LA SEÑORA FERNÁNDEZ…
EN EL SENADO
Con Cristina en el Senado y
un peronismo desunido, llega la primera "oposición dura" para la
gestión macrista
04-12-2017
La flamante senadora ya adelantó cuál será el
lineamiento de su nueva etapa política: aspira a liderar un espacio de
oposición sistemática contra la agenda de reformas económicas.
Esto puede
implicar un mayor distanciamiento con el peronismo ligado a las provincias y un
acercamiento a Moyano
Por Fernando
Gutierrez
Todavía no dio un
solo discurso ni tuvo tiempo de argumentar en contra de ninguna ley.
De hecho,
no terminó de acomodarse en su banca y acondicionar su oficina en el Senado.
Pero a todo el ámbito político le quedó claro cuál será el
tipo de oposición que sostendrá Cristina Kirchner a
partir del 10 de diciembre.
La ex presidenta, que el pasado miércoles juró como tercera senadora electa por la provincia de Buenos Aires, ya envió señales contundentes sobre qué espera de esta nueva etapa política:
- Liderar una oposición "dura" al macrismo, con un intento de traba sistemática a la agenda de reformas
- Ejercer una denuncia permanente sobre los costos sociales del "ajuste"
- Profundizar el discurso sobre un pacto entre el Gobierno y la Justicia para "disciplinar" a la oposición mediante el hostigamiento judicial.
Pero por más que esos objetivos estén claros, es un propósito que, por más que esté claro, no necesariamente le resultará fácil de implementar.
La ex presidenta, que el pasado miércoles juró como tercera senadora electa por la provincia de Buenos Aires, ya envió señales contundentes sobre qué espera de esta nueva etapa política:
- Liderar una oposición "dura" al macrismo, con un intento de traba sistemática a la agenda de reformas
- Ejercer una denuncia permanente sobre los costos sociales del "ajuste"
- Profundizar el discurso sobre un pacto entre el Gobierno y la Justicia para "disciplinar" a la oposición mediante el hostigamiento judicial.
Pero por más que esos objetivos estén claros, es un propósito que, por más que esté claro, no necesariamente le resultará fácil de implementar.
Entre
otras cosas, implica el riesgo seguro de romper con la
parte mayoritaria del peronismo y
explorar un acercamiento insospechado con su otrora enemigo
acérrimo: Hugo Moyano.
Por otra parte, implica cierta contradicción en el sentido de que los acuerdos a los que se opondrá en el Senado llevan la rúbrica de su cuñada Alicia, la gobernadora de Santa Cruz.
Por otra parte, implica cierta contradicción en el sentido de que los acuerdos a los que se opondrá en el Senado llevan la rúbrica de su cuñada Alicia, la gobernadora de Santa Cruz.
Un ataque
duro al pacto fiscal entre el Gobierno nacional y las
provincias la podría llevar al borde de un conflicto de intereses con
su propia familia.
Pero Cristina actúa con la
determinación de quien cree que no tiene alternativa.
Está, después de todo, condicionada por su propio discurso a la militancia
kirchnerista, a quien prometió alejarse de cualquier
intento conciliador con el macrismo.
Todos en el peronismo recuerdan cuál fue el eje de su campaña electoral entre las PASO de agosto y las legislativas de octubre: que la gente había elegido un "modelo de oposición firme" y que había castigado al resto del peronismo por haber intentado un tipo de "oposición light" y colaboracionista con el programa económico de Macri.
En un reciente encuentro de mujeres peronistas en Tucumán, ironizó al respecto del "apuro repentino" del Gobierno por aprobar sus leyes de reforma económica antes de que terminara el año legislativo.
Todos en el peronismo recuerdan cuál fue el eje de su campaña electoral entre las PASO de agosto y las legislativas de octubre: que la gente había elegido un "modelo de oposición firme" y que había castigado al resto del peronismo por haber intentado un tipo de "oposición light" y colaboracionista con el programa económico de Macri.
En un reciente encuentro de mujeres peronistas en Tucumán, ironizó al respecto del "apuro repentino" del Gobierno por aprobar sus leyes de reforma económica antes de que terminara el año legislativo.
E insinuó que el macrismo trataba de que esos
proyectos pasaran por el Senado antes de que ella asumiera su banca, para no
darle la oportunidad de argumentar.
