ESPAÑA:
REFORMA PREVISIONAL
El Banco de España alerta de que el gasto en
pensiones se disparará por parar la reforma de 2013
El organismo
considera que vincular la pensión al IPC y retrasar el factor de sostenibilidad
tendrá un coste de 1,9 puntos del PIB en 2030 y 3,4 puntos en 2050
ANTONIO MAQUEDA - Madrid

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. ZIPI EFE
El Banco de España
advierte de que mutilar la reforma de pensiones de 2013 tendrá un elevado coste
para la Seguridad Social.
Sus cálculos ascienden a 1,9 puntos del PIB para 2030
y 3,4 puntos del PIB para 2050.
Por dar una idea, con el PIB actual serían unos
22.000 millones de euros adicionales de gasto en 2030 y unos 40.000 millones en
2050.
Por este motivo, en un análisis publicado este lunes, reclama
“actuaciones adicionales que aumenten los ingresos o reduzcan los gastos del
sistema, con objeto de garantizar su sostenibilidad financiera”.
La reforma de 2013 que aprobó el Gobierno del PP se basaba en dos ejes: por un
lado, desvinculaba las actualizaciones de las prestaciones del IPC.
En lugar de
tomar la inflación para revalorizarlas, fijaba una fórmula que ligaba cualquier
mejora al estado de las cuentas de la Seguridad Social.
Como la previsión es
que el sistema sea deficitario por mucho tiempo, las subidas solo serían por el
mínimo fijado en el 0,25% durante años.
“Las proyecciones implicarían una
revalorización anual de la pensiones a la tasa mínima
establecida del 0,25% durante gran parte de las próximas tres décadas,
lo que, en un contexto de tasa de inflación de en torno al 2% —la referencia a
medio plazo del BCE—, daría lugar a una erosión gradual del poder adquisitivo
de la pensión a lo largo de la vida de su perceptor”, dice el documento.
Factor de sostenibilidad
Este elemento se justificaba
porque el pensionista cobraría durante más años y estaba previsto que entrase
en vigor en 2019.
Las dos medidas “contribuyeron
a mejorar significativamente la sostenibilidad a largo plazo del sistema, como
reflejan las proyecciones de gasto en pensiones para la economía española
incluidas en el último informe sobre envejecimiento de la Comisión Europea”,
sostiene el informe del supervisor español.
No obstante, el propio Banco de
España reconoce que esta reforma también acarreaba problemas para los
beneficiarios: “La contrapartida de esta mejora en la sostenibilidad sería un
descenso progresivo del valor de la pensión media en relación con el salario
medio”.
O lo que es lo mismo, los pensionistas iban a perder poder adquisitivo
respecto a los trabajadores.
De este modo iba a suceder lo contrario de lo que
ocurrió con la crisis, cuando el valor de las prestaciones se preservó mientras
las demás rentas caían a plomo, tal y como ya destacan
los últimos informes del FMI y la OCDE, en especial los de pensiones.
Ligada al IPC en 2018 y 2019
Sin embargo, para poder aprobar
los Presupuestos de 2018, el Gobierno de Mariano
Rajoy pactó con el PNV retrasar a 2023 la entrada en vigor del factor de
sostenibilidad y revalorizar las pensiones por encima del 0,25% que
dictaba la reforma de 2013.
Se acordó una subida generalizada del 1,6% para
2018 y otra para 2019.
Se mejoraron también las de viudedad.
Y las mínimas y
las no contributivas se subieron un 1,4% adicional en 2018.
En estos momentos, el Gobierno de Sánchez ha
prometido elevarlas este año con el IPC.
Y el Pacto de Toledo, la
comisión donde los partidos políticos acuerdan reformas para las pensiones, ha
recomendado que las actualizaciones
se hagan de acuerdo con la inflación observada.
Como recuerda
el Banco de España, el propio Gobierno actual estima que las medidas de
revalorización supondrán unos 2.500 millones de gasto más en 2018 y unos 5.300
millones más en 2019.
Además, el organismo supervisor
sostiene que retrasar el factor de sostenibilidad, que liga las pensiones a la
esperanza de vida, supone un incremento añadido del gasto anual en pensiones de
0,1 puntos del PIB (unos 1.200 millones con el PIB actual) durante la próxima
década, y de 0,3% puntos (unos 3.600 millones con el PIB de hoy) durante la
década siguiente.
En consecuencia, si las
pensiones pasan a subirse con el IPC y si el factor de sostenibilidad se
retrasa a 2023, "arrojará un aumento del gasto de 1,9 puntos del PIB en
2030 y de 3,4 puntos en 2050".
Sin tomar más medidas, significaría que el
déficit actual de la Seguridad Social casi se duplicaría en 2030 y que se
triplicaría en 2050.
Estos cálculos se hacen con las previsiones de crecimiento
y demografía que elabora la Comisión Europea.
El FMI también ha pedido
recientemente que ante la supresión de la reforma de 2013 se busquen medidas
alternativas que hagan sostenible el sistema.
Fuente
“EL PAÍS”, España, 17.1.22018
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