NICARAGUA Y…
LAS O.N.G.
-II-
La Prensa -
15/12/2018
15/12/2018

La dictadura orteguista ha hecho una masacre de organizaciones de
la sociedad civil dedicadas a la defensa de los derechos humanos, al
empoderamiento democrático y cívico de los ciudadanos, a la solidaridad social,
la investigación de políticas públicas y el control social del ejercicio del
poder gubernamental y estatal.
El
Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (Cisas), el Instituto de
Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp), Hagamos Democracia, Centro
Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Instituto de Liderazgo de las
Segovias, Instituto para el Desarrollo y la Democracia (Ipade), Fundación para
la Conservación y el Desarrollo del Sureste de Nicaragua (Fundación del Río),
Centro de Investigación de la Comunicación (Cinco) y la Fundación Popol Na, han
sido despojados de sus personalidades jurídicas por los diputados orteguistas
de la Asamblea Nacional, sin respetar las normas del debido proceso y el
derecho a la defensa.
Inmediatamente
después de ilegalizar a las ONG, la dictadura se fue contra los medios de
comunicación independientes, Confidencial, Esta Semana y Esta Noche, cuyas
instalaciones fueron asaltadas y saqueadas por fuerzas policiales orteguistas.
Lo mismo que hizo con las sedes de varias de las ONG decapitadas.
La
masacre de las ONG y el asalto a sus sedes, así como a los medios de
comunicación independientes mencionados, tiene evidentemente un doble
propósito.
El
primero es vengarse de personalidades públicas que pertenecieron de manera
destacada al FSLN, pero que en la década de 1990 tomaron el camino de la
democracia.
Eso es algo imperdonable para Ortega y Murillo.
El
segundo objetivo es destrozar libertades y derechos básicos como la defensa de
los derechos humanos, el derecho a la organización independiente, el derecho a
la libertad de expresión y de crítica, el derecho de propiedad privada, el
derecho a la integridad de las personas naturales y jurídicas, etc.
Siete
de las nueve ONG decapitadas por la dictadura eran dirigidas por antiguas
personalidades sandinistas, incluyendo un comandante de la revolución (Jaime
Wheelock, del Ipade) y una comandante guerrillera (Mónica Baltodano, de Popol
Na).
Las otras dos eran encabezadas por un activista social de ideología
liberal (Félix Maradiaga, del Ieepp) y el otro conservador (Luciano García, de
Hagamos Democracia).
Pero
de lo que se trata en el fondo es que la dictadura no tolera la existencia de
organizaciones civiles que sustentan y fortalecen la democracia y denuncian los
abusos de poder.
Por eso está tratando de liquidarlas.
La
agresión de la dictadura orteguista contra la sociedad civil y la libertad de
prensa es repudiada dentro y fuera de Nicaragua.
Nosotros, por nuestra parte,
nos solidarizamos incondicionalmente con todas ellas, lo mismo que con el director,
los periodistas y todo el personal ultrajado de Confidencial, Esta Noche y Esta
Semana.
La libertad y la verdad no se matan con represión.
Fuente
“LA PRENSA”, Nicaragua, 15.12.2018
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