VENEZUELA:
TRANSPORTE PÚBLICO – I -
Crisis de Venezuela tiene al borde del colapso el sistema de
transporte
El declive de este servicio no solo afecta a quienes lo prestan
sino también al que lo usa

Los costos sustraen del bolsillo del usuario un elevado porcentaje de sus ingresos mensuales (foto Cubanos por el mundo)
Por EFE
11 DE OCTUBRE DE 2017
Los altos costos de mantenimiento, la disminución de importación
de repuestos, la galopante inflación y la escasez de efectivo
tienen al sistema de transporte de Venezuela en
jaque, mientras la población padece los efectos de esta crisis con un
pasaje inestable y largos tiempos de espera para trasladarse.
Los venezolanos tienen que hacer largas filas para tomar un
autobús que los movilice dentro de los centros urbanos por la poca oferta de
unidades de transporte con las que cuentan los sistemas públicos y
privados del país.
Según representantes del gremio de transportistas, la
responsabilidad de la crisis es atribuible al gobierno nacional
que eliminó subsidios, dejó de invertir en el sector y creó programas que no
mantienen su funcionamiento en el tiempo.
El presidente del Bloque Oeste de transportistas de Caracas, Hugo
Ocando, explicó que los chóferes tienen un ingreso regulado por las tarifas
fijas, mientras que los gastos de mantenimiento son impredecibles debido a que
la economía del país se mueve, en muchas ramas, con divisas a precios del
mercado negro.
Según Ocando, 70 % del sector transporte está paralizado
a nivel nacional, y solo en la Gran Caracas la cifra de unidades pasó de 18.000
a 6.000 porque están accidentados o dejaron de prestar el servicio.
Decenas de autobuses pueden verse abandonados a la intemperie en
varios puntos de la capital venezolana, y el término canibalismo surge
para referirse a la sustracción de piezas a unidades en dique seco para reparar
las fallas de otras.
Pero el declive del sistema de transporte no
solo afecta a quienes prestan el servicio, también al que lo usa.
Los costos sustraen del bolsillo del usuario un elevado porcentaje
de sus ingresos mensuales.
Dos traslados diarios a un pasaje de costo más bajo
de 280 bolívares se convierten al mes en 16.800 bolívares, lo que
representa un 12 % del salario mínimo en Venezuela (136.544
bolívares, unos 40 dólares).
Sin embargo, estas estimaciones no se cumplen siempre por la cada
vez más libre "piratería".
"El Gobierno ha incentivado, con la regulación de la
tarifa, al pirata. Los compañeros abandonaron las líneas organizadas
y se están yendo a piratear", señaló Ocando.
(fotos: "Q'PASAEN VENEZUELA")
Se pudo constatar en el este de Caracas la operatividad de una de
estas nuevas paradas de "piratas", con rutas paralelas a las ya
existentes y en las que cobran 550 bolívares por un traslado que legalmente es
de 280 bolívares.
A pesar de que las carencias son las mismas y de que un aumento de
tarifa no resuelve el problema neurálgico, la diferencia es que los ingresos diarios
de los piratas son más elevados y con ello aumentan sus posibilidades de
adquirir repuestos más rápidamente.
Ocando sostiene que mientras no se controle la inflación no habrá
tarifa que aguante los costos.
Por su parte, los usuarios denuncian que con la creación de estas
nuevas paradas los chóferes ahora los dejan "botados a mitad de
camino" para que estos se vean en la necesidad de tomar otra unidad que
culmine su trayecto, lo que incrementa aún más los gastos por traslados de los
venezolanos.
Pero no solo el sector privado está afectado por la falta de
repuestos.
Por ejemplo, el Metro de Caracas y sus sistemas complementarios como
el Metrobús, funcionan a media máquina y con fallas constantes.
Al menos 10 caraqueños entrevistados prefieren
el transporte terrestre al subterráneo debido a la demora
que presenta, a pesar de que en el Metro con apenas 36 bolívares (0,01 centavo
de dólar) se cubren los traslados de una semana completa.
Por otra parte, zonas del este de Caracas, como Chacao y Baruta
-considerados bastiones de la oposición venezolana-, dejaron de disfrutar del
servicio de Metrobús desde que comenzaron las manifestaciones
antigubernamentales en abril, bajo el argumento de que se trata de una medida
de seguridad preventiva.
Dos meses después de que cesaran las protestas las rutas continúan
suspendidas en estas zonas en las que las protestas se desarrollaron con
intensidad.
Ante la crisis, los transportistas exigen al gobierno
venezolano que los libere de las regulaciones o que subsidie el servicio, tanto
a ellos como al usuario.
Alegan que si las autoridades quieren ayudar al pueblo,
estas deben ayudar a los transportistas porque son ellos quienes
"cargan" al pueblo.
Fuente
“EL NACIONAL”, Venezuela, 11.10.2017
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