SANTA CRUZ:
TRISTE RÉQUIEM PARA UN DIARIO
Publicado el: 17, Abr, 2017
Venden el diario La Opinión Austral.
Se cumple inexorable el destino de los medios del poder
17/04 – 13.30 – No hay un solo medio provincial y nacional que haya sobrevivido a la debacle kirchnerista.
Aquellos diarios, radios y canales, que apostaron a la pauta oficial, que hicieron del mensaje recortado, obviado o directamente ocultaron la realidad, cuando no difundieron mentiras oficiales, un medio para vivir del Estado, tienen inexorablemente el mismo destino: terminar sus días sin dignidad y destruir su historia.
Ahora viene la desesperación, la desesperanza, los lamentos y la preocupación.
La vaca no da más leche. Nadie se preocupó en preverlo.
A pocos les importó el futuro, cuando la plata era fácil de recaudar.
Más allá o más acá, el destino de los medios para-estatales es el mismo: inexorable y previsible. (Por Rubén Lasagno)
La noticia es resumida y clara: Mabel y Norma Segovia, propietarias del diario la Opinión Austral, fundado en 1959 en Río Gallegos, les anunciaron días atrás al personal del periódico y las emisoras Am y FM del grupo, que debido a una situación económicamente difícil por la que atraviesa la empresa hace mucho tiempo, han decidido vender los medios.
Esto cayó como una bomba neutrónica entre los empleados, pero no sorprendió a nadie.
El diario viene arrastrando viejas deudas como producto del cambio de paradigma que sufrió, luego que su fundador falleciera y su familia se hiciera cargo de la línea Editorial, que viró hacia lo más fácil y lucrativo: perder el espíritu periodístico para transformarse en voz del kirchnerismo y hacia eso apostó durante dos décadas.
El kirchnerismo salió del poder central y su influencia económica colapsó como el poder político de sus gestores.
Con él, se comenzaron a ir todos aquellos medios abonados a sus discursos.
El Periódico Austral, Prensa Libre, Fm Magna, Canal 2, Fm El Carmen (por nombrar algunos) y ahora el “gigante” de la prensa provincial, pero en este caso con 50 años de historia (no como los otros fabricados para la circunstancia), un pasado con peso específico propio, cuando su primer dueño se resistía a entregarle su creación a los Kirchner y un final decadente y con muy poco honor, que muestra una empresa diluyéndose al compás de un gobierno procaz y destartalado, que pintaba para darle continuismo local a los planes que tenía la jefa de la banda para Santa Cruz en los próximos 4 años, si el ex gobernador alfombra y el inefable “Ñoño” ganaban la presidencia y la fiesta continuaba.
Esto no pudo ser y las consecuencias están a la vista.
Lejos quedaron las épocas donde nuestro colega Héctor Barabino fue sacado del aire en Lu12, porque su programa “El 7mo Día” no era conveniente para los intereses de las hermanas Segovia y el Ingeniero Perinciolli o cuando desde la misma emisora dejaron sin aire a Mirtha Espina por orden del entonces gobernador, a los cuatro conductores del ciclo hipercrítico-humorístico “Acoso Radial”, porque Néstor Kirchner ya no se bancaba las cargadas que le hacían “al modelo” y las hermanas Segovia comunicaron lo irremediable: era la pauta o el programa. No había duda cuál elegirían.
Mucho más lejos aún quedaron los tiempos cuando Raúl Segovia, creador de La Opinión Austral, echó de sus oficinas en el primer piso de calle Zapiola a dos jóvenes políticos ambiciosos locales que pretendieron cooptar el medio en su ausencia: Néstor Kirchner y Cristina Fernández, bajaron presurosos las escaleras rumbo a la calle, cuando el padre de las hermanas que hoy quieren deshacerse del diario, los echó con insultos del medio que tiempo después y tras la muerte de su mentor, fue entregado a la política K a cambio de beneficios económicos.
La realidad de La Opinión Austral no es distinta a la de otros medio K en la provincia y en la nación.
Solo se diferencia porque mientras el pool de medios creados por el kirchnerismo a partir del 2003, desapareció al ritmo de la política, la prebenda y la caída de los fondos públicos que coparticipaban estas usinas de propaganda política, el diario de Segovia tuvo un tiempo en el que hizo periodismo.
Sin embargo, no hubo visión de futuro ni interesó hacer periodismo de verdad.
Sus dueños se dedicaron a sostener sus cuentas bancarias y el fin estaba muy cerca.
Finalmente hace unos días lo comunicaron al personal.
Lamentablemente La Opinión Austral solo tiene historia, la cual la divide en dos partes: antes y después del kirchnerismo.
Sus propietarios nunca apostaron al crecimiento, al desarrollo y a la independencia.
Fue un medio donde el periodismo ha sido el gran ausente.
La investigación, la crítica y el análisis objetivo, jamás fueron parte de su ADN.
Solo la facturación oficial y un poco la privada, le dio vida estos años.
El colapso político y financiero K, lo arrastró.
La falta de previsibilidad e independencia no le permite sobrevivir en un mundo de ideas libres y después de haber resignado el único capital de un periodista y/o una empresa periodística: la credibilidad, la independencia política y la autonomía financiera.
El problema, para LOA y para quien pretenda comprar “el paquete” de medios de la familia Segovia, es qué compra, realmente.
La falta de inversión y actualización tecnológica (por que no era necesario, total la plata fluía igual) dejó al sistema de impresión del diario relegado en el tiempo, las radios con equipos obsoletos, no tiene “valor llave” y en cuanto a producción es muy poco atractivo sus escasos 1.000 diarios que saca a la calle; una AM desaprovechada que nadie escucha y una emisora FM sin alcance ni programación destacada.
Más allá de las licencias y los edificios, La Opinión Austral no tiene un valor intrínseco atractivo para un inversionista en medios.
Se cayeron las pautas de los municipios que están quebrados, del gobierno provincial que no paga y del kirchnerismo en retirada y el diario no puede sobrevivir.
Los trabajadores, ahora, deambulan preguntando quién los puede salvar. No hay eco.
El sindicato de prensa es solo un sello de goma incapaz de tocar los intereses del poder y mucho menos de ofender a medios que a muchos de ellos los tienen empleados, como el gobierno.
Todo tiene que ver con todo. Uno de los propietarios de La Opinión Austral es funcionario del gobierno de Alicia, desempeñándose en el Directorio de YPF con un sueldo mensual de más de 250 mil pesos y con la salida del gobierno recaló en Fomicruz para no perder la prebenda K.
Está claro que los dueños del multimedio, no tendrán más emergencia cuando se deshagan de la empresa.
Los que queden deberán ver dónde y cómo se reacomodan.
Nadie los defenderá, excepto con alguna cartilla de prensa, una adhesión solidaria de oportunidad y después, el silencio.
Ya a nadie le va a importar si la Opinión Austral es el diario más antiguo de la Patagonia, porque en los últimos 20 años se encargaron de destruir no solo su historia, sino su existencia como el medio pionero de la prensa escrita en Santa Cruz. (Agencia OPI Santa Cruz)
fuente
"OPI Santa Cruz", 17.04.2017
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