Además de saber que esté medio lleno o medio vacío, hay que conocer que contiene. Sócrates
29 dic 2015
LAS DJAI Y LA CAMPORA
LAS DJAI Y LA CAMPORA
22.12.2015
Radiografía de la estructura de La Cámpora envuelta en el escándalo de coimas con las DJAI
El cobro de entre 10 y 15 por ciento para conseguir las autorizaciones se había convertido en una práctica habitual.
Télam
Raúl Ferrari
La eliminación de las DJAI,
el polémico régimen de "Declaración Jurada Anticipada de Importación"
que creó Guillermo Moreno para autorizar el ingreso de productos del
exterior, sepulta también un fenomenal negocio montado en estructuras
que controlaba La Cámpora para cobrar "peajes" de entre 10 y 15 por
ciento a empresarios que necesitaban acceder a esas autorizaciones.
Según
confiaron a LPO fuentes del sector importador, en el último año -cuando
empezaron a ver que podían ser desalojados del poder- la práctica se
había generalizado y consistía en cobrar una coima del 10 por ciento a
grandes importadores que requerían ingresar mercadería por millones de
dólares mensuales.
Pero a las Pymes que necesitaban autorizaciones para
montos chicos, de algunos miles de dólares mensuales, el peaje era del
15 por ciento "porque si no, no es guita", argumentaban los que
controlaban el sistema.
Este medio había revelado
que después de la primera vuelta electoral, y ante la inminencia de una
derrota, desde el Ministerio de Economía habían empezado a agudizar
esta práctica.
Necesitados de productos y frente a la futura
devaluación, a los empresarios le cerraba el pago del 10 o 15 por ciento
extra y, por ende, aceptaban el mecanismo ilegal.
La operatoria
estaba a cargo de la secretaria de la subsecretaria de Comercio
Exterior, Paula Español, integrante de la mesa chica del entonces
ministro de Economía, Axel Kicillof, y dependiente del secretario de
Comercio, Augusto Costa.
En el ministerio que conducía
Kicillof argumentaban que ellos habían dispuesto un sistema online sin
contacto con los importadores para terminar con las discrecionalidades
de la época de Guillermo Moreno.
Sin embargo, los empresarios
consultados afirman que aquellos que accedían a pagar coimas podían
sortear la barrera digital y eran recibidos. Las
fuentes del sector importador incluso explicaron a LPO que las
maniobras se veían a plena luz en los locales comerciales.
Por ejemplo,
en el mercado de las notebooks, en negocios como Compumundo, se
encontraban determinadas marcas con muchos modelos, otras con pocos y
otras que directamente no lograban ingresar sus productos.
Diferencias
curiosas porque las que lograban ingresar la mercadería como las que no,
provenían generalmente del mismo país y estaba construidas casi con los
mismos componentes.
Algo
similar se puede observar en el sector de la ropa, con empresas que
pueden entrar su mercadería y otras hartas de las trabas directamente
abandonaron el mercado argentino.
Tan perverso
era el sistema que cuando se acercaban fechas de mucho consumo como el
Día de la Madre, Navidad u otras similares, desde la repartición a cargo
de Paula Español empezaban a pisar todas las autorizaciones para
obligar a los empresarios, desesperados, a negociar.
Lo mismo cuando
detectaban que una firma estaba por lanzar algún producto nuevo.
La trama fina del negociado
Los
empresarios que sufrieron en carne propia el sistema sostienen que las
maniobras provenían de la Subecretaría de Comercio Exterior que hasta el
9 de diciembre condujo Paula Español, una economista que respondía a
Kicillof y Augusto Costa.
Pero en el kirchnerismo niegan que la
funcionaria estuviera al tanto de este esquema, una respuesta habitual
ante este tipo de denuncias. Augusto Costa junto a sus subsecretarios Ariel Langer y Paula Español.Una
fuente al tanto de estas prácticas reveló a LPO que Español había
montado un círculo de funcionarios afines que sostenían su gestión y
estaba integrado por Matías Ginsberg, Andrés Tavosnanska y Matías Alfie,
asistidos por las tres "secretarias" de Español, de nombres Georgina,
Tamara y Paula.
