VENEZUELA:
“BONO” Y CONCIENCIAS
#ESPECIAL Con bonos de protección social “compran
conciencias”
14 mayo, 2018

Una crisis que carcome
el estilo de vida del venezolano y un Estado sin medidas que garanticen la
plena estabilidad individual y colectiva.
Un pueblo adaptado al “quien me
resuelva” y sumergido en un sinfín de manipulaciones por parte de un Gobierno
que tiene como prioridades las necesidades propias de quienes –apenas–, pueden
comer una vez al día (sabe que allí está la debilidad).
A la Venezuela de hoy,
le hacen faltas medidas más allá del populismo, que si bien satisface
determinadas carencias, moldea al ciudadano a su antojo y a adoptar posturas
pasivas, que a la larga forman un ser con ánimos solo de esperar “el resuelve”.
Y en efecto, así no se construye una nación; se necesita educar en función del
trabajo como acción para el progreso y la dignificación como individuo.
Yulimar Pérez-Juan Diego Vílchez Valbuena / Diseño: Lizzie Suárez
¿Una solución al conflicto
venezolano?
En la mente de los líderes oficialistas, la tan mencionada “guerra
económica” es la bandera para mantener niveles de popularidad en medio de un
caos.
Solo así, pueden proteger un sistema que aunque promueva la igualdad a
través del socialismo con miras a mejorar la calidad de vida, indujo a millones
de venezolanos a vivir en condiciones inhumanas.
No alimentarse de forma adecuada,
andar sin transporte ni efectivo, limitación de libertades, medicamentos
escasos y miles de pacientes a punto de morir, supermercados sin productos que
ofertar y otros con altos precios; empresas cerradas y quebradas, una educación
sin investigación y con profesionales pocos remunerados en función de su labor,
indican que Venezuela está en el peor momento de su historia.
Una realidad a la vista de
todos y reconocida por los propios dirigentes maduristas, quienes atribuyen a
gobiernos extranjeros, la anarquía en la cual está sumergido el país.
Y ante
estos escenarios, el Gobierno ha respondido desde diciembre de 2017, con bonos
de protección social, dirigidos a determinados sectores en fechas puntuales,
que incluyen los días festivos, convertidos ahora en la justificación para
regalar millardos de bolívares a quienes hoy, tienen su Carnet de la Patria,
único mecanismo para optar por algún beneficio.
Hasta los momentos, han entregado 13 bonos de protección social,
que no van a la par de la inflación y alcanza solo para un producto de la
canasta básica familiar.
Ciudadanos condenados
AL
CARNET DE LA PATRIA
Ser venezolano, tener el instrumento político, registrarse en un
portal web, y escanear la tarjeta en una aplicación móvil, son los requisitos
para optar a cualquier beneficio del Estado venezolano, quien tiene acceso a
todos los datos personales y familiares.
Amor Mayor ha sido uno de los
programas que con mayor frecuencia ha dado bonos. 503 mil 541 personas están
registradas y se recibirán su respectiva pensión.
Desestimulan la creación de riqueza
La
hiperinflación de la que hablan muchos especialistas es atacada, de acuerdo al
Gobierno de Nicolás Maduro, con los bonos de protección social.
Elimpulso.com
consultó a varios de ellos a fin de conocer el impacto de esta medida populista
en la Venezuela en caos.
Para
el economista Juan José Pérez, docente de la Universidad Centroccidental
Lisandro Alvarado, se trata de una acción que persigue dotar de capacidad de
compra a sectores adscritos a la ideología oficial.
En ese sentido, “más allá
de su carácter discriminatorio, ha de comprenderse, que intenta expandir la
demanda”, dijo.
Con
los bonos de protección social se busca que los beneficiarios vayan al mercado
y compren de forma inmediata los productos que requieren.
Sin embargo, esta
solución de promover el consumo a corto plazo, “agrava los problemas de
inflación y escasez”, reflexiona Pérez.
Aunado, a que el Producto Interno Bruto
(PIB), desde hace cuatro años va en caída, junto a las importaciones por falta
de dólares.
“Y el resultado es más inflación y más escasez”, concluye.
-Entonces,
¿En qué podrían invertirse esos recursos que se otorgan a través de bonos de
protección social?
-En
remunerar mejor a los trabajadores productivos.
El drama social al que
asistimos es que los que tanto los trabajadores, como los pensionados, los
jubilados, los beneficiarios de los bonos reciben un ingreso similar, en
detrimento de los primeros. Por esa razón, se desestimula el trabajo productivo
y la creación de riqueza.
