LA SEÑORA FERNÁNDEZ... ¿Y SU ERROR?
{Quien duerme con la soberbia, despierta con la humillación}
El gravísimo error de Cristina Kirchner:
seguir subestimando a Mauricio Macri
La ex presidente siempre dio por sentado que la sucedería Daniel Scioli.
Confesión de hace apenas un día de una de las más altas y calificadas
fuentes de la era K:
"La elección la perdimos nosotros, porque Cristina
(Kirchner) la sobró. Su principal preocupación no era ganar, porque
descontaba la victoria, sino hacerle la vida imposible a (Daniel)
Scioli. Le rodeó la manzana con candidaturas piantavotos en todos lados,
lo ninguneó todo el tiempo, no dejó que hubiera campaña electoral, le
escatimó recursos y, cada vez que podía, lo destrataba. ¿Para quién creen que Cristina dejó a punto de estallar las bombas de la economía? Para Scioli. No
para (Mauricio) Macri. Nunca se la pasó por la cabeza la idea de que
Macri pudiera ganar. Lo subestimó y ahora está pagando las
consecuencias".
Es imposible pensar la vida política de Mauricio Macri sin Cristina
Fernández de Kirchner.
Un blanco/negro que nunca entendió o quiso actuar
Sergio Massa.
Desde que asumió como jefe de Gobierno porteño, el mismo
día que ella lo hacía como Presidente, tuvo en claro que su único posicionamiento político debía ser la vereda de enfrente.
Un poco por convicción, otro por diversidad ideológica y otro por estrategia política.
Y ese Yin y Yang sigue vigente como hace nueve años.
El
consultor Jorge Giacobbe dice que no existen argumentos políticos que
justifiquen los altos niveles de aprobación del Presidente a pesar del
pésimo momento de la economía –con números catastróficos en
términos históricos, como inflación anual, nivel de actividad y caída de
las producciones industriales y de la construcción– y los evidentes
errores de gestión.
Descartando la magia y el realismo mágico
latinoamericano, Giacobbe encuentra finalmente la razón: la vigencia mediática de Cristina y de la obscena corrupción K, presente todos los días en los medios de comunicación y en la conversación de los argentinos.
No existen argumentos políticos que justifiquen los altos niveles de aprobación del Presidente
Un alto funcionario del gobierno actual, consultado por el mismo misterio, explicaba a este periodista que "no
tiene sentido analizar a Mauricio".
"Es así. Hace cosas que no se
entienden al principio. Inexplicables para políticos, economistas y
periodistas. El 'círculo rojo', como él mismo dice medio
despectivamente. Pero con el correr de los días y las semanas te vas
dando cuenta de que el error original deriva en un empate y finalmente,
Macri siempre termina ganando. Consigue objetivos imposibles. ¿Quién creía que podía ganar cuando comenzó la campaña electoral en marzo del año pasado?", recuerda.
A la luz de los resultados, la teoría de que Macri ha sido
históricamente subestimado cobra mayor importancia.
Y se convierte en un
capital a su favor.
Veamos esta semana el episodio con Marcelo Tinelli.
El Presidente logró –se dice que presionado por su entorno familiar más
cercano– su objetivo primario, que no era otro que bajarle el tono
satírico a la imitación de ShowMatch, tal como se vio el
jueves.
No que Tinelli fuera o dejara de ser presidente de la AFA, que
Fredy Villareal se quedara sin trabajo o que un allegado a la Casa
Rosada compre Ideas del Sur o al mismísimo conductor.
Simplemente, no ser ridiculizado con los pantalones bajos delante de millones de argentinos.
Es a lo que el hombre cercano al Presidente se refiere cuando hace
mención a los caminos "inexplicables" que decide tomar para resolver una
situación, donde reside otros de los éxitos de su accionar.
