ES DE
OTARIO… CARGAR LA ESCOPETA DE QUIEN TE DESEA EL MAL...
ES IGUAL A:
La tilinguería argentina
debe advertir que juega con fuego
La maquinaria golpista del
cristinismo y del peronismo sin poder se puso en movimiento el mismísimo día en
que Macri ganó las elecciones de noviembre de 2015
La inefable tilinguería argentina ha
comenzado su etapa superior de
idiotez. Graciosamente, jugando con las palabras y, en muchos casos, apelando a
una pose "cool" irónica y "superada", juega con fuego todos
los días sin darse cuenta, aparentemente, que su
estupidez pone en peligro el futuro mismo de la Argentina.
La
maquinaria golpista del cristinismo y del peronismo sin poder, como de
costumbre, se puso en movimiento el mismísimo día en que Mauricio Macri
ganó las elecciones de noviembre de 2015.
A partir de allí, cuando se
comenzaron a ventilar en la Justicia los estropicios múltiples de lo que fue la
catástrofe kirchnerista, esos ejércitos desocupados diseñaron la ejecución de
un plan consistente básicamente en dos estrategias principales:
1.- trasmitir
la idea de que Cristina Fernández y todos sus secuaces son víctimas de una
persecución política; y
2.- que el gobierno de Macri es tan corrupto como el de ellos, en una suerte de igualación de los tantos
para que, a los ojos de la sociedad, todos terminen manchados por el mismo
barro.
Esta estrategia -como ha ocurrido muchas
veces ya en la Argentina- debe contar en algún momento con la inefable y gratuita
cooperación de la tilinguería argentina para propagarse porque de
lo contrario corre el riesgo de quedar limitada a un circo partidario
fácilmente identificable y por lo tanto parcial y desacreditado.
Solo la
pátina de "imparcialidad" que le da la intervención de los tilingos
convierte lo que sería una obvia iniciativa de los propios delincuentes para
tratar de defenderse en algo que parece contar con un apoyo más amplio que el
de ellos mismos.
Y ese protagonismo de la tilinguería ha
comenzado.
Lamentablemente el gobierno de Cambiemos ha cometido errores
estúpidos, evitables y gratuitos lo que ha permitido que la tilinguería tenga
una base de sustento para comenzar a jugar su papel.
Esa
tilinguería es muy visible en los medios y en algunos periodistas.
Como si no
advirtieran lo que está en juego aquí, como si
tuvieran miedo a que la gente los considere "agentes del gobierno", como si
fueran atraídos por una fuerza demagógica más potente que su propio sentido
común, han comenzado a emitir comentarios completamente funcionales a la
estrategia "2" del kirchnerismo golpista, esto es, a que a cada hecho
corrupto de Fernández y sus cómplices se corresponde otro de igual entidad de
Macri y los suyos.
Así, por
ejemplo, se ha dicho que la escena de Juliana Awada subiendo un bolso al
helicóptero presidencial es igual a los bolsos revoleados por José López en el
convento de General Rodríguez, o que los miles de millones robados al Estado a
través de la ruta del dinero K es igual a los Panamá Papers, o que el caso
del Correo es igual a la operación de Austral Construcciones.
En todos
esos comentarios nunca se explica la diferencia de entidad entre unos casos y
otros ni las diferentes actitudes que frente a ellos han tenido los dos
gobiernos: se establece la igualación y se sigue adelante con otro tema.
Esta
semana en algunos programas de televisión hubo comentarios que fueron desde
insinuar el juicio político del presidente hasta que ahora pasaremos del
"fútbol para todos" al "fútbol para pocos", en una clara
demagogia que ignora que 7 de cada 10 argentinos está de acuerdo con el hecho
de que es un disparate que el Estado ponga dinero para trasmitir el fútbol
gratis.
Otros han
dicho, sin que se les mueva un pelo, que "el tercer gobierno radical"
ha entrado en su "fase terminal", como si gastarse ironías digitales
fuera gratis y la Argentina tuviera margen para coquetear
con la idea de que Mauricio Macri se vaya de la presidencia antes de que
termine su mandato.
No hay dudas de que la sociedad, o, por lo menos,
alguno de sus referentes mediáticos no tienen
una noción cabal de lo que significa el concepto goebbeliano de multiplicar una
mentira para que finalmente quede instalada en el subconsciente
colectivo.
El problema es que si esos referentes de los medios que, en
principio, deberían tener una formación y una responsabilidad mayor que el
promedio de la sociedad, no advierten el peligro y, para satisfacer su
tilinguería, juegan con
fuego y continúan insuflando la mente del argentino (que de por sí tiene una
tendencia a "acalorarse" rápido) con comentarios inflamatorios, es
posible que los delincuentes del pasado regresen, incluso recargados, para iniciar un nuevo
período de saqueo y de extinción de derechos y garantías individuales en la
Argentina con un horizonte parecido al de Venezuela.
No estoy
diciendo que el periodismo y los analistas de la actualidad deban dejar de
hacer su trabajo o no señalar los errores que el gobierno de Mauricio Macri
pueda cometer.
Lo que digo es que esa gente formada y, teóricamente, preparada
debe medir muy bien sus palabras y ser completamente justos en sus comentarios
porque lo que está en juego aquí no es la mera permanencia de un gobierno hasta
que se cumplan sus tiempos constitucionales sino la
existencia misma de la Argentina como país libre y como un estado de derecho
democrático.
Ser
"cool" para no parecer adheridos a Macri no puede hacerse al precio
de ser funcionales a uno de los dos pilares básicos de la estrategia escapista
de los delincuentes.
Digámoslo con todas las letras: Cambiemos
no es igual al kirchnerismo.
Uno puede cometer errores y caer en
equivocaciones hasta estúpidas, pero no es una
banda delictiva constituida al solo fin de saquear el Estado para enriquecerse
personalmente.
Eso le
puede caer bien o mal al típico tilingo argentino, pero es la verdad.
Y la
verdad no debería ocultarse solo para parecer que uno queda bien con Dios y con
el diablo.
Fuente
“infobae”, 24.02.2017
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