EUSKADI: JUBILADOS
Podemos y Bildu se adueñan
del movimiento de los pensionistas vascos un año después de su nacimiento

Un numeroso grupo de pensionistas y jubilados se manifiesta en Bilbao la pasada semana. ARABA PRESS
El 15 de enero de 2018, un reducido grupo de pensionistas y
jubilados del País Vasco se menifestaba (sic) por primera vez ante el Ayuntamiento de
Bilbao para exigir la vinculación de las pensiones al IPC.
Un año después, y a
pesar de que «se ha conseguido el objetivo» y «se ha desterrado el 0,25%», las
protestas se suceden lunes tras lunes.
La exigencia ha crecido y el ambicioso
-y difícilmente viable- objetivo ahora es que el Gobierno establezca una
pensión mínima de 1.080 euros.
Y por el camino, además, lo que comenzó siendo
una llamativa y potente protesta de los jubilados y pensionistas con las
prestaciones más altas de España, se ha convertido en una movilización de la que Podemos
y Bildu se quieren adueñar en busca de réditos electorales.
«Yo no le veo sentido seguir aquí, esto hay
que pararlo ya porque si no, vamos a hacerle la campaña electoral a Bildu o a
Podemos. Me gustaría que después de un año pasando frío, calor
y lluvia, esto acabe como debe acabar, con el sabor del triunfo que supone
desterrar el 0,25%. Pero ya se ha convertido en algo político», explica explica
Josele Fernández, una de las voces más autorizadas del del movimiento de los
pensionistas vascos, no en vano su vinculación con el mismo se remonta hasta el
día en el que tuvo lugar la primera concentración.
«El 15 de enero de 2018 había una convocatoria a través de las
redes sociales y acudimos unas 400 personas ante el Ayuntamiento de Bilbao. El
llamamiento era para manifestarse contra la subida del 0,25%, y cuando la gente
empezó a disolverse, utilizando las manos como megáfono,
propuse que nos congregásemos al lunes siguiente. Un tiempo
después recibí un aviso de la Policía Municipal de Bilbao avisándome de que me
iban a multar con 70.000 euros. Luego la Ertzaintza me advirtió de otra sanción
de 60.000 euros,... Hasta que vino un policía autonómico a decirme que fuese lo
antes posible a una comisaría para crear una asociación, y evitar así las
sanciones», prosigue Fernández.

Aquello fue el embrión de lo que hoy es la Plataforma de
Jubilados y Pensionistas de Bizkaia, en la que se integran diferentes
movimientos pero respetando siempre «que no se puede hablar de siglas o de
partidos».
«Aquí hay que hablar de pensionistas y nada más».
Sin embargo, ese
compromiso no escrito se ha quebrantado y en los últimos meses la izquierda abertzale y
la formación populista han empezado a adueñarse del movimiento.
«Yo ahora me
quedo sin discurso, empieza la campaña y tengo muy claro que están
preparando para lanzarse a ser concejal de un pueblo, o un puesto en la
Diputación», añade Fernández.
De hecho, no es sólo que algunos quieran postularse a un cargo
público sino que muchos ya lo hicieron en el pasado.
Es el caso, por ejemplo,
de Luis Alejos, número dos de la Ejecutiva de Roberto Uriarte en
Podemos Euskadi; Andrea Uña Barrientos, que
formó parte de Ezker Batua-Berdeak; o Jon Fano, ex
portavoz de la asociación de familiares de presos terroristas Etxerat e
integrante en el pasado de Euskal Herritarrok (EH).
Todos ellos se han
implicado de manera muy activa en el movimiento de los pensionistas y jubilados
vascos, autoproclamándose incluso los portavoces de los manifestantes.
Y todos
ellos, evidentemente, tienen un marcado pasado político.
La denuncia de politización de las protestas es compartida
también por grupos políticos como PNV y PP, que refrendan que Podemos y Bildu
tratan de hacer suyas las protestas de los pensionistas.
«Hay
una manipulación evidente por parte de Podemos y la izquierda abertzale»,
aseguran fuentes del partido dirigido por Andoni Ortuzar, que apuntan también
que ambas formaciones «se descolgaron» pidiendo una pensión mínima de 1.080
euros.
«Hay un interés evidente por mantener viva esta reivindicación» ante la
cercanía de las elecciones autonómicas y locales, añaden desde el Partido Nacionalista
Vasco.
En el Partido Popular del País Vasco, por su parte, se apunta
que la izquierda abertzale y el partido de Pablo Iglesias «están
intentando capitalizar el movimiento».
«No es tan espontáneo
como parece. Hay una parte de los manifestantes que protestan por lo que
consideran que es suyo y por sus derechos. Pero también hay otra parte
importante quiere utilizar el movimiento en su beneficio político».
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