MADRID Y…
SUS COLAS DEL HAMBRE
La crisis del coronavirus
101.942 madrileños, en las colas del hambre de la capital
Más de 50 asociaciones vecinales dan de comer en una red paralela a la de los servicios sociales del Ayuntamiento
Luis de Vega - Madrid - 13 may 2020
Las llamadas colas del hambre son cada vez más habituales en nuestras calles, a la puerta de nuestras casas.
Menos de dos meses después de decretado el estado de alarma, algo más de 100.000 madrileños comen gracias a las ayudas de los servicios sociales y de las redes vecinales de los 21 distritos.
Ver a gente soportar el tiempo muerto en fila para obtener leche, arroz, galletas, patatas… es algo que hasta ahora veíamos en el telediario.
El peso del estigma y la vergüenza en el Madrid de 2020 es solo superado por el eco del estómago vacío.
Un
vídeo grabado el sábado con decenas de personas en hilera para recoger
bolsas de comida ha levantado ampollas al hacerse viral.
“Señores, esto
no es Venezuela”, narra el autor de las imágenes en Aluche.
La
asociación de vecinos de ese barrio del distrito de Latina ofrece estos
días alimentos a unas 3.200 personas.
Es una de las decenas de redes
ciudadanas que reparten comida a familias golpeadas por la pandemia en
la capital sin pasar por los canales municipales.
A raíz de la polémica
del vídeo se ha sabido que al menos son 101.942 las personas reciben
estos días alimentos en la ciudad de Madrid.
Por un lado,
81.677 pertenecientes a 30.043 familias que coordinan los servicios
sociales del Consistorio.
Por otro, a 20.265 de 5.828 familias les llega
por grupos ajenos a la administración, según un balance elaborado desde
el 15 de marzo hasta el 30 de abril por la Federación Regional de
Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM).
“Se agradece el altruismo
pero esto lo debe liderar Servicios Sociales”, afirma el delegado del
área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte, al tiempo
que les pide a estas asociaciones los datos de las familias a las que
entregan ayuda.
La FRAVM ha recopilado datos de 58 redes
vecinales –otras tres no han ofrecido los suyos- con más de 6.000
voluntarios que distribuyen comida en los 21 distritos.
La mayoría de lo
que distribuyen llega a través de particulares, pequeño comercio y
empresas o donaciones económicas, pues muchas cuentan ya con una cuenta
corriente en la que se pueden realizar ingresos.
Solo el 16% de esas
redes cuenta entre sus ayudas con parte de productos facilitados por la
junta de distrito correspondiente.
Por eso, la FRAVM pide una gran
intervención social de la administración municipal y la apertura de
cocinas solidarias en los distritos como ya se ha hecho con la de la
escuela de hostelería de la Casa de Campo o con la de Santa Eugenia.
Las
familias destinatarias afrontan en muchos casos por vez primera la
necesidad de tener que recibir comida, según la federación regional.
“Nadie duda de que la capital necesita una intervención pública de gran
calado para atender las necesidades básicas de su población”, recoge el
informe.
Destacan además que la crisis social de la pandemia
ha reorientado la labor de la mayoría de esas asociaciones, que ahora
se centran en paliar la emergencia alimentaria.
Las aulas de informática
o yoga son ocupadas ahora por la harina o los macarrones.
“Esto
es una realidad totalmente nueva que ha venido con la crisis”, reconoce
Pepe Aniorte.
Detrás de esa nueva y cruda realidad aparece una
maquinaria institucional que no ha reaccionado todo lo bien y rápido que
algunos desean.
“Hay un funcionamiento desigual entre unas juntas
municipales y otras”, se queja Quique Villalobos, presidente de la
FRAVM.
Muchas veces, explica, son las asociaciones vecinales las que
derivan familias a servicios sociales y otras son los propios servicios
sociales los que mandan familias a estas redes vecinales “cuando no dan
abasto”.
Añade que las mesas de coordinación prometidas por el
Ayuntamiento en los 21 distritos para resolver esos problemas todavía no
están funcionando.
“Eso de momento no ha llegado”.
A la
sombra de la polémica del vídeo en Aluche, el delegado del área social,
Pepe Aniorte, ha visitado este lunes el colegio Nuestra Señora del
Lucero, en el barrio del mismo nombre.
En su cocina se preparan a diario
un millar de comidas que después se distribuyen desde las parroquias.
También se ha habilitado la del colegio Costa Rica.
Este distrito de
Latina, con 10.876 personas de 3.322 familias, es el que más ayudas en
forma de alimento recibe por parte del Consistorio.
El que menos,
Moratalaz, con 879 personas de 767 unidades familiares.
En los datos de
la FRAVM las personas que reciben ayuda en Latina son más de 3.500.
Este
distrito solo es superado por Centro, con más de 4.000 ciudadanos
comiendo gracias a las redes vecinales.
El Ayuntamiento
les pide que se unan a la estructura de gestión de las ayudas de los
servicios sociales municipales.
“El objetivo es que ninguna entidad vaya
por su cuenta”, señala Aniorte.
“Quien tiene que liderar la respuesta
es la administración pública con los servicios sociales” y “les pido que
nos pasen los datos” de las familias para “trabajar codo con codo”.
Más donaciones que nunca
Mucho
tienen que cambiar las cosas para que, a corto plazo, las redes
vecinales trabajen de la mano del Ayuntamiento.
La asociación de vecinos
de Aluche ha recibido esta semana más donaciones que nunca a raíz del
vídeo de la polémica con las colas de personas para recoger comida.
Aseguran que ellos no lo grabaron.
Su presidenta, Ana del
Rincón, acusa al Ayuntamiento de no ayudarles y de no decir la verdad.
Asegura que el 24 de abril una trabajadora social del distrito les
remitió un correo electrónico para que se hicieran cargo de 23 familias
porque están saturados.
“El Ayuntamiento solo dice una cosa cierta, que
nos cede un local en un centro cultural a más de un kilómetro de nuestra
asociación”, señala Del Rincón para explicar por qué lo han rechazado.
El
concejal del distrito, Alberto Serrano, de Ciudadanos al igual que
Aniorte, se defiende.
Asegura, en contra de lo que dice la presidenta de
la asociación de Aluche, que sí les han dado alimentos y que les han
desinfectado el local.
En todo caso, trata de no polemizar y alaba la
“grandísima labor” que hacen.
Es más, reconoce que están desbordados.
“Los servicios sociales no tienen capacidad para atender
alimenticiamente de manera emergente a todo el mundo” y “unidos tenemos
capacidad para soportar la presión tan enorme que tenemos”.
Ana
del Rincón, militante de IU a la que han señalado políticamente, ya ha
comprado este lunes parte de lo que volverán a repartir el próximo fin
de semana: 500 kg de arroz, 500 de pasta, 500 de lentejas, 500 litros de
aceite...
fuente
"EL PAÍS", España, 13.05.2020
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