SOMU: NEGOCIADOS Y CORRUPCIÓN
{Ver entrada del 19.02.2016: "Sindicalista en Problemas"}
Política
domingo 28 de febrero 2016
La trama de negociados y corrupción que provocó la caída del "Caballo" Suárez
Por: Fernando Morales
Luego de 27 años al frente del Sindicato Obreros
Marítimos Unidos, su renuncia fue precipitada por la intervención
dispuesta por el juez Canicoba Corral.
Investigan denuncias de
administración fraudulenta

Varios han sido los casos en los que el ministerio de Trabajo
dispuso la intervención de un sindicato por cuestiones relativas a su
condición de entidad gremial.
Normalmente siempre han sido por hechos
relacionados a la pérdida de legitimidad por parte de sus dirigentes o
por cuestiones relativas a la personería gremial.
En otras oportunidades, dirigentes gremiales de renombre terminaron en prisión.
Tal el caso de Juan José Zanola (Bancarios) o José Pedraza (Ferroviarios)
-este último logró prisión domiciliaria esta semana- sin que ello
implicara intromisión del Estado en la actividad de sus respectivos
gremios.
Pero el caso del Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU) es único en la historia gremial argentina,
máxime en tiempos de democracia.
El juez federal Rodolfo Canicoba
Corral dispuso la intervención de la entidad gremial y el inmediato cese
de todos los cargos de la comisión directiva.
Vale precisar que la
intervención la integra un triunvirato encabezado por la diputada
nacional del PRO Gladys González, junto a representantes del ministerio
de Trabajo y de la Justicia.
Es decir, los tres poderes constitucionales
de la Nación.
Tan compleja es la tarea que se ha convocado a un grupo
interdisciplinario de profesionales, abogados, contadores y hasta
oficiales de la Marina Mercante, cada uno de ellos con tareas
específicas para desentrañar lo que constituye un verdadero holding
empresario.
Suárez fue procesado por el delito de "entorpecimiento de la navegación"
Fundada
en 1903, se trata de la entidad gremial que representa al personal de
marinería de la Marina Mercante, el extremo inferior de una escala
jerárquica que tiene en el Centro de Capitanes de Ultramar su extremo
superior.
Ambas organizaciones se entrelazaron en una serie de
emprendimientos comerciales que van desde el negocio naviero hasta la
educación; las mismas, en principio, parecen exceder la razón de ser de
las entidades cuyo objetivo primario es la representación de los
intereses laborales de sus afiliados.
Pero al parecer fueron llevadas
adelante sin que ninguna autoridad nacional las objetara en lo más
mínimo.
A instancias de la denuncia presentada
por un empresario naviero, que también es afiliado al gremio de los
capitanes de buques mercantes, Enrique Omar Suárez fue procesado por
el supuesto delito de "entorpecimiento de la navegación" y por poner en
riesgo la seguridad de la misma.
Esto a partir de una serie de
medidas de fuerza gremiales, que ocasionaban el bloqueo de puertos y la
negación de asistencia a buques que se encontraban navegando en canales
de acceso a puertos o a punto de amarrar en los mismos.
A
esta situación, se agrega la separación de una porción importante de
antiguos directivos del SOMU, quienes despojados antirreglamentariamente
de sus cargos, comenzaron a desenmascarar una intrincada trama de
negocios que terminaron transformando al gremio en una suerte de emporio
de negocios, que aún hoy no llega a ser del todo conocido por la
intervención.
Solo o en sociedad con el antes mencionado Centro de Capitanes de Ultramar, el
SOMU comenzó a manejar empresas navieras, construcción de buques,
negocios con remolcadores de puerto y de empuje, agencias de viajes,
campos, hoteles, y hasta una fundación que dicta cursos incluso para
personal de la Prefectura Naval Argentina, una escuela de marinería y
una radio que lleva el nombre del Papa Francisco y cuya directora fue
elegida personalmente por el Sumo Pontífice
La
génesis de todos estos emprendimientos distó mucho de ser secreta o
reservada.
Con bombos y platillos, y con la presencia de medio gabinete
nacional, Omar Suárez anunció la compra del 35% de la empresa naviera
Maruba.
Un directivo de sus socios del Centro de Capitanes pasó de ser
dirigente gremial a Gerente de Personal de la naviera, es decir a
representar a la patronal, con la tácita aprobación del ex ministro de
trabajo Carlos Tomada.
La puesta en servicio del buque escuela "Manuel Belgrano"
(el único barco dedicado al entrenamiento de marinos si no se cuenta a
la Fragata Libertad) tuvo en su bautismo a la ex presidente Cristina
Kirchner como madrina.
Junto a todo el staff gubernamental, cada
inauguración, cada emprendimiento, cada unidad de negocios que fundaba
el sindicato era ampliamente difundida y siempre con el beneplácito del
gobierno anterior.
Luego comenzaron las
denuncias de ex compañeros de conducción de Suárez, sobre que los
títulos de propiedad o de participación de esos emprendimientos,
invariablemente, estaban a nombre del propio dirigente o su familia o
allegados inmediatos, algo que comenzará a ser materia de investigación
en los próximos días.
Profesores de la Escuela Nacional de Náutica dependiente de la Armada Argentina denunciaron ante Infobae
que la entidad educativa oficial, cuya dirección aún hoy se encuentra
en manos de un afiliado al centro de capitanes, redujo el año pasado los
cupos para que oficiales mercantes realicen cursos obligatorios,
derivando de esta forma " clientes" hacía la fundación del SOMU o hacía
la fundación que los propios capitanes han montado con la única
finalidad de "aumentar la oferta educativa".
Los cursos que son
obligatorios y periódicos rondan cifras de entre $2.000 a $5.000 y se
estima en cinco mil la cantidad de alumnos que cada año los realizan (un
profesional puede llegar a realizar hasta 14 cursos en un año
dependiendo los vencimientos de cada uno de ellos).
Un negocio rentable
contra el que ninguna autoridad militar o civil realizó objeción alguna.
Suarez
y su gente gozan de la presunción de inocencia hasta que la justicia no
determine lo contrario.
Pero es innegable que esta intervención es un
hecho sin precedentes en la historia gremial argentina, no solo por su
forma, sino por el fondo de la misma.
Entre los muchos interrogantes que
se plantean por estas horas, es qué destino tendrán todas las unidades
de negocio de este verdadero holding de un gremio cuyo lema es “Desde
1903 dejando estelas en la mar”.
Vaya si las dejó.
fuente
"infobae", 28.02.2016
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