ARA SAN JUAN:
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24/11/2017
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Economía
La historia detrás del submarino
ARA San Juan: el default con el Club de París
impidió reparar el submarino en Alemania
La empresa Thyssen-Krupp fue una de las que tenía una acreencia con
el estado argentino a raíz de la crisis de 2001.

Axel Kicillof, cuando era ministro de Economía, en los días previos a cerrar el acuerdo con el Club de París. El ARA San Juan por entonces era reparado en el país porque el tesoro alemán no daba garantías a la Argentina.
Ezequiel Burgo
Argentina
defaulteó en 2001 no sólo a tenedores de bonos (mercado) sino también a los tesoros de los países desarrollados (Club de París).
En el caso de
estos últimos, sus ministerios de Economía -vía agencias estatales de
exportación- brindan avales y pólizas de seguro que destraban créditos a países
como la Argentina.
¿El motivo? Que economías menos desarrolladas accedan a
financiamiento para comprar materiales rodantes como trenes, subtes o hasta un
submarino y que necesitan garantías de más envergadura dados los montos y
plazos de inversión.
Thyssen-Krupp vendió a Argentina un submarino del tipo TR 1700, construido en la
antigua planta Nordseewerken de Emden y entregado en 1985, tal cual contó la
firma hace dos días en un comunicado.
Hermes, la agencia alemana de
seguro de crédito a la exportación/inversión, salió de garante a favor de
Argentina para el financiamiento que le permitió cerrar la operación con
Thyssen-Krupp y así hacerse de los submarinos.
Pero en 2002 sobrevino el default y la Argentina dejó de honrar sus
deudas no sólo con el mercado.
También con los países, lo cual mereció la
crítica de un grupo de economistas que señaló era un error dejar de pagarle a
los gobiernos, entre otros motivos, porque el monto no era significativo en
relación al default total.
Thyssen-Krupp acusó el impacto entonces.
¿Qué siguió? Alemania puso restricciones a la concesión de garantías de
crédito a la exportación para proyectos en Argentina ese mismo año, 2002.
Concretamente, el Comité Interministerial alemán decidió excluir de su
paraguas de protección proyectos en los que firmas alemanas se
involucraran en contrataciones con el sector público argentino.
Así, mientras
Argentina estuviera en default, el tesoro alemán no daría garantías a ningún
banco de su país para financiar una obra contratada por el estado argentino ya
que la nota de default impedía a la Argentina ser sujeta de crédito.
Y esto
valía también para la reparación en Alemania de media vida del navío, una de
las obras más difíciles y complejas en la industria naval.
Sin un sello de
calidad de Hermes, el trabajo en Alemania saldría más caro que teniendo ese
sello.
Era la Argentina del default.
Los trabajos sobre el ARA San Juan arrancaron en diciembre de 2008 y
finalizaron en junio de 2014. Se llevaron a cabo en el Complejo Industrial y
Naval Argentino (Cinar).
Argentina acordó con el Club de París en abril de
2014, unos meses antes de finalizar la obra en el submarino.
Al 30 de abril de 2014 la deuda vencida impaga con el Club de París
ascendía a U$S 4.955 millones. Pero el acuerdo fue por U$S 9.690 millones: la
diferencia fueron intereses vencidos por U$S 1.102 millones y punitorios por
U$S 3.633 millones. Al día de hoy los detalles de ese acuerdo siguen sin
hacerse público.
Actualmente los países eliminaron las restricciones para que sus
empresas públicas o privadas se involucren en operaciones con el Estado
argentino.
Sin embargo, en el caso alemán, la concesión de garantía tiene como
requisito que el Banco Central o el Ministerio de Hacienda brinde garantías.
Esto último así fue establecido justo hace un año por el Comité
Interministerial alemán cuando derogó la exclusión de cobertura para proyectos
que involucren posibles contrataciones del estado argentino.
Asimismo, suprimió
el anterior límite de 100 millones de euros de cobertura para proyectos del
sector privado en Argentina.
Fuente
“Clarin.com”, 24.11.2017
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