"Él no
quería que el Estado siguiera desembolsando una cifra superior a los
2.000 millones de pesos por año en el Fútbol para Todos. Armó una
telaraña que fue llevando a los dirigentes a terminar presentando una
carta a la Casa Rosada rescindiendo la relación. El fútbol puede dejar
de ser abierto y gratuito y la decisión fue de la AFA y no del Gobierno. Si algún político de carrera hubiera logrado eso, dirían que es un genial estratega; pero, como es Macri, no se dice nada", explica.
La teoría de la subestimación -que bien puede haber comenzado con la fatigosa y compleja relación del Presidente con su propio padre- es complementada con la idea de que es un amateur en política.
Nada más alejado de la realidad. De hecho, la columna vertebral de esta
primera etapa de Gobierno es la política. Y la economía, su enemiga.
Todo lo contrario a lo que se pensaba: los pronósticos decían que Macri
sería bueno en economía y torpe en política, desconociendo la historia
reciente.
La economía, hasta ahora el inesperado talón de Aquiles del
Gobierno, sigue sin dar buenas noticias.
Aunque algunos datos permiten
aventurar que puede haber una luz al final del túnel, y no de una
locomotora de frente.
La economía, hasta ahora el inesperado talón de Aquiles del Gobierno, sigue sin dar buenas noticias
Cerca
del todopoderoso Mario Quintana se habla de una inflación para julio de
entre el 2,1 y 2,2%, definitivamente a la baja y con un agregado clave:
en el mismo mes comenzó a mejorar la confianza del consumidor.
O sea que, por primera vez en la era Macri, los salarios –léase las
paritarias– podrían haberle ganado una batalla a la inflación.
Significa
que el macrismo, tirando a la basura buena parte de su propia
biblioteca económica, festeja el mejoramiento del consumo como motor del
nivel de actividad.
A esto debe sumarse el prometido regreso de la obra
pública, salpimentado con la gigantesca reparación histórica para los
jubilados.
A partir de marzo del año que viene, significarán miles de
millones de pesos en la calle, más lo que se logre recaudar con el
promocionado blanqueo y la enorme apuesta de la Casa Rosada por el
campo.
Es el plan "Elecciones 2017".
Salvo por el último punto, el
equipo económico está a punto de colgar cuadros de Lord Keynes
autografiados por Axel Kicillof.
Sin embargo, el gran sostén de estos primeros meses de gestión macrista fue la política.
Con una facilidad increíble, el Gobierno colecciona éxitos y acumula errores.
¿Cómo puede ser posible que los mismos hombres que lograron que el
Congreso aprobara en tramites exprés y con amplia mayoría el final del
conflicto con los holdouts, la ley jubilatoria, la muerte en 24 horas de
la fallida doble indemnización y media docena más de leyes clave,
presenten en sociedad la legalización del uso del banco de datos de la
ANSES mientras se peleaban con Tinelli en medio de una denuncia de acoso
en redes, no lo expliquen a la sociedad como corresponde y se ofendan
por las críticas?
¿Se pudieron haber comunicado peor los aumentos a la
luz, el gas y los transportes públicos?
Y siguen los ejemplos.
Pero Macri se sobrepone a todo y soporta todo.
La historia le juega a favor.
Logró dirigir Boca cuando creía que podía ganar.
Después de perder con
Aníbal Ibarra en una campaña repleta de yerros, cuatro años después se
quedó con la Ciudad y consiguió ser reelecto, ganando en el medio una
elección legislativa local.
Contra todos los pronósticos, supo leer 2011
y 2013 y les dejó a otros el protagonismo opositor.
Primero, para
perder, y, después, para ganar.
Contra todos los pronósticos –inclusive
propios– llegó a la Presidencia, no sin antes rechazar un acuerdo
bonaerense con Sergio Massa, en el medio de acusaciones de que "no
quería ganar la elección" y porque insistía con la para ese entonces
desconocida María Eugenia Vidal (de todos los aciertos de Macri, el de
Vidal es, sin duda, el mayor).
Una vez que ganó, después de un grueso
traspié inicial, impuso a los dos jueces de la Corte que eligió sin
negociar nombres con la oposición y sacó del Congreso las leyes que
necesitaba sin contar con ninguna mayoría parlamentaria.
