MENDOZA
PAMI – 2012 -
Revelaron una estafa al
PAMI de casi un millón de dólares en recetas truchas
Ocurrió
en Mendoza desde 2012 y fue confirmado por arrepentidos.
Un empleado del
organismo recibió cinco años de cárcel por un complejo esquema basado en
medicación para diabetes
Por Federico Fahsbender
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Dos empleados de la entidad y un contador son los principales condenados en la trama.
Los imputados que acuden a la Justicia para negociar
mejores condiciones o penas más suaves a cambio de pruebas y
testimonios en el marco de la ley del arrepentido suelen hacerlo en causas de
corrupción pública, narcotráfico, no en negociados multimillonarios que
involucran recetas para remedios para la diabetes de jubilados.
Esto,
en términos judiciales, es otra cosa.
En la mañana de hoy, el Tribunal Oral Criminal Federal
Nº 1 de Mendoza condenó a once personas por el delito de defraudación
a la administración pública, un negociado que tuvo al PAMI como mayor
víctima.
En la lista de condenados hay dos empleados del
organismo, Jorge Godoy Resa y Carlos Colombi Miralles, una empleada
del ANSES, Rosmary Blangetti, y el contador José Godoy Torres, que recibieron penas
penas de hasta cinco años y once meses además de inhabilitaciones perpetuas
para ejercer cargos públicos por uno de las mayores engaños a una entidad de
salud del Estado argentino en tiempos recientes.
El monto de la estafa, según fuentes del caso, llega a
casi un millón de dólares.
Los arrepentidos que se plegaron a la ley y declararon
en la causa, instruida por los fiscales Javier Arzubi
-cabeza de la unidad fiscal de la Procuración dedicada específicamente al PAMI-
y Javier Alcaraz, dos en total, recibieron mucho menos:
dos años uno, un año y medio el otro.
Sus aportes, aseguraron
investigadores a Infobae, fueron cruciales para llegar a la
condena, con la fiscal de juicio María Gloria André.
La maniobra para recolectar era, por llamarla de alguna forma, la
versión médica de hacer votar a los muertos.
Comenzó en 2012, en farmacias de las afueras de la
capital de Mendoza.
Se sustrajeron recetas del PAMI para
medicación para tratar la diabetes -principalmente tiras reactivas e
insulina, con el costo totalmente cubierto por el organismo– a
nombre de afiliados que no las necesitaban ni estaban diagnosticados como
diabéticos.
Así, las recetas eran vendidas en negro por fuera del
sistema del PAMI.
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Esta fue la primera fase: la banda, eventualmente, compró
según la acusación en su contra dos farmacias para explotarlas y
presentar estas recetas con sellos falsos de médicos además de
troqueles de cajas de medicamentos falsificadas.
El acceso al PAMI desde adentro implicaba información
privilegiada, robos de talonarios de recetas en blanco.
Los
condenados incluso usaron datos de afiliados ya fallecidos,
los fiscales los cotejaron con el padrón electoral.
Había, por ejemplo, un
anciano de Quilmes Oeste, fallecido en 2006.
Las firmas en las recetas incautadas con
membrete del INSSJP tenían nombres de médicos reales, que las
desconocieron, así como sus sellos: el contador Godoy cayó con 50
estampas de goma con nombres y matrículas de profesionales de la salud.
La investigación incluyó líneas intervenidas, allanamientos a
las farmacias truchas y a cajas de seguridad: la red había llegado
hasta Córdoba y San Luis mediante envíos por encomienda que incluían
insulina.
Fue precisamente en Córdoba de donde surgió
el primer arrepentido, el encargado de recibir las encomiendas en esta
provincia y venderlas allí.
El segundo fue un farmacéutico también
cordobés que llegó a Mendoza para trabajar en una de las farmacias truchas de
la organización.
Tenía un rol administrativo: instruía a otros en cómo
presentar y cobrar las recetas adulteradas, lo que permitía seguir con
más crédito legal para defraudar al INSSJP.
Los imputados mismos pidieron ser
arrepentidos, un trato que se gestionó con sus defensas.
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Javier Arzubi, fiscal del caso
Así, redujeron sus condenas a la mitad.
Ahora, ¿cómo explicar este mercado negro de tiras
reactivas e insulina?
Los casos de troqueles falsos implican
una venta simulada, donde jamás existió un producto físico, un negocio
ficticio que generó dinero real.
Arzubi y Alcaraz, por otra parte, saben de
casos en otras jurisdicciones donde se investiga si esa insulina es
vendida en países como Bolivia o Paraguay.
Otra posibilidad es que la
insulina generada por facturas truchas sea reintroducida al mercado a través de
otras droguerías y laboratorios.
"Pensalo así", asegura un histórico
conocedor del mercado de la medicina: "Son remedios que son gratis
de por sí. No son estrictamente para vender, solo se los volvían a cobrar al
PAMI".
Fuente
“infobae”, 08.03.2019
(Facebook, I.E. Leiva, 27.04.2019)
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