Y…
DESACUERDOS EUROPEOS
El plan de choque europeo encalla por la resistencia de Alemania y Holanda
España, con el apoyo de Italia, logra que las negociaciones se reanuden en 15 días

El
primer ministro italiano, Giuseppe Conte, habla con el presidente
español, Pedro Sánchez, en mayo de 2019 en Bruselas. En vídeo, España e
Italia plantan a sus socios europeos ante la falta de una respuesta
común a la pandemia.
(FOTO: FRANCISCO SECO | VÍDEO: ATLAS)
Bruselas / Madrid - 26 mar 2020
La esperada cumbre europea sobre la crisis del
coronavirus se ha saldado este jueves con un choque frontal entre los países
partidarios de un plan Marshall de reactivación económica, liderados por
el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los socios reacios a una
intervención masiva, con Alemania y Holanda como grandes obstáculos.
El objetivo de la cita era pactar una “estrategia coordinada” para recuperar la normalidad social, económica e industrial del continente una vez superada la pandemia.
Sin embargo, la férrea oposición del norte a compartir los costes de la peor crisis sanitaria vivida en Europa en los últimos tiempos impidió mayor concreción.
El objetivo de la cita era pactar una “estrategia coordinada” para recuperar la normalidad social, económica e industrial del continente una vez superada la pandemia.
Sin embargo, la férrea oposición del norte a compartir los costes de la peor crisis sanitaria vivida en Europa en los últimos tiempos impidió mayor concreción.
La cumbre
estuvo a punto de acabar en rotundo fracaso cuando Sánchez y el primer ministro
italiano, Guiseppe Conte, se negaron a secundar una declaración conjunta llena
de vaguedades y sin medidas concretas.
La presión de España, que impuso la concreción de plazos, e Italia hizo que los Veintisiete dieran 15 días al Eurogrupo para que presente propuestas para afrontar un “shock sin precedentes”.
El texto vago e impreciso parecía pactado cuando, según fuentes diplomáticas, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, preguntó a todos los participantes en la videoconferencia si había acuerdo.
“No”, afirmó Sánchez, según esas fuentes. Y advirtió que no suscribiría “ningún acuerdo que no fije un mandato claro para que los ministros de Economía puedan seguir trabajando” en un plan anticrisis.
La presión de España, que impuso la concreción de plazos, e Italia hizo que los Veintisiete dieran 15 días al Eurogrupo para que presente propuestas para afrontar un “shock sin precedentes”.
El texto vago e impreciso parecía pactado cuando, según fuentes diplomáticas, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, preguntó a todos los participantes en la videoconferencia si había acuerdo.
“No”, afirmó Sánchez, según esas fuentes. Y advirtió que no suscribiría “ningún acuerdo que no fije un mandato claro para que los ministros de Economía puedan seguir trabajando” en un plan anticrisis.
La
amenaza del veto, secundada por Italia, obligó a Michel a replantear los
términos del texto.
Y tras un prolongado rifirrafe (la videoconferencia se prolongó durante seis horas) se aceptó incluso concretar un plazo para que los ministros presenten el nuevo plan.
“Dentro de tres semanas", fue la oferta que llegó desde Bruselas.
“Para nada, 10 días”, exigió Roma.
Resultado: los ministros disponen de 15 días para plantear las propuestas que podrían llevar a un plan de reactivación de la economía europea, condenada a una recesión durante este año por el impacto de la pandemia del coronavirus.
Y tras un prolongado rifirrafe (la videoconferencia se prolongó durante seis horas) se aceptó incluso concretar un plazo para que los ministros presenten el nuevo plan.
“Dentro de tres semanas", fue la oferta que llegó desde Bruselas.
“Para nada, 10 días”, exigió Roma.
Resultado: los ministros disponen de 15 días para plantear las propuestas que podrían llevar a un plan de reactivación de la economía europea, condenada a una recesión durante este año por el impacto de la pandemia del coronavirus.

La
reunión, celebrada por videoconferencia, vivió momentos de tensión.
La mesa de nuevo vivió el empate entre el norte, partidario de que cada país salga de la crisis con sus recursos, y el sur, que pide una actuación coordinada.
Se revivió el eterno empate: los defensores de la austeridad siguen bloqueando cualquier paso hacia la mutualización de los costes de la crisis, mientras que los partidarios de compartir costes no pudieron lograrlo ni ante un problema de estas dimensiones.
La mesa de nuevo vivió el empate entre el norte, partidario de que cada país salga de la crisis con sus recursos, y el sur, que pide una actuación coordinada.
Se revivió el eterno empate: los defensores de la austeridad siguen bloqueando cualquier paso hacia la mutualización de los costes de la crisis, mientras que los partidarios de compartir costes no pudieron lograrlo ni ante un problema de estas dimensiones.
Según
fuentes diplomáticas, Holanda y Austria abanderaron la línea dura, mientras que
la canciller alemana, Angela Merkel, dejó claro que no aceptaría los eurobonos
que habían planteado nueve países encabezados por España, Francia e Italia.
El presidente francés, Emmanuel Macron, defendió ese instrumento con el argumento de que esta no era una crisis como las anteriores y afectaba a todos por igual.
El presidente francés, Emmanuel Macron, defendió ese instrumento con el argumento de que esta no era una crisis como las anteriores y afectaba a todos por igual.
