EE.UU.:
TRUMP Y LAS CIUDADES SANTUARIOS
2017
¿Qué son las ciudades santuario para inmigrantes en EEUU?
No es que los inmigrantes indocumentados no puedan ser detenidos en las "ciudades santuario" para ser deportados.
De hecho lo son, pero cuando eso ocurre es sin la colaboración para ello de las autoridades locales
WASHINGTON.- El término "ciudad santuario" designa desde hace tiempo a urbes estadounidenses que se niegan a compartir con las autoridades federales la información con la que cuentan de inmigrantes indocumentados, dificultando con ello que sean localizados y expulsados del país.
Algunas de estas ciudades cuentan incluso con una legislación que prohíbe expresamente a los funcionarios municipales colaborar con las autoridades federales a efectos de deportación de sin papeles.
No es que los inmigrantes indocumentados no puedan ser detenidos en las "ciudades santuario" para ser deportados.
De hecho lo son, pero cuando eso ocurre es sin la colaboración para ello de las autoridades locales.
Trump, que prometió en campaña expulsar a los 11 millones de inmigrantes sin papeles que hay en el país, avanzó ya entonces que actuaría contra estas ciudades si llegaba a la Casa Blanca.
San Francisco, en California, es una de las ciudades que cuentan con legislación expresa que impide a los trabajadores municipales la colaboración con las autoridades federales a efectos de deportación de sin papeles.
En Chicago, otra de las "ciudades santuario", la policía tiene vetado preguntar el estado migratorio de la gente.
Washington DC, la capital del país y donde se instaló el presidente Trump el 20 de enero, se niega a perseguir a inmigrantes indocumentados.
"Los valores, leyes y políticas de Washington DC no cambiaron con la elección presidencial", aseguró la demócrata Muriel Bowser, su alcaldesa, inmediatamente después de la victoria electoral del republicano en los comicios del 8 de noviembre.
Junto a ella, también elevaron entonces la voz alcaldes como el de Nueva York, Bill de Blasio; el de Chicago, Rahm Emanuel; el de Seattle, Ed Murray; y el de Los Ángeles, Eric Garcetti.
"Siempre seremos San Francisco", proclamó su alcalde, Ed Lee, tras la victoria de Trump.
"Sé que hay mucha gente enfadada y frustrada y con miedo pero nuestra ciudad nunca ha sido así. Hemos sido y vamos a seguir siendo una ciudad de refugio, una ciudad santuario, una ciudad de amor".
No solo hay "ciudades santuario". El Centro de Estudios sobre Inmigración (CIS, por sus siglas en ingles), que persigue una reducción de la inmigración en Estados Unidos, sitúa en el mapa del país más de 300 lugares (estados, condados y ciudades) con políticas que califica de "no cooperadoras y obstructivas con la aplicación de las leyes inmigratorias".
EL CIS asegura además que el Departamento de Justicia ha comprobado que "algunas de las jurisdicciones santuario parecen violar la ley federal".
En 2016 el Departamento de Justicia declaró que el Condado Miami-Dade era una comunidad santuario.
No obstante, el alcalde del condado, Carlos Gimenez ha dicho que Miami-Dade no es una ciudad santuario para los indocumentados porque las autoridades estatales comparten información con las autoridades federales.
FUENTE: dpa
Alcalde de Nueva York asegura que limitar fondos a "ciudades santuarios" atenta contra la seguridad
El alcalde de Nueva York amenazó con demandar al presidente Donald Trump por la medida de limitar los fondos federales a las ciudades que protegen inmigrantes indocumentados
BILL DE BLASIO ALCALDE DE NUEVA YORK
El alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, amenazó con demandar al gobierno de Donald Trump por una orden que el presidente firmó y que ordena al gobierno federal limitar el financiamiento a las “ciudades santuarios” que albergan inmigrantes indocumentados.
“El presidente Trump emitió una orden ejecutiva y su supuesto propósito es mejorar la seguridad pública, pero aquí en la ciudad de Nueva York y en ciudades de toda la nación esta orden ejecutiva podría de hecho socavar la seguridad pública”, dijo Blasio durante una conferencia de prensa, mientras el Comisionado del Departamento de Policía de Nueva York, James O'Neill, y una docena de otros altos funcionarios de la ciudad se encontraban a su lado.
De Blasio argumentó que la orden ejecutiva fue “escrita de una manera muy vaga”, y es “susceptible a los desafíos legales”, que la ciudad está preparada para asumir.
El alcalde dijo que cuando se ejecute la orden, la ciudad demandará para prevenirla.
“En el momento en que se produzca cualquier acción para retener el financiamiento, Zach Carter estará en la Corte la próxima hora”, dijo Blasio, refiriéndose al abogado de la corporación de la ciudad, que estaba a su lado.
De Blasio cree que la orden ejecutiva es vaga, pero escrita de manera restrictiva, y solo se aplicaría a fondos del Departamento de Justicia y Departamento de Seguridad Nacional, debido a un precedente del Tribunal Supremo establecido en el caso NFIB de 2012 contra Sebelius.
