23 dic 2020

INFORME DE SITUACIÓN ABRIL 2020

 

 

 

INFORME DE SITUACIÓN

ABRIL 2020

 

 

Los países pobres pierden en la carrera por conseguir suministros para combatir el coronavirus

Las naciones latinoamericanas y africanas no han logrado conseguir suficiente equipo ni insumos para realizar pruebas masivas. 

Tienen competencia: Estados Unidos y Europa los aventajan en presupuesto.

Un entierro en São Paulo, Brasil

Credit...Victor Moriyama para The New York Times

 

 

Cajas de mascarillas arrebatadas de aviones de carga en pistas de aterrizaje. 

Países que pagan el triple del precio del mercado para licitar por encima de otros. 

Acusaciones de “piratería moderna” contra gobiernos que intentan conseguir suministros médicos.

Mientras Estados Unidos y países de la Unión Europea compiten para adquirir el escaso equipo médico que detiene al coronavirus, otra brecha inquietante ha quedado a la vista: los países más pobres pierden contra los más ricos en la confusión creada por la búsqueda global de mascarillas y materiales de pruebas.

Las empresas fabricantes han informado a científicos en África y América Latina que los pedidos de kits de prueba van a demorar meses en surtirse porque la cadena de suministro está convulsionada y casi toda la producción se destina a Estados Unidos o Europa. 

Todos los países reportan incrementos significativos de precios, desde los kits de prueba hasta las mascarillas.

La enorme demanda global de mascarillas, junto con las nuevas distorsiones en el mercado privado, ha obligado a varios países en desarrollo a recurrir a Unicef en busca de ayuda. 

Etleva Kadill, quien supervisa los suministros en la agencia, dijo que intentaba comprar 240 millones de mascarillas para ayudar a cien países pero que hasta ahora solo había logrado conseguir 28 millones.

“Hay una guerra tras bambalinas y lo que más nos preocupa es que los países más pobres pierdan”, dijo la doctora Catharina Boehme, directora ejecutiva de la Fundación para Nuevos Diagnósticos Innovadores, que colabora con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para ayudar a que los países más desfavorecidos consigan acceso a pruebas médicas.

En África, América Latina y algunas partes de Asia, muchos países ya están en desventaja pues tienen sistemas de salud sin suficiente presupuesto, frágiles y a menudo desabastecidos de equipo necesario. 

Un estudio reciente encontró que varios países pobres solo disponen de una unidad de cuidados intensivos por cada millón de habitantes.

Un investigador trabaja en el desarrollo de una prueba de coronavirus en los laboratorios de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

 Credit...Mauro Pimentel/Agence France-Presse — Getty Images

 

Hasta ahora, el mundo en desarrollo ha reportado muchos menos casos y muertes de coronavirus pero muchos expertos temen que la pandemia sea especialmente devastadora para los países más pobres.

La primera defensa contra el virus es hacer pruebas, que han sido una herramienta importante para prevenir que demasiados pacientes sean hospitalizados. 

La mayoría de los fabricantes quieren ayudar, pero la industria de nicho que produce el equipo para realizar las pruebas diagnósticas y los reactivos químicos para procesarlas en laboratorios enfrenta una demanda global enorme.

“No había habido una escasez de reactivos químicos como ahora”, dijo Doris-Ann Williams, directora ejecutiva de la Asociación de Diagnóstico British In Vitro, que representa a productores y distribuidores de pruebas de laboratorio que se emplean para detectar el coronavirus

“Si fuera solo un país con una epidemia estaría bien, pero todos los principales países del mundo quieren lo mismo al mismo tiempo”.

Para los países más pobres, la doctora Boheme dijo, la competencia por los recursos es una “catástrofe global” en potencia, pues la que solía ser una cadena de suministro coherente se ha convertido rápidamente en un ejercicio de presión y forcejeo

Los líderes de “todos los países” están llamando en persona a los directores ejecutivos de manufactura para exigir un trato preferencial en el acceso a suministros vitales. 

Algunos gobiernos incluso han ofrecido enviar jets privados.

Amilcar Tanuri, en Brasil, no puede ofrecer jets privados. 

El doctor Tanuri dirige los laboratorios públicos de la Universidad Federal de Río de Janeiro, la mitad de los cuales están “atorados sin hacer nada” en lugar de administrar pruebas a los trabajadores sanitarios porque, dijo, los reactivos químicos que necesita están siendo enviados a países más adinerados.

“Si no tienes pruebas confiables estás ciego”, dijo. 

“Este es el principio de la curva epidémica así que estoy muy preocupado de que el sistema de salud pública aquí quede abrumado muy pronto”.

Hasta ahora, Brasil es el país de América Latina más afectado, con más de 10.000 casos confirmados y un retraso de al menos 23.000 pruebas
 
También es el actor más controversial de la región en la pandemia: el presidente, Jair Bolsonaro, ha sido francamente escéptico de los riesgos que presenta el coronavirus.

Unas personas llevan mascarillas en la barriada de Kibera en Nairobi, Kenya.

Credit...Tyler Hicks/The New York Times

 

Pero detrás del ruido político, los científicos del país empezaron a intentar aumentar la cantidad de pruebas horas después de que se anunció el primer caso. 

Sin embargo, a las pocas semanas, el doctor Tanuri se vio obligado a llamar desesperadamente a empresas privadas en tres continentes para conseguir los reactivos químicos necesarios para procesar las 200 muestras que sus laboratorios reciben cada día, solo para enterarse que Estados Unidos y Europa ya habían adquirido meses enteros de producción.

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