LA SEÑORA FERNÁNDEZ…
Cristina, la
perseguida
Dice que la persigue la embajada de
Estados Unidos.
En realidad, lo que la persigue es la corrupción.

Cristina Kirchner el miércoles en la sesión preparatoria del Senado de la Nación. Foto: Senado
28/02/2019
"Si me pasa algo, miren hacia
el Norte”, dramatizaba Cristina en 2014.
Ahora dramatiza con que la persigue la
embajada de Estados Unidos.
En realidad, lo que la persigue y la tiene más que
cercada es la corrupción.
El
juez Ercolini envió a ella, a sus hijos y a una veintena de acusados a juicio
oral por la causa Hotesur: el lavado de dinero en dos hoteles del matrimonio
Kirchner en El Calafate.
La fórmula es la ya muy conocida: adjudicación de
obras públicas con coimas y con sobreprecios que se cobraban y se
blanqueaban con el alquiler de habitaciones que nunca se ocupaban.
Hotesur fue Alto Calafate y Lázaro
Báez, el campeón de la obra pública en el Sur, el beneficiario de las obras y
el que alquiló sin ocupar.
Ya millonario también operó con la familia Kirchner
compras y ventas de propiedades y terrenos que derivaron en otro hotel, Las
Dunas, para seguir con la cadena que empezó a cortar la inesperada derrota de
Scioli ante Macri.
De esos dineros son los casi 4,6 millones de dólares encontrados
en 2016 a la hija de Cristina en una caja de seguridad.
En
su lugar en el mundo, Cristina ocultó por años la dirección legal de Hotesur.
Declaró más domicilios truchos que Boudou.
Cambió cuatro veces de sede: tres de
ellas en Buenos Aires y la otra en Santa Cruz.
Movilidad inmobiliaria para
inmovilizar las notificaciones de los organismos de control.
Y una foto de los manejos turbios y de la impunidad kirchnerista.
Dice
Ercolini que la asociación ilícita en Hotesur funcionó “cuanto menos” entre el
8 de mayo de 2003 y el 14 de diciembre de 2016.
Y dice que Máximo Kirchner
formó parte de las maniobras “al menos” desde junio de 2005 a noviembre de
2015.
No son fechas ociosas: abarcan todos los gobiernos del
matrimonio Kirchner y a todo el núcleo familiar.
Cristina tiene un montón de causas
pero tres son las que la arrinconan.
Además de Hotesur, la de la obra vial en
Santa Cruz, donde está procesada y embargada por más de 600 millones de
dólares, la cantidad de fondos investigados y desviados a Báez y su empresa
Austral Construcciones.
La otra es Los Sauces, que lleva el nombre de uno más
de los hoteles de los Kirchner aunque abarca 29 propiedades.
El
86% de las facturas eran pagadas por Báez y el zar del juego Cristóbal
López .
Ya
no es curioso sino políticamente fantasioso cómo quiere dar vuelta la tortilla
la oratoria cristinista.
/s3.amazonaws.com/arc-wordpress-client-uploads/infobae-wp/wp-content/uploads/2018/03/03163927/cristina-kirchner-y-sus-insultos.jpg)
Dijo: “Además de estigmatizar a dirigentes
opositores, en el medio los funcionarios judiciales se dedican a hacer negocios
y extorsionar a la gente”.
Blanca y radiante va la ex presidente.
Más: “Hay
un sistema perverso, un manejo de jueces como nunca he visto”.
Aunque parezca mentira, se refiere a este momento.
No importan las razones como
tampoco importan las pruebas.
Trata de embarrar las causas , de hacer
sospechosos a quienes investigan y de limpiar o tratar de limpiar a quienes son
sospechosos.
Puede ocurrir que ya no llame
mucho la atención lo mucho que se descorre y ventila casi diariamente sobre la
corrupción en los tribunales, donde hay otra lista que solo se puede recordar
entera leyéndola: la de los arrepentidos cercanos a Cristina.
Ahí están Uberti y José López, el de los bolsos.
Y Manzanares, su ex contador y
Clarens, el financista.
También ex secretarios privados.
Cristina seguirá
diciendo que la corrupción no existió.

Y si existió, que ella, en tantos años,
nunca tuvo nada que ver.
Y no miren a Comodoro Py.
Fuente
“Clarín.com”,
28.02.2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario