17 ago 2024

DICTADORES (FACISTAS) Y… LA MORDAZA AL PUEBLO

 

 

 

 

DICTADORES (FACISTAS) Y…

LA MORDAZA AL PUEBLO

 

 

 

La epopeya de la diáspora 

 
 

Fue probablemente el magistrado y expresidente del Tribunal Supremo de Justicia en el exilio Miguel Angel Martín el primero que calificó como un autogolpe de Estado el fraude cometido por el régimen de Nicolás Maduro, con la complicidad del Consejo Nacional Electoral, el Tribunal Supremo de Justicia y el Alto Mando Militar, para desconocer la voluntad popular expresada de manera incontrovertible en la elección presidencial del pasado 28 de julio

 

No es trivial el cambio de terminología. 

 

Hay una diferencia fundamental entre un fraude de dimensiones variables y un autogolpe de Estado, o golpe de estado electoral, con el que el gobierno viola las normas constitucionales para perpetuarse en el poder

 

En retrospectiva puede ahora reconocerse que el primer paso del fraude, que eventualmente se transformaría en un autogolpe, fue el violar masivamente los derechos humanos de la diáspora, integrada por cerca de 8,5 millones de venezolanos, para impedirle votar.

 

La enormidad de ese despropósito contra su propio pueblo se expresa en una simple y demoledora estadística: de 4,5 millones de venezolanos residentes en el exterior que en principio habrían tenido derecho a votar según el Registro Electoral vigente, si se les permitía actualizar sus datos, solamente se autorizó el voto a poco más de 60.000 venezolanos. 

 

Es decir, podía votar 1,33% de la diáspora y, en algunos países, como Estados Unidos, ninguno de los que podían teóricamente votar lo pudieron hacer porque no existían sedes consulares

 

Quedan pocas dudas, vista la conducta del régimen en todo este proceso, que tal arbitrariedad y violación descarada de la Constitución y las leyes estaba fundamentada en la convicción del régimen de haber perdido el respaldo popular, especialmente en la diáspora

 

 

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