ERROR NO FORZADO…
Y VAN...
Asunción de Bolsonaro: no
existe justificación para que Macri no concurra
Horacio Calderón
13 de diciembre de 2018
Creo que habría que
preguntarse por qué el presidente de la nación, ingeniero Mauricio Macri, no
debería asistir a la asunción de su par brasileño, Jair Bolsonaro, en lugar de
por qué debería hacerlo.
Brasil es un vecino estratégico para
la Argentina, no porque sea aliado, ya que de hecho no lo es, sino por la
importancia que tiene la relación mutua desde el punto de vista político,
geopolítico, económico, diplomático y militar.
En lo
personal, no existe justificación alguna para que no concurra;
máxime si se intenta encubrir una decisión de esa naturaleza con cualquier
pretexto banal como el de tomarse vacaciones, por ejemplo.
La presidencia Bolsonaro representa y representará para la Argentina un enorme
desafío estratégico en el futuro mediato y a largo plazo, en razón de que, más
allá de la oposición interna que deba enfrentar durante su gestión,
desarrollaría una política exterior basada en la restauración del perdido ethos geopolítico
y militar del Brasil heredado de los tiempos imperiales, que ha perdurado de
manera subyacente como política de Estado desde la existencia del país como
república independiente.
La
Argentina es una nación indefensa desde el punto de vista militar, pero además
con una dirigencia política liderada por caudillejos cuya visión es más corta
que la del vuelo de un gorrión.
El presidente Mauricio Macri debería ir
perentoriamente y hacer saber de manera directa e inequívoca que la Argentina
siempre tendrá una mano extendida hacia el país vecino, siempre y cuando la
contraparte retribuya el gesto con una actitud similar.
Tengo mis
dudas sobre esto último, más allá de reconocer que si el ex militar Bolsonaro
fue elegido, es debido a que el pueblo de su país estaba asqueado por la
corrupción imperante y el reino del crimen organizado doméstico y
transnacional.
Un país poderoso como Brasil con un
presidente y líder que provoque un cambio de paradigma de magnitud en sentido
de proyección de poder regional y global será una amenaza estratégica para la
Argentina, aunque por la flojedad académica de nuestros
dirigentes se tarde un tiempo en un necesario despertar.
El autor es experto en Asuntos del Medio
Oriente y especialista en Contraterrorismo.
Fuente
“infobae”, 13.12.2018
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