CIUDADANOS/HOMBRES DE BIEN

 

 

 

 

 

CIUDADANOS/HOMBRES DE BIEN

 

 

 

                                                                  

 

Sergio Karakachoff fue uno de los abogados radicales que, allá por los años de plomo, hacían algo extraño, arriesgar su vida, su tranquilidad para defender a otros que pensaban distinto.

 

Sergio compartía su estudio jurídico con Domingo Taruggi, un abogado peronista, que fue secuestrado en su domicilio por cuarenta efectivos en diez vehículos. 

 

El ruso se movilizó -de forma imprudente- hasta el lugar del secuestro para intentar ayudarlo, pero, ambos terminaron secuestrados, fueron torturados y al día siguiente aparecieron sus cuerpos a la vera de un camino.

 

Karakachoff, Taruggi, Mario Amaya y Ángel Pisarello fueron abogados valientes que usaban su pluma para defender dirigentes sindicales perseguidos políticamente. 

 

Ellos perdieron su vida en la defensa de sus rivales políticos, no de sus compañeros de militancia.

 

O tal vez sí, porque no les importaba que pensaban.

 

Hipólito Solari Yrigoyen sufrió dos atentados y fue secuestrado por ejercer el derecho de esa manera. 

 

Raúl Alfonsín dedicaba los años de plomo a firmar habeas corpus, en vez del más rentable rubro de ejecutar hipotecas de la 1050. 

 

Agustín Tosco le agradece a Arturo Illia la participación de sus abogados, los radicales Yrigoyen y Amaya, cuando va preso tras el cordobazo. 

 

También son solicitados por los guerrilleros fugados del penal de Trelew cuando falla la fuga y quedan rodeados en el Aeropuerto de Rawson porque eran conocidos como defensores de presos políticos.

 

Karakachoff firmaba habeas corpus en La Plata, Pisarello hacía lo mismo en Tucumán. 

 

No quiere decir que alguno de ellos pensara como cada uno de sus defendidos. 

 

Ellos entendían que el Estado de Derecho debía estar vigente siempre y los derechos eran para todos, no para los de su partido o sus amigos.

 

Por supuesto que, en los años duros, también protegían a los propios, pero, lo llamativo es defender al que piensa distinto a costa de arriesgar su propia vida.

 

Y de eso se trataba el ejemplo que daba Raúl Alfonsín firmando habeas corpus o solicitadas en los momentos más peligrosos, construyendo la APDH donde no se buscaba el rédito político, sino tener la conciencia tranquila, vaya mi homenaje a esos gigantes de la política.

 

 

 

 

 

 

fuente

DAVID PANDOLFI, 10.09.2021 (facebook)