Italia
logró también que del documento saltara la única medida concreta a corto plazo,
que era la petición a los ministros de Economía de la zona euro para que
rematen una suerte de red de seguridad que podría permitir a los países en
dificultades acudir a una línea de crédito de emergencia del Mecanismo Europeo
de Estabilidad (Mede), que tiene una capacidad de hasta 410.000 millones de
euros.
Pero
esa referencia al fondo de rescate europeo, cuya utilización evoca el peligroso
estigma de los países rescatados durante la crisis financiera, soliviantó al
primer ministro italiano, Giuseppe Conte, que se niega a utilizar un
instrumento pensado para crisis de deuda.
Según fuentes consultadas, Merkel advirtió de no rechazar de entrada esa solución, a la vista de que tiene más posibilidades que los eurobonos.
Según fuentes consultadas, Merkel advirtió de no rechazar de entrada esa solución, a la vista de que tiene más posibilidades que los eurobonos.
El
grupo más ambicioso, en el que militan Italia, España y Francia, representa
casi la mitad de la población de la UE.
Pero la escala que importa en Berlín o en La Haya es la de los números rojos.
Y los nueve países aliados representan el 72% de la deuda púbica de la zona euro.
Solo Italia acumula unas deudas pendientes (2,38 billones en 2019) que casi igualan las de Alemania y Holanda juntas (2,47 billones).
Pero la escala que importa en Berlín o en La Haya es la de los números rojos.
Y los nueve países aliados representan el 72% de la deuda púbica de la zona euro.
Solo Italia acumula unas deudas pendientes (2,38 billones en 2019) que casi igualan las de Alemania y Holanda juntas (2,47 billones).
Acusaciones de Holanda
El
Gobierno alemán de Angela Merkel y el holandés de Mark Rutte se niegan a que en
este arranque de la crisis se utilicen ya recursos comunitarios.
Ambos países, con apoyo de Austria y Finlandia entre otros, prefieren que se explote inicialmente la vía nacional, aprovechando la suspensión temporal del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (que fijaba un límite del 3% del déficit) y la relajación de las normas de ayudas de Estado (que limitaban los subsidios a empresas en dificultades).
Ambos países, con apoyo de Austria y Finlandia entre otros, prefieren que se explote inicialmente la vía nacional, aprovechando la suspensión temporal del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (que fijaba un límite del 3% del déficit) y la relajación de las normas de ayudas de Estado (que limitaban los subsidios a empresas en dificultades).
Esas
dos medidas aprobadas hasta ahora, sin embargo, benefician de manera asimétrica
a los socios comunitarios, porque solo pueden ser explotadas por los países con
amplio margen de maniobra fiscal, como Alemania y Holanda.
Los que están en números rojos (como España) y con un volumen de deuda cercano al 100% del PIB (como España y Francia) o por encima del 100% (como Italia) apenas disponen de espacio presupuestario para embarcarse en un gran plan de estímulo fiscal con cargo a las arcas públicas.
Los que están en números rojos (como España) y con un volumen de deuda cercano al 100% del PIB (como España y Francia) o por encima del 100% (como Italia) apenas disponen de espacio presupuestario para embarcarse en un gran plan de estímulo fiscal con cargo a las arcas públicas.
El
ministro holandés de Finanzas, Wopke Hoekstra, ha llegado a sugerir en las
reuniones mantenidas con sus homólogos por videoconferencia que la Comisión
Europea debería investigar por qué algunos países no disponen de ese margen
presupuestario a pesar de que la zona euro lleva siete años de crecimiento
ininterrumpido, el periodo más largo de bonanza desde el nacimiento de la
moneda única en 1999.
“El
problema es que la crisis del coronavirus todavía no ha golpeado a todos los
países de manera simétrica”, señala una fuente diplomática meridional.
Los países del sur están convencidos de que el brutal impacto acabará sintiéndose en toda la UE.
Y que entonces llegará el momento de pactar a nivel europeo un gran plan de estímulo, calificado por el presidente Sánchez como un plan Marshall.
Los países del sur están convencidos de que el brutal impacto acabará sintiéndose en toda la UE.
Y que entonces llegará el momento de pactar a nivel europeo un gran plan de estímulo, calificado por el presidente Sánchez como un plan Marshall.
Sin suministros y Schengen lleno de fronteras
La
cumbre del coronavirus coincidió con el 25º aniversario de la entrada en vigor
del acuerdo de Schengen, que suprimió los controles fronterizos entre los
países firmantes el 26 de marzo de 1995.
Un cuarto de siglo después, más de una docena de socios de Schengen (entre ellos España) han reestablecido los controles fronterizos internos y todos los socios de la UE (salvo Irlanda) han impuesto restricciones al paso de sus fronteras exteriores, según el recuento recogido en una nota interna de la Comisión.
El mismo documento indica que las principales rutas de transporte europeas, que absorben el 75% del tráfico de mercancías por camión, han sufrido limitaciones y retrasos en la cadena de suministros de más de 24 horas, incluido el transporte de material médico.
Un cuarto de siglo después, más de una docena de socios de Schengen (entre ellos España) han reestablecido los controles fronterizos internos y todos los socios de la UE (salvo Irlanda) han impuesto restricciones al paso de sus fronteras exteriores, según el recuento recogido en una nota interna de la Comisión.
El mismo documento indica que las principales rutas de transporte europeas, que absorben el 75% del tráfico de mercancías por camión, han sufrido limitaciones y retrasos en la cadena de suministros de más de 24 horas, incluido el transporte de material médico.
Fuente
“EL PAÍS”, España, 26.03.2020
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