"El pueblo quiere saber de qué se trata la reforma previsional, la laboral y la reforma tributaria. Son tres patas del mismo proyecto que apunta a destruir derechos, a quitar derechos y garantías de nuestros trabajadoras y van a afectar la vida de todos ustedes", dijo ante la militancia.
Luego, mientras los proyectos de reforma previsional y el pacto fiscal ya formaban parte de la negociación en el Congreso, publicó en las redes sociales su crudo diagnóstico sobre la "pérdida de derechos"que sobrevendrían con la agenda de reformas.
"El pueblo quiere saber de qué se trata la reforma previsional, la laboral y la reforma tributaria. Son tres patas del mismo proyecto que apunta a destruir derechos, a quitar derechos y garantías de nuestros trabajadoras y van a afectar la vida de todos ustedes", dijo ante la militancia.
Luego, mientras los proyectos de reforma previsional y el pacto fiscal ya formaban parte de la negociación en el Congreso, publicó en las redes sociales su crudo diagnóstico sobre la "pérdida de derechos"que sobrevendrían con la agenda de reformas.
La ex mandataria
recordó las reformas laborales de 1991 y 1998 durante
el menemismo, así como la reforma conocida como "Ley Banelco" del
2000 ya en la gestión De la Rúa.
Les atribuyó la
responsabilidad por el aumento del desempleo y por la precarización
laboral, y comparó esas leyes con las 48 "para ampliar
derechos" aprobados durante el kirchnerismo.
"La Argentina circular. Hoy estamos volviendo al pasado, con debates que atrasan e ideas que fracasaron acá y en el mundo. Este debate debería estar saldado para los argentinos, que nos merecemos seguir caminando hacia adelante", escribió en su artículo.
Por lo pronto, lo otro que parece claro por su actitud de estos días es que está dispuesta a asumir un rol de senadora "full time".
"La Argentina circular. Hoy estamos volviendo al pasado, con debates que atrasan e ideas que fracasaron acá y en el mundo. Este debate debería estar saldado para los argentinos, que nos merecemos seguir caminando hacia adelante", escribió en su artículo.
Por lo pronto, lo otro que parece claro por su actitud de estos días es que está dispuesta a asumir un rol de senadora "full time".
Con
una amplia experiencia legislativa -desde su ingreso al Congreso en 1997-,
Cristina siempre demostró vocación por el debate parlamentario, en contraste
con su fallecido esposo, Néstor Kirchner, que sólo pisó el Congreso dos veces: el
día que juró como diputado y la sesión en la que se aprobó
el matrimonio igualitario.
La necesidad de radicalizar el discurso
La necesidad de radicalizar el discurso
Todavía no está claro si tiene voluntad de postularse para las legislativas de 2019, pero sí quedó en evidencia que Cristina valora la conservación de su capital político.
El contundente 36,25% en
la provincia de Buenos Aires y la porción nacional superior al 20% que
el kirchnerismo mantiene a nivel nacional es
un activo lo suficientemente grande como para dejarlo diluir.
Los incentivos parecen claros.
Los incentivos parecen claros.
El Senado será
ahora una vidriera política que le garantiza un mayor grado de exposición
mediática y, según sus planes, una extensión de su influencia hacia
parte del peronismo disconforme y
también hacia el ala izquierda de la opinión pública.
Mientras que, por el
contrario, un eventual "ablande" en su postura
implicaría el riesgo de que otro dirigente ocupe el liderazgo ante quienes
ansían ver una oposición dura.
Pero, además, hay motivos de índole más personal que motivan a la ex presidenta.
Pero, además, hay motivos de índole más personal que motivan a la ex presidenta.
Con tres procesamientos y
otras tres causas en las que aparece imputada, y ahora con la
prisión de figuras de alto perfil de su gobierno, como Julio de
Vido y Amado Boudou, para Cristina el Senado es
una trinchera.
Primero, naturalmente, por los fueros que le otorgan su condición de legisladora.
Primero, naturalmente, por los fueros que le otorgan su condición de legisladora.
Pero sobre todo, porque el
Senado le dará el marco perfecto para profundizar su estrategia defensiva.
