política”, es decir, es una versión edulcorada para venderle a la sociedad de que en campaña todo vale, desde el dinero del narcotráfico hasta los sobreprecios, las licitaciones truchas, los subsidios simulados y los presupuestos inflados que se susbejecutan con descaro porque saben que no hay ningún control.
“Es plata de la política”, dijo José López para justificar los 9 millones de dólares que se había robado, como si el hecho de usar esa plata en “la política”, la transformara en dinero lícito.
Mauricio Macri llegó con fondos que nadie sabe de dónde sacó pero todos lo sospechaban y para el 2019 usó los fondos públicos para sustentar la campaña de la reelección fallida que perdió en manos de Cristina Fernández que le puso un monigote y lo arrasó.
Actualmente y por primera vez en la historia del país, el Ministro de Economía (que no es economista), a su vez presidente pre tempore, se mueve como candidato a la presidencia, prometiendo enderezar un país que él mismo ha puesto de rodillas y aún así, hay gente que todavía cree sus demenciales mentiras.
Y el opositor se erige en un montón de palabras huecas, promesas vacías y mentiras veladas, que electoralmente se percibe como un salto al vacío en las urnas, sin que el votante sepa bien qué y a quién vota ni qué es realmente Javier Milei.
Javier Milei llamó a la unidad contra el Kirchnerismo – Foto: NA
Lo llamativo de todo esto, es que el pueblo, a sabiendas que le mienten, los votan.
Mientras no maduremos social y políticamente y sigamos bajo la matrix
del populismo berreta que despliegan los candidatos de todos los
partidos en cada campaña, no podremos votar una salida honorable para nuestro país plagado de okupas
a los que no logramos desalojar, aún cuando nos mienten sin máscara, en
la cara y de la forma más cínica que un ser humano pueda tolerar. (Agencia OPI Santa Cruz)
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