El mandatario local enfatizó sobre el hecho de que un plumazo en Washington no cambiará a la gente de la ciudad de Nueva York y cambiará la forma en la que gobierno de la ciudad protege a su gente.
fuente
"DIARIO LAS AMÉRICAS", 27.11.2017
PREVIAMENTE 2016
Ciudades santuario: la rebelión de las urbes contra Donald Trump
El término "ciudad santuario" no ha surgido con la victoria de Trump y su amenaza de deportar a millones de inmigrantes sin papeles a partir del 20 de enero, cuando asuma la presidencia de Estados Unidos
MURIEL BOWSER, ALCALDESA WASHINGTON D.C.
WASHINGTON.- "Los valores, leyes y políticas de Washington DC no cambiaron con la elección presidencial", asegura Muriel Bowser.
La alcaldesa de la capital de Estados Unidos, de 44 años y miembro del Partido Demócrata, es una de las autoridades que se niega a perseguir a los inmigrantes indocumentados.
No es la única. Su postura es la del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio; el de Chicago, Rahm Emanuel, y el de Seattle, Ed Murray.
También la del regidor de Los Ángeles, Eric Garcetti, entre otros.
Estos políticos están al frente de "ciudades santuario", aquellas en las que los inmigrantes sin papeles saben que no serán perseguidos por las autoridades locales para ser expulsados.
Tras la elección de Donald Trump como futuro presidente de Estados Unidos, los alcaldes pretenden rebelarse si intenta obligarlos a identificar a los indocumentados.
El republicano prometió en campaña acabar con las "ciudades santuario" y amenaza con cortarles los fondos federales si no cooperan con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
"Somos una ciudad santuario porque reconocemos que nuestros vecindarios son más seguros y prósperos cuando no existe el temor de pedir ayuda al gobierno y cuando la policía tiene como prioridad proteger y servir", explica la alcaldesa Bowser en una comunicación oficial publicada esta semana por el ayuntamiento de Washington DC.
El término "ciudad santuario" no ha surgido con la victoria de Trump y su amenaza de deportar a millones de inmigrantes sin papeles a partir del 20 de enero, cuando asuma la presidencia de Estados Unidos.
Existe desde hace tiempo para designar a urbes que se niegan a compartir con las autoridades federales la información con la que cuentan de inmigrantes indocumentados, que son principalmente de origen hispano y, mayoritariamente, mexicanos.
No es que los inmigrantes sin papeles no puedan ser detenidos allí para ser deportados.
De hecho, lo son, pero sin la colaboración para ello de las autoridades locales, lo que complica hallarlos a las federales.
Algunas ciudades, como San Francisco, tienen leyes que prohíben a los empleados municipales toda cooperación con las autoridades inmigratorias federales a efectos de deportación.
En Chicago, la policía tiene vetado preguntar el estado migratorio.
Trump prometió deportar a los más de 11 millones de inmigrantes sin papeles que hay en Estados Unidos.
La semana pasada, en su primera entrevista televisiva como presidente electo, aseguró que al llegar a la Casa Blanca expulsará a los que tienen antecedentes criminales.
Los cifró en entre dos y tres millones, pero las organizaciones civiles aseguran que la cifra es muy inferior y creen que intenta disfrazar de criminales a personas con infracciones de tráfico u otras faltas legales de menor calado.
"Es el papel de los gobiernos locales y estatales decidir si forman parte de una maquinaria para deportar a nuestra comunidad o no, y estamos contentos de ver que varios alcaldes lideran la resistencia a estos programas para proteger a nuestra comunidad", dice a dpa Pili Tobar, directora de Abogacía y Comunicaciones de Latino Victory Project, que defiende valores latinos en la política estadounidense.
El Centro de Estudios sobre Inmigración (CIS, por sus siglas en ingles), que persigue que la inmigración se reduzca en Estados Unidos, sitúa en el mapa del país más de 300 lugares (estados, condados y ciudades) con políticas que califica de "no cooperadoras y obstructivas con la aplicación de las leyes inmigratorias".
Asegura además que el Departamento de Justicia ha comprobado que "algunas de las jurisdicciones santuario parecen violar la ley federal".
"Siempre seremos San Francisco", proclamó su alcalde, Ed Lee.
"Sé que hay mucha gente enfadada y frustrada y con miedo pero nuestra ciudad nunca ha sido así. Hemos sido y vamos a seguir siendo una ciudad de refugio, una ciudad santuario, una ciudad de amor".
También ha habido pronunciamientos de agentes de la ley.
"No vamos a participar en actividades de represión basadas solo en la situación migratoria de alguien. No vamos a trabajar con el Departamento de Seguridad Interior con efectos de deportación. No es nuestro trabajo ni voy a hacer de ello nuestro trabajo", manifestó el jefe de policía de Los Ángeles, Charlie Beck, a Los Angeles Times.
Universidades del país están recibiendo peticiones para que sigan el ejemplo de las "ciudades santuario" y se declaren seguras para indocumentados, informó el rotativo The Hill, de Washington.
En ellas estudian muchos "dreamers" (soñadores), los jóvenes sin papeles que llevan toda su vida en Estados Unidos y a los que Barack Obama intentó proteger de la deportación con una orden ejecutiva que los republicanos tienen paralizada en los tribunales.
Sus datos personales están en manos de las autoridades universitarias y su miedo es que pasen al Gobierno de Trump y sean deportados.
FUENTE: dpa
fuente
"DIARIOS LAS AMÉRICAS", Miami, 16.11.2016
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