En algunos casos, para determinados oficios, lamentablemente
los bonos son superiores al salario.
Mientras no se revierta esta situación, el
fenómeno de la hiperinflación seguirá su curso ascendente.
-¿Hay
algo de malo en esa medida?
-No. El problema está en el
financiamiento, cuya base es ficticia, es dinero falso.
Otro sería el caso si
viniese del endeudamiento o de la recaudación de impuestos.
La secuencia bonos,
inflación, seguido de más bonos y más inflación no durará mucho tiempo, pues la
gente va descubriendo la verdadera causa de la inflación, que no es otra que la
emisión inorgánica de dinero.
Es una vana ilusión ante aumento de precios
Ya el venezolano está
acostumbrado a esperar cada vez su respectivo beneficio.
Lo adaptaron a
producir menos y a pedir más, mientras el Estado le resuelve determinadas
necesidades.
El profesor universitario, economista y miembro del Movimiento
Laborista y del Frente Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el
Sindicato (Fadess), Froilán Barrios, aseguró que la intención del Gobierno de
incrementar el poder adquisitivo mediante los bonos de protección social,
genera aún más inflación en la economía, pues no logran su cometido de aumentar
el salario real y multiplican los indicadores de precios, al no estar
relacionados con el ascenso del Producto Interno bruto (PIB).
Considera que la medida “es
solo una vana ilusión, ya que ante la realidad del aumento vertiginoso de los
precios, al recibir el bono, ya este desaparece por su escaso valor”, asegura.
-¿Es una aventura del
Gobierno nacional?
-Al ritmo que vamos, nos
vemos rumbo a la República de Weimar en la Alemania de los años 20 del siglo
pasado, cuando el pasaje de un autobús o el de un periódico llegó a alcanzar
millones de marcos, como ejemplo de la destrucción de la economía de ese país.
Aquella aventura terminó con el surgimiento del nazismo, ¿en que terminará la
nuestra?
-¿Qué se necesita para
mejorar la condición actual de Venezuela?
-Hoy Venezuela necesita reorientar todos los recursos
provenientes hacia la reindustrialización del país y la atención de la crisis
humanitaria, ya que continuar con medidas populistas como estas, lo que se
busca es profundizar la atadura y la dependencia del ciudadano al Estado hasta
convertirlo en esclavo.
Ahora compran votos con bolsas de alimentos
En Venezuela, todo aquel que
tenga su Carnet de la Patria es candidato a recibir su bonificación,
independientemente de si trabaja o no.
Para el politólogo y magíster en
Ciencias Políticas, con especialidad en Análisis de Datos, John Magdaleno, el
país necesita una economía con niveles equilibrados, y no programas que
suavicen la crisis.
Para él, “si nos damos cuenta
y analizamos la situación actual, es imposible adquirir los productos
suficientes con ese dinero que entregan.
Lo ideal es que con 3.000.000 Bs.,
estuviéramos viviendo felices y que el salario alcanzara para comprar todo lo
que está en el mercado a precios justos”.
Dice que ningún bono o
aumento va a satisfacer las necesidades de los venezolanos.
“¿Cómo se le ocurre
a un Presidente dar un aumento salarial de 2.500.000?”, se pregunta.
Magdaleno asegura que los
bonos de protección social “son una medida populista. Recuerdo cuando se
jactaban en decir que en la IV República compraban votos con bloques, ahora lo
hacen con bolsas de alimentos”.
Considera que se intenta
“comprar consciencias y tener a las personas amarradas… eso es desastrosos. Y
al final, no será un beneficio para nadie.”
Magdaleno reflexiona que existen otras medidas para acabar con
la crisis, como un cambio de Gobierno que promueva la recuperación del aparato
productivo nacional.
Varios
beneficios poco le alcanzan
En Barrio Unión, al oeste
Barquisimeto, vive Nancy Rodríguez (39 años) junto a sus tres hijos (8, 5 y 2
años, respectivamente), en una vivienda que apenas cuenta con una humilde
cocina, un baño y un cuarto, donde duermen todos en dos camas pequeñas unidas.
Ella, no tiene trabajo
formal, solo se dedica a hacer oficios de hogar en casas ajenas para poder
llevarles de comer a sus hijos, quienes son cuidados por su abuela Lucía
González.
Rodríguez recibirá el
beneficio de los Bonos Protectores de la Familia Venezolana por un monto de Bs.
1.020.000 bolívares, adicional al del Día de la Madre por Bs. 1.500.000 para un
total de Bs. 2.520.000, un salario mínimo de acuerdo al aumento del 1º de mayo.
