ENTRE
LA PAJA Y LA VIGA
Informe y
acto político guionado
En esencia, el juez Ramos Padilla
repitió en la comisión de Libertad de Prensa lo que Cristina había dicho en el
Senado.

El juez federal Alejo Ramos Padilla duraante su exxposición en el Congreso. Foto: Lucía Merle
Ricardo Kirschbaum
14/03/2019
La causa que tramita el juez
federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, tiene un acusado evidente, el abogado
trucho Marcelo D’Alessio y por elevación a Carlos Stornelli, uno de los
fiscales de la causa de los cuadernos, y por más elevación aún entorpecer esa
causa a la que Cristina Kirchner pretende mitigar llamándola la causa de las
fotocopias.
El
trámite que el juez dio a la denuncia por extorsión contra D’Alesio es
sugestivo.
Antes de
que tomara estado público, medio país ya estaba enterado.
El juez
amplió en los hechos la investigación de la denuncia de extorsión a una
investigación de espionaje y quiso
ventilar en la Comisión de Inteligencia contenidos del expediente en pleno
proceso.
Como
no pudo hacerlo ahí, lo hizo en la Comisión de Libertad de Prensa, que preside
el ahora diputado K Leopoldo Moreau.
En su momento, el ex dirigente radical
justificó la agresión de la que fue objeto el periodista de TN Julio Bazán en
diciembre pasado.
Dijo que no fue víctima de los que lo agredieron, “sino del
grupo en el que trabaja”, que es Clarín.
En esa comisión el juez no
habló de libertad de expresión, sino de inteligencia, y el
kirchnerismo aprovechó para atacar al fiscal y ahora a Elisa Carrió, porque
D’Alessio envió un audio, supuestamente a una de las diputadas de su bancada.
El
juez puso su celular ante el micrófono y pasó la conversación, inaugurando un
nuevo estilo de investigación judicial de “una red de espionaje político
judicial de magnitudes”.
Quiso sugerir que tiene más para mostrar, pero en
realidad repitió lo que Cristina Kirchner dijo días antes en el Senado:
“Estamos ante un sistema muy perverso, de extrema gravedad constitucional e
institucional”.
Como el juez habló en Libertad de
Expresión y D’Alessio era fuente de varios periodistas, le bajó el tono al
intento de incriminación, no sólo del periodista de Clarín Daniel Santoro, sino
de otros varios colegas por el hecho de haber conversado con el acusado.
Dijo:
“Muchos periodistas pueden haber sido afectados en su buena fe y podían no
tener conocimiento” y ser “víctimas de la organización”.
También
dijo: “El caso que puede involucrar a un fiscal, no a uno solo, sino a varios,
a un periodista, a un juez, es ínfimo” porque las andanzas de D’Alessio pueden
perjudicar las relaciones con varios países.
El párrafo parece periodístico.
Advertido de que es juez, también dijo: “Quiero decirles que nunca creí que un
fiscal de la Nación pudiera estar pidiendo dinero a quien decía públicamente
que era agente de la DEA”.
El juez Ramos Padilla dijo que investiga una “red de espionaje político judicial”
Ramos Padilla no necesitó cambiar
de Comisión para informar sobre la red de espionaje que anticipa ya tener
probada.
Fue Moreau el que le facilitó, de tal modo que el diputado Rossi
pudiera completar la escenografía política.
“Están
usando los servicios de una organización paraestatal de inteligencia”, dijo,
acusando a Carrió y a la diputada Olivetto, en una sesión que parecía
totalmente guionada.
Lo
cierto es que la causa de los cuadernos, o la de las fotocopias como dice
Cristina, es ya en
realidad la causa de los arrepentidos, cuyas declaraciones están
en manos de Bonadio y no presagian más que nuevas complicaciones a la ex
presidenta, que luego de declararse perseguida, viajó a Cuba, donde está su
hija Florencia, con problemas de salud , también por perseguida.
Lo
dijo en un video muy bien editado antes de embarcar, en la que se mostró muy
preocupada por la salud de Florencia, y se
sintió impelida a compartir esa inquietud urbi et orbi.
Fuente
“Clarín.com”, 14.03.2019
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