SANTA CRUZ: PETROLEROS
¡HÁGANSE
CARGO!
{Ver las entradas: "Santa Cruz: Combatiendo el capital", 21.07.2017; "Santa Cruz después de Sinopec", 28.07.2017; "Santa Cruz: Petroleros y Sinopec", 08.08.2017}
Nov 17, 2017

17:30 (Por Rubén Lasagno) – El
sector petrolero de la provincia, incentivado por el gobierno provincial, debe
hacerse cargo de sus propias decisiones.
Esto lo planteamos hace mucho tiempo,
pero indudablemente tanto el sindicato como parte de sus afiliados, creyeron
que se trataba de una amenaza en vano.
El absurdo concepto que se plantean los
dirigentes con anteojeras, que solo ven con vista de túnel lo que ellos quieren
y no lo que el universo del sector petrolero necesita, pretendiendo que “acá se
hace lo que ellos dicen” y las empresas son solo eslabones que dependen de sus
caprichos, sus exigencias son sellos de conformidad y que “la riqueza” del
suelo les pertenece, es un rebusque ideológico que
implementó el kirchnerismo, el cual los ha hecho vivir en una burbuja,
rota hoy ante la pérdida de poder.
Las empresas petroleras no están conformadas por filántropos
dedicados a hacer el bien, son organizaciones conformadas para
ganar dinero y podemos discutir la forma en que acuerdan
con el Estado, con más o menos ventajas, eso es harina de otro costal; lo
cierto es que en los yacimientos el obrero petrolero debe cumplir sus
tareas y hacerlas bien, para que la producción justifique las inversiones.
Si esto no ocurre, éstas empresas o cualquier otra en el mundo, levantan
todo y se van a otro lado donde les sea rentable.
El Sindicato de Petroleros Privados de Santa Cruz y por ende el
sector político que los apoya, sostienen una posición sesgada que los hace
cometer el pecado de creerse imprescindibles y
es más, pensar que en Santa Cruz son tan necesarios para las empresas
transnacionales que finalmente, a pesar de alguna tímida oposición, todas
terminarán “aflojando” y colorín colorado, el sindicato, una nueva conquista se
habrá adjudicado.
Nada más lejos de la verdad y de la realidad actual.
Cuando en julio de este año
los petroleros mantuvieron a Chengyu Fu, presidente
de Sinopec, secuestrado prácticamente tras el bloqueo del yacimiento Huemul con
un piquete, dijimos en ese momento: “el chino decidió retirarse de las
inversiones en Santa Cruz”.
Parecía un chiste, una amenaza; no
pocos dijeron que era una operación de prensa de la multinacional para asustar
a los trabajadores.
Nosotros insistimos que era información.
Desesperación e impotencia
Y no fue chiste.
Sinopec se va, se retira de Santa
Cruz; C´est fini.
¿Ahora lo creerán?.
Lamentablemente, ya es
tarde.
Esto no es producto de una lucha perdida, es producto de
la ignorancia, la falta de análisis, la ausencia de cintura política, la
prepotencia de creerse asegurado por un poder político que
no tienen los representantes del sindicato y básicamente porque hoy en día,
tanto en las empresas como en los gremios, deben existir personas que piensen,
analicen, proyecten y ayuden a buscar caminos, hacer prognosis.
El nardenthalismo sindical es
cada vez menos aceptado en el campo de la actividad privada.
¿Se habrán enterado los dirigentes que el mundo ha cambiado?.
¿Cómo puede ser que cualquiera de nosotros como observador
externo nos demos cuenta lo que se viene y quienes son los interesados por sobrevivir
dentro del sector petrolero no lo detecten?.
En el campo empresario y político
actual, la prepotencia, el patoterismo y la imposición, pasaron a ser
reliquias; más aún cuando se habla de multinacionales; más aún cuando es una
empresa china que sostiene más de un millón y medio de
trabajadores en el mundo, con negocios en todo el sudeste
asiático, con una cultura del trabajo diferente y llegó a esta provincia de
confín de la mano de las acciones de Occidental Petroleum Corp,
no porque le importara la magnitud del negocio,
sino porque a los chinos les conviene competir en este rincón del mundo donde
no hay presencia de ellos y si de británicos, canadienses y capitales
estadounidenses.
Los chinos no perdieron tiempo. Sinopec evaluó la ecuación costo-beneficio,
puso en análisis la coyuntura, hizo una evaluación política de la provincia y
convino que en estas circunstancias no le es rentable la producción
local para sus planes.
Y mientras la dirigencia del sindicato
sacaba pecho gritando en los piquetes que no se iba a dejar amedrentar por
los asiáticos y con el discurso de defender el derecho de
los trabajadores hacían campaña electoral, los chinos cumplieron su promesa y
comenzó el procedimiento de desinversión.
Ahora el propio Vidal salió a decir que Sinopec se va para
explotar Vaca Muerta, el Presidente de la Comisión de Fomento
de Cañadón Seco (Caleta Olivia) Jorge M. Soloagase
mostró “muy
preocupado” y le pidió al Gobierno Provincial la revocatoria de la
Concesión de las Áreas de la operadora sustentándose en la Ley N° 3535 de “Emergencia
Pública Hidrocarburífera” en vigencia por incumplimiento y
desinversión; el Sindicato inició una huelga general en toda la provincia en
contra de la operadora china y el sindicato de camioneros amenaza con
profundizar el conflicto, pidiendo que si se va Sinopec, la provincia deje
concesionada las áreas a otras empresas que prosigan con la actividad que
impida los despidos.
Ya es tarde.
Lamentablemente, informaron las fuentes dentro del espectro empresario
petrolero, al directorio de Sinopec no le importa nada de esto “ellos
ya están afuera; tuvieron su oportunidad y la desperdiciaron. La operadora se
va”, fue la lacónica respuesta que oímos de un ex Ceo del área
petrolera que se encuentra en este momento en Neuquén.
Los chinos tenían previsto una inversión de 300 millones de
dólares para el segundo semestre de 2017 y 700 millones de dólares para el
2018.
El presidente chino había mandado a construir un hotel en zona norte para
el personal jerárquico de la empresa a un costo de 10 millones de pesos.
Es
decir, la decisión de abandonar Santa cruz no fue premeditada, fue intempestiva
ante los grupos reaccionarios que mataron la vaca antes de criarla.
El sindicalismo del sector privado pretende actuar como el
estatal y no son lo mismo.
Mientras en el
segundo caso el Estado está obligado a pactar con
sus empleados, el capital privado extiende sus obligaciones
hasta el punto en que sus balances dejan de producir la
renta calculada.
En ese momento, se retiran y cuando se van
dejan el tendal.
Por eso, especialmente, hay que saber e interiorizarse de cuál
es la mecánica de estas empresas en el mundo, antes de forzar decisiones que van a
terminar perjudicando a todo el colectivo de trabajadores.
Ahora solo resta decirles a los responsables de esta fuga de
capitales de la provincia: ¡Háganse cargo!.
Las
excusas están de más, las consecuencias a la vista; solo resta desear que
muchos hayan aprendido de esta lección y en el futuro la pongan en práctica.
(Agencia OPI Santa Cruz)
Fuente
“OPI Santa Cruz”,
17.11.2017
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