Con ese dinero, tratará de
comprar lo que pueda para alimentar a sus tres hijos.
Y, a veces, hasta ella,
porque existen días en los que prefiere sacrificar su sustento para dárselo a
sus pequeños.
Vive la crisis como cualquier
otro venezolano, no ha podido darle a su familia las comodidades que en otros
tiempos eran posibles.
“Agradezco al Gobierno los
bonos, pero no nos podemos acostumbrar a que siempre nos den. Muchos queremos
trabajar, pero la realidad del país, hace que nos nieguen algún puesto en
cualquier empresa. Y más, a mi edad, donde piden muchas referencias. Trabajar
por un salario mínimo cuando todo se va en pasajes y comidas, es difícil en
estos momentos”, comenta.
En su cuadra de Barrio Unión,
existe una manzanera (persona que encargan del liderazgo en la zona y ser el
enlace con Gobierno), quien cada mes o cuando existen anuncios oficiales, la
visita para conocer si efectivamente está recibiendo los beneficios.
“Pero al final, sé que es
vigilancia.
Porque si no comulgo con el proceso, me quitan los beneficios.
Tienen todos mis datos, porque los registré a través del Carnet de la Patria.
Nos tiene encerrados, sin poder progresar”, reflexiona.
Rodríguez espera que la situación país mejore pronto.
Mientras
tanto deberá acostumbrarse a su CLAP y bonos de protección social.
El anuncio
de Maduro
En medio de su campaña electoral, el candidato a la reelección,
Nicolás Maduro, aprovechando los recursos del Estado, le entregaría a las
madres un regalo en su día.
“Vamos a dar un bono a las madres venezolanas
de 1.500.000 bolívares de regalo para todas las madres y abuelas de Venezuela,
para eso vamos a ganar”, expresó en Trujillo.
Por lo visto, estas medidas
seguirán en lo que queda del año, cuando existan fechas festivas o se le ocurra
al mandatario.
El costo de
lo recibido
Lo (SIC) Bs. 1.500.000 que recibirán este domingo, tan solo le
alcanzará para un almuerzo, ni siquiera habrá dinero para comprar regalos que
por tradición -en la Venezuela petrolera- se entregaban al resto de los
familiares.
Muchas mujeres aprovecharán y seguirán ahorrando con el fin de
darse “algún gusto”, en algún momento.
Pero, para las madres venezolanas, la
prioridad es la alimentación de todos.
Voces encontradas
En Venezuela, existen
percepciones diferentes en cuanto la crisis política, social y económica que
cada día se intensifica.
Muchos han visto los bonos de protección social como
un respiro o extra a tantas necesidades; sin embargo, otros, aseguran que no es
la solución.
Distintas opiniones, hoy cuentan qué piensan de ese beneficio
oficial.
ANTONIO
FRÍAS
PLAZA
MAYOR – 60 AÑOS
“Tengo Carnet de la Patria, he sido
beneficiado por 3 bonos, que me ayudan a solventar mi situación económica, con
ellos compro la comida y las medicinas que necesito para mi salud, me siento
satisfecho”
GERMAN
MIJARES
OELISCO
– 38 AÑOS
“He recibido 5 bonos, y me alcanzan para
comprar los alimentos. Los bonos son un oxígeno por la guerra económica, sin
embargo considero que se debe reactivar el aparato productivo”.
ÓSCAR
OLLARVES
CARORA
– 28 AÑOS
“No tengo Carnet de la Patria. Esos bonos lo
que generan es dependencia, mal acostumbran a los ciudadanos y además no
alcanzan para nada, contribuyendo a la inflación, hay que enseñar a trabajar”.
ROSANA
AMAYA
YARITAGUA
– 24 AÑOS
“Recibí el Bono de la Juventud, no estoy a
favor, saqué el Carnet de la Patria obligada por la bolsa de comida que me
venden, los bonos aumentan a los flojos y la gente no trabajan, por eso aquí
estamos así”.
YOLIMAR
RODRÍGUEZ
DUACA
– 46 AÑOS
“Los bonos son la peor inversión que han hecho,
la gente vive de eso y los que lo reciben son unos conformistas, no estoy de
acuerdo, el objetivo no es ayudar, el verdadero objetivo es que dependas de
ellos”
EVA
PÉREZ
CABUDARE
– 29 AÑOS
“No soy beneficiada, desde mi perspectiva eso
lo que hace es perjudicar, la gente no quiere trabajar, ahora solo quieren
pedir, por eso pasan hambre esperando el bono y la bolsa de los CLAP”.
Fuente
“EL IMPULSO”, Lara, Venezuela, 14.05.2018
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