JUBILADOS Y…
EL SEÑOR FERNÁNDEZ
Jubilaciones: Alberto
Fernández lucha contra la bomba que él mismo ayudó a crear
La
redistribución del ingreso no genera crecimiento y lo impagable no es la
fórmula de Macri, sino la demagogia de incluir receptores de beneficios en un
sistema donde cada vez hay menos productores de esos beneficios
Por Ivan
Carrino -
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Argentina está en crisis.
En el propio gobierno no paran de
repetirlo.
“Tierra arrasada”, dijo Axel Kicillof.
“Descalabro económico”,
confirmó el ministro Martín Guzmán.
El origen de esa crisis es fiscal.
El gobierno argentino gasta $100, pero solo recauda $89.
En 2017, esa
diferencia era aún mayor.
Por cada $100 de gasto, solo había $83 de
recaudación.
La diferencia, claro, era cubierta con deuda.
El problema no es nuevo.
El 2008
fue el último año en que el gobierno mostró superávit fiscal.
Luego
la diferencia entre gasto e ingresos fue creciendo año tras año.
El déficit
llegó a casi el 7% del PBI antes de ocasionar la crisis de 2018.
El problema hoy es que nadie más quiere financiar al estado.
Ni
los acreedores internacionales, ni los tenedores de pesos, que lo repudian
tratando de irse al dólar, motivo por el cual el Banco Central volvió a poner
el cepo cambiario.
Ingresos o gasto
Ahora bien, ¿cómo es posible que se haya llegado a esta
situación?
¿Será un problema de falta de recaudación?
La respuesta es
negativa.
Entre 2003 y 2019 la presión fiscal subió en 9 puntos del PBI.
En 2003
se recaudaron USD 33.500 millones.
En 2019, USD 149.600 millones.
Por lo visto,
el dinero llovió hacia las arcas públicas.
¿Cuál fue el problema entonces?
Que el gasto público trepó a
ritmos mucho más vertiginosos.
De representar el 23% del PBI, pasó a superar el
40%.
Y es aquí donde entra la bomba que el propio
Alberto Fernández ayudó a crear.
Es que
si se mira en qué aumentó el gasto público desde 2003, la “Previsión Social”
aparece en el primer puesto, con una suba de 6 puntos del PBI.
Medida en dólares la cifra se multiplicó casi por 10, pasando de 8.000 millones
a más de 70.000 millones.
¿Qué es lo
impagable? ¿Una fórmula que busca mantener el poder adquisitivo de las
jubilaciones en un nivel constante o la demagogia de duplicar la cantidad de
jubilados y pensionados en nombre de la justicia social?
¿Por qué ocurrió esto?
El motivo es bastante sencillo.
Con
sendas “moratorias”, los gobiernos de Néstor y luego de Cristina Fernández
de Kirchner (cuando el actual presidente era Jefe de Gabinete) incluyeron
en el sistema previsional a cerca de 3 millones de nuevos jubilados y
pensionados.
Esa generosidad, por supuesto, hay
que pagarla.
Pero ahora el presidente (que, insistimos, entonces era
Jefe de Gabinete) dice que la fórmula por la cual se
actualizan los haberes de todos los jubilados es “impagable”.
Ahora bien, ¿qué es lo impagable?
¿Una fórmula que busca mantener el poder adquisitivo de las jubilaciones en un
nivel constante o la demagogia de duplicar la cantidad de jubilados y
pensionados en nombre de la justicia social?
Achatar la Pirámide
En el gobierno ahora dicen que van a “achatar la pirámide
previsional”, subiendo los haberes bajos en línea o por encima de la inflación,
y licuándole los ingresos a los receptores de haberes medios o altos.
Se trata
de un eufemismo.
En primer lugar, no hay ninguna necesidad de igualar el
ingreso que reciben los jubilados.
Si Josefina trabajó y ahorró más que José,
¿qué criterio de justicia impone que ahora tengan el mismo ingreso, o ingresos
más similares? Ninguno.
Por otro lado, lo único que se busca es reducir el gasto
previsional, que es uno de los principales componentes del gasto público.
Achatar
la pirámide es solo una frase para vender el ajuste.
Un punto no menor es que hoy se
quiere vender que la receta para la recuperación económica es “ponerle plata en
el bolsillo” a los ciudadanos de menores ingresos.
Se cree que, como
esos individuos tienen más “propensión al gasto”, entonces alimentarán la rueda
del consumo, la demanda y la producción.
‘Ponerle plata en
el bolsillo’ a los ciudadanos de menores ingresos es una idea que ha tenido un
manifiesto fracaso.
Ahora bien, ¿no vieron el manifiesto fracaso de esa idea?
La
incorporación de 3 millones de nuevos jubilados –siguiendo el nuevo criterio
oficial- debió haber generado una enorme masa de consumidores que estimulara el
mercado interno.
Sin embargo, entre 2011 y 2019 Argentina no creció y tuvo un
récord mundial de inflación acumulada.
Algo anda mal en las teorías oficiales.
La redistribución del
ingreso no genera crecimiento y lo impagable no es la fórmula de Macri, sino la
demagogia de incluir receptores de beneficios en un sistema donde cada vez hay
menos productores de esos beneficios.
¿La gestión anterior tiene responsabilidades?
Sin duda que sí.
Pero si se analiza el tema de la previsión social, sugiero cambiar el foco y
ponerlo sobre Néstor Kirchner, y sobre los actuales presidente y
vicepresidenta.
Fuente
“infobae”, 25.01.2020
Ni hablar de los fondos provenientes de las privatizaciones durante el menemato que, de acuerdo a la ley 23.966 (promulgada en agosto de 1991) art. 31º establecía que el 30 % del total recaudado por ese concepto debía destinarse al Régimen Nacional de Previsión Social (INCUMPLIDO). Como así también se incumplió con lo establecido por el art. 187º de la Ley 24.241 (promulgada en octubre de 1993 también durante el menemato) al disponer que, a partir de esa promulgación, el pago de las prestaciones no contributivas -como las otorgadas por el kirchnerismo a partir de 2006 a las personas que no habían aportado lo previsto por las leyes vigentes-, debían atenderse con fondos de Rentas Generales. Ambas leyes y artículos vigentes y los artículos mencionados nunca fueron derogados.
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