Ismael Bermúdez (CC)
Según el Indec, en enero los remedios subieron 8,3% y en febrero aumentaron otro 12,4%. Así, en sólo dos meses se encarecieron un 21,7%. Esto equivale a tres veces el 7,2% de la inflación bimestral. En cuanto a los alimentos básicos -si bien el Indec no informa esos aumentos- mediciones privadas, como FIEL o Isepci, ubican los incrementos en torno del 15%. Entre los jubilados, los alimentos representan casi la mitad de sus gastos totales.
De aquí se desprende que la "inflación de los jubilados" -un dato que la estadística oficial no registra- estuvo muy por encima del índice promedio. Por eso absorbió, en apenas 2 meses, la casi totalidad del aumento de 11,31% en las jubilaciones que se aplica desde marzo y rige hasta agosto. Ése es el tiempo que la mejora debe "durar" hasta que se aplique el siguiente aumento.
Por efecto de estas subas, en términos reales o en poder de compra, los jubilados están cobrando lo mismo que cobraban en diciembre, sin que les restituya lo que perdieron en enero y febrero. Y como hasta agosto seguirán cobrando lo mismo que en marzo, incluso con una inflación baja para los próximos 5 meses, se puede asegurar que las jubilaciones sufrirán una caída del 20%.
Lo que sucede es que si bien los jubilados según la ley de movilidad reciben dos aumentos por año, en marzo y setiembre, la aceleración de la inflación lleva a que esos reajustes se licúen rápidamente porque se calculan sobre cifras de recaudación y salarios del semestre anterior. Así ahora, en marzo, están cobrando un aumento que fue calculado sobre variables de julio a diciembre, muy rezagadas por la devaluación del peso y la disparada de los precios que hubo en diciembre, enero y febrero.
Los más golpeados son los que ganan el haber mínimo o menos. Los jubilados y pensionados suman 5 millones, de los cuales un poco más de la mitad percibe el haber mínimo de $ 2.600, si se descuenta el aporte a la obra social. Hay 1,4 millón de pensiones no contributivas con haberes equivalentes al 70% del haber mínimo, unos $ 1.900. Así 4 millones cobran entre $ 1.900 y $ 2.600.
Según la Dirección de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, la canasta de consumo de dos adultos mayores porteños propietarios de su vivienda ascendió en febrero pasado a $ 3.990.
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