DE PANZAS RAYADAS Y…
DESAGÜES TAPADOS
{Ver la entrada del 28.1.22018, "Buenos Aires: desagües tapados}
Ollas no,
verdad tampoco
El caso de la docente de Moreno que
denunció secuestro y torturas sigue sin pruebas sobre la veracidad de su
relato.
Héctor Gambini

Docente Corina De Bonis / Foto Diego Waldmann
25/01/2019
Pasaron 136 días, pero vale
repasarlo porque acaba de comenzar el año electoral y podría ser un episodio
testigo de algo
que podríamos ver en los próximos meses.
Un ejemplo de fake
news producida al detalle para generar reacciones a partir de
un hecho falso, pero difundido con conferencia de prensa y todo.
Ocurrió
el 12 de septiembre pasado.
Corina De Bonis, una docente de Moreno, denunció
haber sido secuestrada por un grupo de desconocidos que se oponía a que los
sindicatos dieran de comer en las escuelas los días en que estuvieron cerradas
por un paro, tras una explosión en otro colegio donde murieron dos docentes.
De Bonis contó que, al salir de la
escuela y de regreso a su casa, los ocupantes de "un auto rojo" la
subieron al coche y le marcaron con un objeto punzante en el abdomen la
inscripción Ollas No.
Y que luego
la liberaron y escaparon.
La docente tenía lesiones con la leyenda, pero la
veracidad del ataque sigue en duda.
Todas
las pruebas objetivas indican que la docente no estuvo sentada mientras la
cortaban para escribirle sino de pie; que ningún
auto pasó por donde ella dijo (había tres jóvenes sentados en la vereda que la
vieron caminando donde ella aseguró que fue secuestrada) y que, en el exacto
lugar donde ella denunció haber sido liberada, se la ve pasar
despreocupada hacia su casa.
Tampoco
fue a avisarle a su esposo que acababa de ser atacada de semejante manera ni
fue a la comisaría de su barrio -a sólo siete cuadras de donde estaba-, sino a
la carpa docente que Suteba había montado en el centro de Moreno -a cuatro
kilómetros de donde la habrían atacado- a juntarse con los referentes de su
sindicato.
La
vicedirectora de su colegio quedó procesada por falso testimonio por haber
dicho que en los días previos había recibido amenazas por el
mismo tema.
Pero el llamado que señaló duró 83 minutos y no fue de un
secuestrador, sino de una abuela que hablaba preocupada por el
rendimiento escolar de su nieto.
Esa
vicedirectora fue la primera con quien se comunicó De Bonis tras el
presunto ataque que dijo haber sufrido.
Antes
de las Fiestas, el celular de De Bonis fue incautado por el fiscal de Moreno y
remitido a la Procuración de la Provincia para ser analizado.
Allí hay un
problema: todos los llamados y mensajes de WhatsApp enviados y
recibidos por la docente el día en que fue presuntamente atacada fueron
borrados.
El
trabajo que se hace en estos días de enero es tratar de reconstruir su
contenido.
Será clave para ver si la docente mantiene su condición de víctima,
como ahora, o cruza hacia la vereda de imputada.
Su
situación personal es menos preocupante, sin embargo, que la
maniobra impune de una puesta en escena.
Significaría que
dirigentes sindicales habrían planeado una operación aún a costa de lastimar
-aunque sólo haya sido superficialmente- a una afiliada para conseguir un
objetivo político.
La
decisión de ir a fondo contra los verdaderos culpables podría tener que tomarse
en un escenario más turbulento que el de estos días de sopor veraniego: en
plena batalla por la paritaria docente en la Provincia antes de las elecciones;
y con el titular de Suteba, Roberto Baradel, ya lanzado a ser diputado por el
kirchnerismo.
Fuente
“Clarin”, 25.01.2019
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