NARCOS:
CUANDO LOS DEJAS ENTRAR
- II -
Cómo una
reportera descubrió el papel de los Estados Unidos en una masacre en México
Ginger Thompson, reportera de ProPublica y ganadora del Premio Pulitzer,
describe los entretelones de la investigación publicada por Univision en la que
reveló el rol que jugó DEA en la masacre de Allende.
5 MAR 2018

CIUDAD DE MÉXICO.- “¿Cómo lucen las calles de un
pueblo controlado por narcotraficantes? ¿Cómo puedes darte cuenta de ese
control? ¿Cómo se manifiesta?”.
Estas fueron las preguntas que se hizo Ginger Thompson, reportera principal de
ProPublica y ganadora del Premio Pulitzer.
Durante los dos años que pasó
investigando el papel de la agencia estadounidense para el Control de Drogas
(DEA por sus siglas en inglés) en la matanza de 2011 de Allende, México,
Thompson trabajó para entender y retratar esa realidad de la vida de los ciudadanos
de Allende, muchos de cuyos familiares fueron asesinados por los Zetas.
Su
reporte, “Cómo los Estados
Unidos provocó una masacre en México”, una publicación conjunta
entre ProPublica y National Geographic de la que también se hizo eco Univision,
salió a la luz en junio de 2017.
El poder y la fuerza moral del trabajo de Thompson es innegable y
lo que es igualmente convincente es la manera poética con que ella se narra y
comparte las historias.
Para descubrir esto por sí mismo, puede escuchar el
nuevo podcast de Audible, “The Making of a
Massacre”, que se estrena este 3 de mayo, en el cual Thompson, nos
trae en su voz el peso y gravedad de su trabajo, compartiendo las historias
orales sobre personas que desaparecieron o murieron en Allende.
Mucho se ha escrito sobre la corrupción en México, y según
Thompson, lo que hizo la historia importante y convincente era descubrir “el
papel de los Estados Unidos y cómo se utilizó la corrupción en México como una
cubierta para, si estas cosas sucedían, poder limpiarnos las manos y echarle
toda la culpa a México”.
Antes de la masacre de 2011, la
DEA consiguió los números de identificación de los móviles rastreables de
Miguel Ángel Treviño y su hermano Omar, dos de los capos narcotraficantes más
buscados en México.
Aunque un miembro de la DEA advirtió a sus superiores que
no deberían de compartir los números de identificación con la policía federal
de México, ya que son bien conocidos por la fuga de información, la DEA no hizo
caso a las advertencias.
El resultado fue que la policía federal mexicana alertó a los
hermanos Treviño de que se les había traicionado, y los Treviño, creyendo que
la fuga provenía de un chivato en Allende, enviaron a miembros de los Zetas
para asesinar y desaparecer a familias enteras en la ciudad.
Thompson, quien pasó un tiempo largo reportando desde Allende,
recuerda haber visto un árbol de tres pisos de altura con una plataforma
construida en el interior desde donde los Zetas hacían guardia.
Los residentes
del pueblo dijeron a Thompson que el guardia vigilaba el tráfico e informaba a
través de un walkie-talkie, y que ellos les llevaban comida a él.
Tal y como
ella la periodista lo describió, “fue una ocupación real, con puestos de
control y nadie en las calles por la noche.”
Cuando Thompson empezó a reportar
la historia con la fotógrafa Kirsten Luce en
2016, dijo que la influencia del cartel de los Zetas en Allende había sido
debilitada sustancialmente porque la mayoría de los líderes estaban muertos o
encarcelados.
“Se hizo seguro reportar desde
allí y también se hizo más seguro para que las personas hablaran de (lo que
ocurrió en) 2011,” dijo Thompson.
La primera vez que fue a Allende, la gente
estaba avergonzada por la cantidad de control que le habían entregado a los
narcotraficantes.

El dominio de los Zetas sobre el estado de Coahuila se ha debilitado y la vida nocturna ha regresado a Allende. Cientos de personas acudieron durante el otoño pasado a la Cabalgata, un desfile festivo de vaqueros que dura dos o tres días, se detiene en varios ranchos a lo largo de la zona, y termina con un rodeo nocturno.Kirsten Luce / National Geographic
Como Thompson había mencionado, los funcionarios municipales
sintieron alguna responsabilidad por haber dejado a los traficantes apoderarse
del pueblo.
Ella admitió que su reportaje se nutrió de la posibilidad de pasar
tanto tiempo en Allende, para desayunar con las familias y sentarse con ellos,
escuchando mientras ellos contaban historias.
“Yo creo que ellos estaban
dispuestos a desafiarme poquito a poco, y estaban interesados en tener una versión
de la historia que incluía sus voces. Ya no sería una historia sin nombre y sin
rostro,” dijo Thompson.
“Fue una evolución que tomó un poco de tiempo y mucho
esfuerzo para desarrollar confianza entre nosotros.”
Ella opina que lograr las
fotos, que son inquietantemente poderosas, fue tal vez más difícil que lograr
el propio reportaje, ya que la gente sentía nervios de mostrar su rostro.
Antes de la investigación de
Thompson, la DEA había admitido su papel en la masacre ni el hecho de que
podría haber problemas dentro del mecanismo que se había creado para financiar,
entrenar, y luchar en la guerra contra las drogas.
Para Thompson, la
responsabilidad estaba al corazón de su historia, y esperaba que ser capaz de
conseguir que los miembros de la DEA hablaran públicamente sobre su papel en la
masacre de Allende.
Thompson admitió que la DEA
“ciertamente no cooperaba con facilidad y no me ofreció ninguna ayuda hasta
casi el cierre de mi reportaje, cuando estaba claro que había hablado con tanta
gente, en tantos lados de este asunto.”
Cuando se acercó el fin de su reportaje,
la DEA le permitió hablar con el agente que dirigió la operación en Dallas, y
quien fue responsable de la traición, y por eso estaba agradecida.
Como
resultado de sus reportajes, dijo Thompson, “los líderes demócratas del
Congreso están pidiendo por una investigación
sobre el papel de la DEA en la masacre en Allende”.
Ella también
recibió mensajes de apoyo de personas que sentían que por primera vez podían
hablar abiertamente sobre sus pérdidas.
En
México, como ocurrió en Allende, las familias de los que han sido asesinados o desaparecidos por los carteles son a menudo acusados
de ser parte del narcotráfico.
“Puede ser una estigma el perder a un ser
querido en la guerra contra las drogas en México”, explicó Thompson.
“En este
caso, muchas de las personas que murieron se encontraban en el lugar
equivocado, en el momento equivocado”.
Fuente
“UNIVISIÓN NOTICIAS”,
05.03.2018

Ginger Thompson, reportera de ProPublica y
ganadora del Premio Pulitzer, pasó dos años investigando el papel de la DEA en
la matanza de Allende, México, ocurrida en 2011.Propublica
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