Tiene a los
gobernadores peronistas y no peronistas buscando un mendrugo de su mano y
hasta se da el lujo de comunicar mal varias acciones de Gobierno.
Hay más: puso en la AFA al presidente que quería (Armando Pérez),
volteó las candidaturas de Tinelli y Hugo Moyano, congeló la Super Liga y
hasta participa de la elección del futuro DT de la Selección, no sin
antes llamar a Leo Messi para que vuelva al equipo.
Más yapas: anunció
el fin de semana –y pasó absolutamente inadvertido– que pretendía
quedarse quizás "ocho años" y, ya que estaba, le asestó un tremendo
mandoble al conductor más importante de la televisión por si a Tinelli
le quedaban dudas de quién era su verdadero enemigo (en los términos del
manejo del poder de Francis Ford Coppola).
Leal como pocos presidentes, lleva sobre sus hombros a un gabinete plagado de internas sin plantear un solo despido.
Aunque bien se podrá decir que estos hombres fueron fruto de su elección y de nadie más.
Leal como pocos presidentes, mantiene un gabinete plagado de internas sin plantear un solo despido
Es también su responsabilidad permitir que el jefe de Gabinete solo
funcione en los hechos como el responsable de la comunicación del
Gobierno –sobre todo, la virtual–, que el ministro de Hacienda solo
concurra a las reuniones de pares en las que está el Presidente y viva
quejándose de su (mala) suerte, que el de Energía comunique mal, que el
de Interior sienta que estaba para Economía o ahora que está para Jefe
de Gabinete, que la vicepresidente le opine de todo en todas las
reuniones, que el equipo económico le haya entregado decenas de
pronósticos errados, que el de Salud se vuelva mudo en medio de cientos
de miles de casos de gripe, y que la Canciller esté más pendiente de
irse a la ONU que de quedarse.
Una
encuesta de Hugo Haime señala que, para el 71% de los consultados,
Cristina Kirchner es culpable de la corrupción de su gobierno.
Confirmando que una imagen vale más que mil palabras, la pésima imagen
de la ex presidente creció: del 59% que la consideraba responsable de
los bolsos del Sr. López, el número subió a un 71%.
En el mismo sondeo, el 85% de los encuestados consideraron excesivo el
aumento del gas, queja ciudadana que por ahora sigue soportando el
Gobierno gracias a la buena imagen del Presidente.
De Ripley: ocho argentinos y medio de cada 10 dicen que fue exorbitante
el tarifazo del gas, pero una amplia mayoría siguen apoyando al
Presidente que los ordenó.
¿Cómo se explica esto?
Como
dice Giacobbe, la explicación a semejante contradicción podría ser el
eterno rencor de la mayor parte de la sociedad contra Cristina y los
hechos de corrupción.
Una comparación que tiene casi 10 años de
antigüedad y que siempre favoreció a Macri.
¿Toda la victoria macrista,
el cambio y su buen momento personal es solo una mezcla de azar y
fortuna, semejante a la del primer Kirchner, que solía ser definido como
"suerte más soja"?
¿Será solo eso?
¿La suerte que siempre acompañó a un presidente que
cuando dirigía a Boca se cansó de ganar finales por penales o que se
enfrentó en la elección del año pasado a un peronismo cuyo líder solo
estaba preocupada por destratar a su propio candidato?
¿O la fortuna de
que un José López decida volverse loco dando vueltas con nueve millones
de dólares y tocando la puerta de un convento a las 3 am?
Dicen
que Napoleón Bonaparte, cuando debía decidir ascender a un general,
siempre preguntaba lo mismo: "¿Cuál de estos es que el que tiene mejor
suerte?".
Pero Pablo Neruda, descreído del poder de la buena estrella en la vida
de los hombres, dice que la (mala) suerte es el pretexto de los
fracasados.
¿Lo del Presidente es solo suerte?
¿No será hora de comenzar a dejar de subestimarlo?
fuente
"infobae", 31.07.2016
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