UN DECRETITO…
U$S 600.000 “DOLARITOS”
El empresario Gabriel
Romero admitió haber pagado 600 mil dólares para que Cristina Kirchner firmara
un decreto presidencial
El dueño de EMEPA declaró en la justicia que pagó
coimas para que el gobierno le extendiera la concesión de la Hidrovía.
También
afirmó que le daba sobornos a Ricardo Jaime.
Rodolfo Poblete, segundo de
Romero, fue liberado ayer por la tarde por orden del juez Claudio Bonadio
Por Omar Lavieri
16 de agosto de 2018
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El 20 de enero de 2010 el
puntilloso chofer Oscar Centeno hizo una anotación que reza: "13.35.
Ministerio, lo llevé al Lic y a Nelson a Corrientes 316, donde nos esperaba un
señor.
Luego subió al edificio con el Lic Baratta; luego bajaron con un bolso
con dinero aproximadamente por el tamaño unos 800.000 U$S, subió al auto con el
bolso el Lic. y los llevé al Ministerio".
El
licenciado del que habla Centeno es Roberto Baratta, quien fuera la mano
derecha de Julio De Vido en el Ministerio de Planificación durante los 12 años
de kirchnerismo.
Nelson es
Nelson Lazarte, secretario privado de Baratta, quien, según el relato de
Centeno, era el fiel compañero en las tareas recaudatorias en bolsos de coimas.
Baratta y Lazarte están detenidos por orden del juez Claudio Bonadio, a cargo
del caso que comenzó a partir de las copias de los cuadernos de Centeno.
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La dirección que aparece
en aquella anotación del chofer de Baratta es la del edificio donde se
encuentra la sede central de la empresa EMEPA.
El
martes, Gabriel Benjamín Romero, dueño de esa importante compañía,
declaró como arrepentido ante Carlos Stornelli, el fiscal del caso
iniciado por los cuadernos.
Ayer volvió a declarar ante el juez y el fiscal del
caso.
Admitió haber entregado dinero a Baratta aquel día.
La empresa
EMEPA explota desde hace unos 20 años un enorme negocio que es la Hidrovía y
también está a cargo de Ferrovías, que explota ferrocarriles, que estaba
bajo la supervisión de Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte del
kirchnerismo, preso y coimero confeso.
Según
pudo confirmar Infobae en
fuentes vinculadas a la investigación, Romero admitió dos pagos, uno
que se hizo el 20 de enero de 2010, un día antes que se publicara el decreto
113/2010 por el que se renegociaron las condiciones del contrato de explotación
de la Hidrovía.
A partir de ese decreto el Estado le extendió en
el tiempo la concesión del cobro de peajes por el río a la firma Hidrovía S.A.
y le permitió ampliar la traza de la vía navegable más importante de la región.
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Por su parte, la empresa se comprometía a
modernizar el sistema de señalización y el dragado.
El
otro pago se produjo semanas después de la firma del decreto de Cristina
Kirchner.
Aunque en la cifra no coincidió con lo que había
escrito Centeno.
Era un poco menos que lo narrado por el ex chofer de Baratta.
Fueron 600.000 dólares.
Aquel decreto firmado por
la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner ratificaba el acuerdo que
había rubricado la empresa Hidrovía S.A. con la Unidad de
Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos, que básicamente
adecuó los convenios con los prestadores luego de la salida de la
convertibilidad de 2002.
El
decreto por el cual el Estado acordó con la firma Hidrovía fue firmado también
por el entonces ministro de Economía Amado Boudou, el de Planifiación, Julio De
Vido, y por quien fuera jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
Romero
señaló que se hicieron dos pagos por el decreto y que, según Baratta, que fue
el cobrador, ese dinero debía "subir" en la escala
gubernamental.
A raíz de las confesiones de Romero, el
juez Bonadio ordenó liberar a Rodolfo Poblete, directivo de
EMEPA, por debajo del dueño.
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Pero esto no fue lo único
que confesó Romero.
También explicó que era un contribuyente habitual a otro
sector de la recaudación kirchnerista: dijo que coimeaba a Jaime,
quien tenía la autoridad de control sobre el ferrocarril que explotaba y aún
explota EMEPA.
En
consonancia con lo que ya había dicho el
empresario Aldo Roggio, Romero admitió haberle pagado a Jaime el
cinco por ciento de los subsidios.
Pero como
Jaime también tenía la supervisión de la Hidrovía, Romero también admitió
haberlo sobornado por ese negocio.
Le daba una suma fija anual, cercana
a los 500 mil dólares, al ex secretario de Transporte.
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Jaime, quien está preso
por otros casos de corrupción y en 2015 confesó haber cobrado coimas de dos
empresas: Trenes de Buenos Aires y la Terminal de Ómnibus de Retiro.
En la
causa de los cuadernos se suman testimonios que describen con crudeza el
sistema de recaudación de coimas organizado por el kirchnerismo.
Con la
complicidad de los empresarios.
Fuente
“infobae”, 16.08.2018
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