ODEBRECHT EN ARGENTINA
-
III –
Un exjefe de Odebrecht confesó coimas de US$2,9
millones por el Sarmiento

Mameri, durante su confesión judicial
Los retornos se
gestionaron a través de un directivo de Iecsa y de Jorge "Corcho"
Rodríguez, relató a la Justicia
8 de mayo de 2018
Yo autoricé retornos identificados hasta el momento
por el valor de 2,9 millones de dólares".
Así, en primera persona, mirando
a los ojos a los fiscales brasileños, el exvicepresidente para América Latina de Odebrecht Luiz Antonio Mameri admitió
el pago de sobornos a funcionarios argentinos en el proyecto para soterrar el
tren Sarmiento.
Ocurrió un martes 13, en San Pablo, cuando Mameri
se sentó frente a un micrófono en una sala sin luz natural y con un ventilador
de pie ubicado a sus espaldas, según quedó asentado en el video de su
confesión, cuya copia obtuvo LA NACION como parte de la red
que lidera el portal peruano IDL Reporteros.
Porque Mameri acordó, a cambio de
una reducción de su condena, confesar lo que vivió y le constaba de las coimas
que él autorizó y que otros ejecutivos de Odebrecht ejecutaron a rajatabla.
La premisa, según Mameri, fue por demás
sencilla.
Si querían operar en la Argentina, les comunicaron en Buenos Aires,
debían acatar las reglas locales.
Y esas reglas incluían cartelizarse y pagar
coimas.
"En el caso de que la empresa no aceptase esas condiciones,
quedaría fuera del proceso licitatorio".
De traje oscuro y sin corbata, Mameri
identificó a dos argentinos como supuestos protagonistas del negociado: un
ejecutivo de la constructora Iecsa, por entonces de Ángelo Calcaterra, primo
del presidente Mauricio Macri, y el lobbista Jorge "Corcho"
Rodríguez, roles que ambos negaron ante la consulta de LA NACION.
Mameri, que está dispuesto a declarar ante la Justicia argentina, expuso
nombres, fechas y cifras, con la ayuda de documentos de la empresa que entregó
al Ministerio Público brasileño el 1º de diciembre de 2016, es decir, 12 días
antes de sentarse frente a ese micrófono.
Según Mameri, el mensaje que recibieron
de los argentinos fue que "no bien el consorcio [ganador del proyecto para
soterrar el Sarmiento] empezase a recibir pagos por los servicios prestados, el
consorcio debía realizar esos retornos", en una dinámica de ida y vuelta
entre los cobros de los certificados de avances de la obra y los pagos de las
coimas.

Mameri identificó a un alto ejecutivo
de Iecsa, Javier Sánchez Caballero, como el encargado de comunicarle las
condiciones imperantes en la Argentina al entonces número uno de Odebrecht en
el país, Rodney Rodrigues, quien a su vez le consultó si las aceptaban.
Lejos
de esquivar culpas, Mameri confesó que él autorizó los retornos, sobre los que
buscó documentación interna y encontró evidencias por US$2,9 millones, que
entregó a los investigadores brasileños y verificó con su subalterno en Buenos
Aires.
Tras la muerte de Néstor Kirchner, en octubre de 2010, sin embargo, y al
igual que pasó con las coimas del proyecto para extender las redes troncales de
gasoductos, Odebrecht informó a la Justicia brasileña que detuvo los retornos
hasta verificar qué ocurriría con el gobierno de Cristina Kirchner.
Fue entonces, según Mameri, que
irrumpió el Corcho Rodríguez.
Se presentó, dijo el brasileño, como
"interlocutor" del Ministerio de Planificación, para retomar el ida y
vuelta entre certificados y retornos.
Las coimas del Sarmiento III
La confesión de Mameri se suma así a la que ayer reveló LA
NACIONde otro exejecutivo de Odebrecht devenido "delator
premiado", Marcio Faria, quien también expuso, en primera persona y se asentó en video, cómo coimearon en el proyecto para
extender las redes de gasoductos en la Argentina.
Según él, con el entonces
presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Carlos Wagner, y el
Corcho Rodríguez como interlocutores.
"-¿Usted
sabe de cuánto fue el pago a Wagner y Rodríguez? -le preguntó el fiscal a
Faria.
"-Sí,
exactamente -respondió el delator, mientras con su mano derecha daba un gesto
asertivo-. En el período 2007-2014 pagamos 25 millones de dólares".
Por: Hugo Alconada Mon
Fuente
“LA NACIÓN”, 08.04.2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario