NISMAN Y LOS PERITOS
La pericia de la
Gendarmería determinó que Alberto Nisman fue asesinado a sangre fría
Veintiocho especialistas de la
fuerza llegaron a una conclusión terminante: el fiscal fue asesinado de un tiro
en la cabeza por profesionales que "limpiaron" el escenario para
simular un suicidio
Alberto Nisman
Hace pocas horas, en el
Edificio Centinela de la Gendarmería Nacional, se debatió un interrogante que
cruza a la sociedad argentina y tiene repercusión internacional: ¿Alberto
Nisman fue asesinado por denunciar un pacto para encubrir el atentado de
la AMIA?
El debate
técnico se hizo frente a una réplica exacta del baño donde apareció
muerto el fiscal federal, y tuvo como protagonistas a 34 peritos que
representaban a las partes en conflicto y a la Gendarmería, designada por la
justicia para determinar si a Nisman lo mataron o se suicidó.
La
Gendarmería tiene una conclusión terminante: el fiscal fue asesinado de un tiro en
la cabeza, que se intentó ocultar modificando el escenario del crimen, para
simular un presunto suicidio gatillado por una eventual crisis anímica.
La Gendarmería desplegó
veintiocho peritos que exhiben distintas especialidades, desde expertos en
balística a psicólogos.
Mientras que los estudios Lanusse y Romero Victorica
–querellantes-, y Rusconi –defensor de Diego Lagomarsino-, se presentaron con
seis peritos en el Edificio Centinela, escenario clave de la pericia que
terminó con la principal incertidumbre del caso Nisman.
Para los peritos de la
Gendarmería y de los estudios Lanusse y Romero Victorica ya no hay dudas
respecto a lo que sucedió con Nisman. Fue asesinado.
Y
las evidencias son las siguientes:
1. Se hicieron tres pericias (en La Plata y Salta) que
comprobaron que el arma usada para matarlo deja
residuos de disparo, mientras que no encontraron ningún resto
de pólvora en Nisman cuando revisaron su cadáver.
2. El arma fue encontrada en la puerta del baño al lado del
cuerpo, lo que demuestra que le dispararon y tiraron la pistola junto al cadáver.
3. El disparo fue hecho detrás de la oreja y en forma
perpendicular, y no se apoyó el caño. Ese no es un procedimiento habitual en un
suicida. No hay forma física de hacerlo.
4. Nisman tenía un golpe en la pierna izquierda y otro en la
cabeza. Son golpes profesionales para reducir a una víctima,
que no encuadran en una hipótesis de suicidio.
5. Se encontraron restos de Ketamina,
una sustancia usada para apaciguar a una probable víctima. No se hallaron
rastros de esta sustancia en la vivienda que utilizaba el fiscal federal.
6. Nisman recibía en su departamento a la madre, a las dos
hijas, a sus dos secretarios, a la señora del personal doméstico, a sus
custodios, a sus amigos y a Lagomarsino. Tras conocerse su muerte, se hizo una
pericia para recoger huellas, y solo se encontraron dos muestras que
pertenecían al fiscal asesinado. Y nada más. Es decir: los
asesinos de Nisman limpiaron todas las huellas.
La semana
próxima, todos los peritos volverán a encontrarse en el Edificio Centinela.
Cumplirán con el rito del artículo 252 del Código de Procedimiento Penal que
ordena la elaboración de las conclusiones, para luego elevarlas a la justicia
federal.
Esta
instancia procesal no tiene misterios.
La defensa de Lagomarsino asegurará que
fue suicidio, mientras que la Gendarmería y los peritos de la querella
sostendrán lo contrario.
Es decir: a Nisman lo mataron a sangre
fría.
Una faena política ejecutada por profesionales.
Con esas
conclusiones, el fiscal federal Eduardo Taiano deberá
decidir si avala la pericia de la Gendarmería o sostiene la hipótesis del
suicidio.
Taiano ya prepara una serie de medidas que causarán conmoción en la
sociedad argentina.
Esto ocurrirá unos días antes de los comicios del 22 de
octubre.
Fuente
“infobae”, 14.09.2017
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