Desde el primer día
en que, acompañada por su militancia, debió concurrir a los tribunales de Comodoro
Py para declarar ante el juez Claudio Bonadio, el discurso
de Cristina ha machacado en el mismo punto: que no puede entenderse el "hostigamiento"
judicial sin considerar, al mismo tiempo, el objetivo del macrismo por
llevar adelante un programa económico y social "antipopular".
En consecuencia, ya sea por convicción ideológica o por táctica política y judicial, todo lleva a Cristina a endurecer su postura y diferenciarse del resto de la oposición.
Pero lo que todavía está por verse es cuál será el costo político que deba pagar por asumir esa radicalización.
En consecuencia, ya sea por convicción ideológica o por táctica política y judicial, todo lleva a Cristina a endurecer su postura y diferenciarse del resto de la oposición.
Pero lo que todavía está por verse es cuál será el costo político que deba pagar por asumir esa radicalización.
Porque es cada vez más notorio que los intereses de
Cristina chocan con las necesidades urgentes
del otro peronismo, el que
tiene responsabilidades de gobierno en las provincias y municipios.
Quien marcó esa contradicción de intereses desde el inicio fue Miguel Angel Pichetto, líder del bloque peronista en el Senado, que explícitamente la mandó a formar un bloque legislativo por su cuenta.
El senador por Rio Negro no sólo negoció con el macrismo sino que hasta proveyó la nueva fórmula de cálculo jubilatorio que permitió destrabar la discusión para avanzar en el pacto fiscal con los gobernadores.
Pichetto se encargó de marcar una frontera entre quienes ejercen una oposición "responsable" de ánimo negociador y los que no se atienen a las consecuencias de un boicot a todas las iniciativas oficialistas.
"Estas tres leyes formaron parte del acuerdo, que nadie se haga el distraído porque dentro estaba la cláusula previsional. Nos toca la ingrata tarea de votar esta ley porque acompañamos a los gobernadores", aseguró el senador, y su expresiva frase hacía alusión al pacto firmado entre el Gobierno y 23 provincias.
El debate intraperonista que Cristina deberá dar es si el Senado abandonará su rol de "garante de la gobernabilidad" para un macrismo que no tiene mayoría propia.
Fue así que el oficialismo logró aprobar por ley el acuerdo con los "fondos buitres", fue así que obtuvo apoyo para las leyes de presupuesto y también gracias a los senadores peronistas se frenóun intento kirchnerista de reducir el impuesto a las Ganancias.
Y Cristina, lejos de justificar ese voto por las necesidades de las provincias, calificó en duros términos a los legisladores peronistas que se mostraron colaboracionistas.
Quien marcó esa contradicción de intereses desde el inicio fue Miguel Angel Pichetto, líder del bloque peronista en el Senado, que explícitamente la mandó a formar un bloque legislativo por su cuenta.
El senador por Rio Negro no sólo negoció con el macrismo sino que hasta proveyó la nueva fórmula de cálculo jubilatorio que permitió destrabar la discusión para avanzar en el pacto fiscal con los gobernadores.
Pichetto se encargó de marcar una frontera entre quienes ejercen una oposición "responsable" de ánimo negociador y los que no se atienen a las consecuencias de un boicot a todas las iniciativas oficialistas.
"Estas tres leyes formaron parte del acuerdo, que nadie se haga el distraído porque dentro estaba la cláusula previsional. Nos toca la ingrata tarea de votar esta ley porque acompañamos a los gobernadores", aseguró el senador, y su expresiva frase hacía alusión al pacto firmado entre el Gobierno y 23 provincias.
El debate intraperonista que Cristina deberá dar es si el Senado abandonará su rol de "garante de la gobernabilidad" para un macrismo que no tiene mayoría propia.
Fue así que el oficialismo logró aprobar por ley el acuerdo con los "fondos buitres", fue así que obtuvo apoyo para las leyes de presupuesto y también gracias a los senadores peronistas se frenóun intento kirchnerista de reducir el impuesto a las Ganancias.
Y Cristina, lejos de justificar ese voto por las necesidades de las provincias, calificó en duros términos a los legisladores peronistas que se mostraron colaboracionistas.
Fue,
por caso, la alusión explícita a su ex jefe de gabinete, Juan
Manuel Abal Medina, a quien le aclaró que su arrepentimiento por
haber votado iniciativas macristas era tardío e inútil.
