"... EN LA VIDRIERA IRRESPETUOSA DE LOS CAMBALACHES..."
Opinión domingo 10 de enero 2016
La promiscuidad entre política, delincuencia y policías es una herencia del kirchnerismo
Por: Silvia Mercado

Al mediodía de ayer, las oficinas del ministerio de Seguridad
de la calle Gelly y Obes ardían de actividad.
Desde muy temprano, en el
despacho de la ministra Patricia Bullrich
estaban el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, el ministro de
Seguridad de la provincia de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y varios
asesores de los tres.
Estaban felices porque la policía de Santa Fe
había logrado detener con vida a Martín Lanatta,
lo que permitió superar la tensión que generó la llegada de la
Gendarmería a la provincia sin avisar a las fuerzas de seguridad
locales.
El propio Ministro garantizó que su Policía se comportaría
correctamente y eso fue suficiente para generar un nuevo clima de
confianza entre los funcionarios nacionales y provinciales.
De repente, alguien se comunicó con Pullaro.
Le informaron que habían
logrado detener también a Chistian Lanatta.
Aumentó la euforia.
A los
cinco minutos, otro llamado informó que también habían detenido a Víctor
Schillaci.
Hubo alegría, abrazos, felicitaciones mutuas.
Un testigo del
cónclave aseguró que ninguno de los dos llamados fueron atendidos por
la Ministra Bullrich.
Inmediatamente se activó la información oficial,
que dieron primero el gobernador Miguel Lifschiftz, luego el presidente
Mauricio Macri, después la gobernadora María Eugenia Vidal, y
posteriormente el juez Sergio Torres y el fiscal Jorge Di Lello.
¿Alguien chequeó la información que transmitió la Policía de Santa Fe?, preguntó Infobae
a una fuente confiable. Se supone que sí, pero también es probable que
después de días de tensión nadie haya considerado necesario confirmar lo
que estaban esperando hace tantos días.
"No hay más investigación criminal en la Argentina desde hace mucho tiempo, está todo destruido", se lamentó un experto.
Así fue que se tejió otro capítulo de una película que no termina y que
dejó muy mal parado al Gobierno nacional, porque ahora es el mismísimo
Mauricio Macri el involucrado en el bochorno.
Lo insólito del episodio es la alegría que provoca entre tantos argentinos el fracaso de la captura de dos de los tres prófugos
de la cárcel de General Alvear.
Los responsables de los papelones,
desde la misma fuga de un establecimiento de máxima seguridad donde no
funcionaban las cámaras, hasta la equívoca información recibida en el
Ministerio de Seguridad de la Nación, pasando por la promiscuidad entre
política, delincuencia y policías en las provincias involucradas, son
una herencia del kirchnerismo.
"No hay más
investigación criminal en la Argentina desde hace mucho tiempo, está
todo destruido, hay anarquía, complicidad, colonización de todos los
estamentos", se lamentó un experto.
Y agregó: "no hay una conspiración,
sino pequeñas decisiones en muchos lados para provocar daño y evitar que
se imponga un orden, porque en el desorden gobierna el crimen y la
delincuencia".
Sin
embargo, Bullrich está convencida de que cuando puso la investigación
en manos de la inteligencia de Gendarmería Nacional empezó a desandarse
el laberinto criminal.
Es una decisión que tomó hace cinco días y que a
través de detenciones que fueron realizando con la intervención del juez
Sergio Torres y el fiscal Jorge Di Lello logró producir la información
que llevó a que un grupo de gendarmes pueda rodear el jueves por la
noche a los prófugos en un campo del sur de Santa Fe.
El sistema utilizado fue detener a todas las personas que tuvieron
vínculos con los Lanatta para lograr datos que permitieran inferir
movimientos posibles.
Llegaron a la conclusión de que los que
organizaron la fuga, desde afuera, armaron un sistema de postas
logísticas, para ir facilitando dinero, armas y una mínima tecnología de
comunicación a lo largo de un camino que tenía que demorar varios días
hasta que pudieran salir del país.
Los prófugos fueron sorprendidos
aunque igual lograron volver a huir, pero la inteligencia realizada por
Gendarmería logró buenos resultados.
En
cambio, no logró evitar graves tensiones con la Policía Bonaerense, la
de Santa Fe, y hasta con la Policía Federal, que se sintieron
desplazados de la investigación y reclamaron por un "trabajo en equipo",
difícil en estas circunstancias.
Una prueba dramática se verificó hace
pocos días en Parque Iraola, cuando casi terminan en fuego cruzado
oficiales de la bonaerense y gendarmes.
Y no deja de llamar la atención
que los prófugos hayan ploteado una de las camionetas que utilizaron en
la fuga como si fuera un vehículo de Gendarmería y que los propios
delincuentes se hayan disfrazado con uniformes de gendarmes. ¿Hay ahí un
mensaje para Bullrich?
Las mafias enquistadas en todos los rincones del Estado no van aceptar mansamente perder sus privilegios.
A simple vista pueden observarse dos criterios dentro del Gobierno
acerca de cómo encarar la lucha contra el crimen organizado.
Una pregona
una estrategia de mediano plazo, de tipo negociadora, avanzando solo
cuando haya seguridades.
Cristian Ritondo sería la cara visible de esa
forma de encarar la política de seguridad, pero en realidad se trata de
una visión compartida por las primeras espadas de la administración
nacional.
Bullrich, por el contrario, cree que es necesario dar
respuestas rápidas y efectivas, como las que logró en los difíciles días
de la asunción de Macri, con buen resultado.
Su idea sería lograr que
las demás fuerzas de seguridad sigan el ejemplo de Gendarmería y
Prefectura, con oficiales más sanos y sin compromisos con el crimen
organizado.
Parece claro que le están queriendo hacer pagar caro su
apuesta de ir a fondo y rápido.
Hoy se cumple
un mes de la asunción del nuevo Gobierno.
Nadie imaginó que sería fácil
para Cambiemos hacerse cargo del hierro caliente en todas las áreas que
dejó Cristina Kirchner.
La mayoría comprende que las mafias enquistadas
en todos los rincones de un Estado incapaz de proteger a los ciudadanos
no van aceptar mansamente perder sus infinitos privilegios.
La
obligación del Gobierno es exponer claramente la dimensión del problema
del narcotráfico en la Argentina y mostrar una estrategia seria para
combatirlo, para que nadie espere resultados en pocos días y pueda
reclamar si dentro de un tiempo prudencial las cosas siguen tal como las
heredaron.
fuente
"infobae", 10.010.2016
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