La difícil unidad
La difícil unidad
Esa postura extrema parece desconocer una de las máximas históricas del peronismo: la única lealtad inquebrantable dentro del partido es con la propia supervivencia.
De manera que, a priori, parece poco probable que
la ex presidenta pueda tener prédica entre sus compañeros de
bancada.
Será uno de los temas más interesantes de los próximos dos años.
Será uno de los temas más interesantes de los próximos dos años.
Porque en su discurso ella alude continuamente a la unidad,
pero el mensaje entrelíneas es que sólo puede ser una unidad
bajo sus propios términos.
"No es hora de enfrentamientos o discusiones inútiles, nos quieren envolver en peleas entre nosotros, no le voy a dar el gusto a nadie. Que no me vengan con Cristina sí o Cristina no. Venime con trabajadores sí o trabajadores no. No me jodan más", dijo Cristina en el acto de Tucumán.
Y agregó: "Ellos nos quieren discutiendo entre nosotros, nos quieren peleándonos entre nosotros; conmigo no cuenten para eso".
Pero la realidad parece desmentir su discurso de unidad.
"No es hora de enfrentamientos o discusiones inútiles, nos quieren envolver en peleas entre nosotros, no le voy a dar el gusto a nadie. Que no me vengan con Cristina sí o Cristina no. Venime con trabajadores sí o trabajadores no. No me jodan más", dijo Cristina en el acto de Tucumán.
Y agregó: "Ellos nos quieren discutiendo entre nosotros, nos quieren peleándonos entre nosotros; conmigo no cuenten para eso".
Pero la realidad parece desmentir su discurso de unidad.
Por lo pronto,parece irreconciliable la pelea con Pichetto.
Cristina publicó en su cuenta de Twitter una nota del diario Página 12 titulada "Gracias, Pichetto, no te hubieras molestado", en la cual se plantea que la nueva fórmula podría llegar a empeorar la situación de los jubilados en comparación con la planteada por el propio gobierno.
De hecho, Pichetto representa todo lo opuesto a lo que Cristina viene predicando.
Cristina publicó en su cuenta de Twitter una nota del diario Página 12 titulada "Gracias, Pichetto, no te hubieras molestado", en la cual se plantea que la nueva fórmula podría llegar a empeorar la situación de los jubilados en comparación con la planteada por el propio gobierno.
De hecho, Pichetto representa todo lo opuesto a lo que Cristina viene predicando.
Es decir, un tipo de oposición que si no co-gobierna, al menos acompañe sin
poner trabas y que tenga como una de sus prioridades atender las necesidades de
los gobernadores provinciales.
Y que, en el plano partidario,
proponga una renovación drástica -es decir, tratar
al kirchnerismo como una etapa superada-.
Hay, claro, quienes defienden la postura de la ex presidenta.
Hay, claro, quienes defienden la postura de la ex presidenta.
Como el ex gobernador sanjuanino José Luis Gioja,
actualmente diputado, quien en una entrevista -que también fue publicada en la
cuenta de Cristina- sostuvo: "No hay duda que en la unidad tiene
que estar, el que diga que Cristina no es peronista le funciona mal el 'peronómetro'".
La situación, hoy por hoy, es que Cristina aparecerá como líder de una bancada minoritaria.
La situación, hoy por hoy, es que Cristina aparecerá como líder de una bancada minoritaria.
Conformará una pequeña fuerza que no puede ejercer una presión
real para frenar propuestas del macrismo, aunque sí lo suficientemente
grande como para marcar una oposición testimonial fuerte.
Las últimas horas dieron pistas respecto de cómo Cristina, a falta de una mayor fuerza parlamentaria, prevé ampliar su influencia fuera del Congreso.
Las últimas horas dieron pistas respecto de cómo Cristina, a falta de una mayor fuerza parlamentaria, prevé ampliar su influencia fuera del Congreso.
El día que
asumió, le pidió a sus militantes que, en vez de acompañarla a
ella en el momento de la jura, se plegaran al acto sindical que
se realizaría para protestar contra la reforma laboral.
Sí, estaba pidiendo que se plegaran a un acto organizado por los Moyano.
Sí, estaba pidiendo que se plegaran a un acto organizado por los Moyano.
En una nueva
muestra de vigencia de la eterna frase de Borges: en la política argentina,
"no los une el amor sino el espanto".
Fuente
“iProfesional”,
04.12.2017
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