Las fuentes explicaron que debajo de esta
línea de funcionarios, cada vez que había una dificultad para destrabar
un envío, aparecían "gestores" que ofrecían la solución al problema
cambio del porcentaje citado.
Lo curioso es que la propuesta solía ser
efectiva.
Es decir, tenían el poder de destrabar las autorizaciones.
En
la época de Moreno, a quien los empresarios le reconocen que jamás les
hizo una propuesta de este tipo, había sin embargo un peaje a pagar.
Casa (sic) tanto se les pedía que aportaran entre el 7 y 8 por ciento del
envío para "los muchachos" de UPCN, el gremio de estatales que llevan
adelante las distintas estructuras de Comercio.
La sospecha
de los empresarios es que las autoridades máximas no podían no estar al
tanto de lo que ocurría porque en el último año el sistema se había
degenerado y abarcaba prácticamente todos los sectores, era estructural.
Tanto
era el desbande que las empresas multinacionales a las que se les hacía
cada vez más complicado esconder esos pagos extras, empezaron a
recurrir a los tribunales para conseguir amparos para destrabar la
mercadería.
Pero como la Argentina es una tierra de inagotables
oportunidades, salieron de una red para caer en otra: En algunos de los
juzgados competentes, en lo que tenía injerencia la AFIP, se les pedía
un diez por ciento de retorno para abrir el expediente y sacar el
amparo.
Con un agravante: Cuando en la Secretaría de Comercio a cargo de
Español recibían la orden judicial, esa empresa pasaba a ser mala
palabra y ya no le autorizaban ninguna importación.
Furiosos,
varios de esos empresarios analizan ahora demandar a los funcionarios
implicados y pedir a la Justicia que investigue el patrimonio de algunos
responsables de la Subsecretaría de Comercio Exterior durante la
gestión de Español
fuente "LaPolíticaOnline", 22.12.2015
PREVIAMENTE
28.10.2015
Denuncian que La Cámpora montó un fenomenal negociado con la autorización de importaciones
Tras la elección del domingo se disparó la práctica de pedir un 15 por ciento de retorno a cambio aprobar la DJAI.
Flickr
El
final de ciclo se combinó con la crisis severa de reservas y convirtió
el acceso a los dólares oficiales para importaciones en un virtual
seguro de cambio, que La Cámpora comenzó a utilizar para montar un
negocio fenomenal, mediante el cobro de un 15 por ciento de retorno a
los empresarios a los que libera las DJAI para importar, afirmaron a LPO
empresarios al tanto de lo que ocurre en la Secretaría de Comercio
Exterior, que lidera la camporista Paula Español.
El mecanismo denunciado es muy simple, los gestores vinculados al camporismo garantizan la aprobación de las Declaraciones Juradas Adelantadas de Importaciones (DJAI) a aquellos que acceden a pagar la coima.
Estas
prácticas -clásicas en sistemas híper regulados y sometidos al arbitrio
del funcionario de turno-, se agudizaron desde el lunes pasado cuando
enterados que habría ballotage con destino de derrota para el
oficialismo, los camporistas se lanzaron a aprovechar al máximo sus
últimas semanas en el poder.
Quienes
frecuentan las oficinas de la Secretaría de Comercio Exterior de
Diagonal Sur, dan cuenta de una actividad frenética y en un verdadero
efecto "Puerta 12" decenas de operadores empezaron a traficar las
aprobaciones de DJAI a cambio del retorno del 15 por ciento, confirmaron
a LPO las fuentes consultadas.
La
alarmante pérdida de reservas que le está metiendo una presión
inusitada a la cotización del dólar, agravó el cuadro porque convirtió a
las DJAI en un verdadero seguro de cambio ante una eventual
devaluación.
Los importadores que consiguen la aprobación de sus pedidos
se aseguran un dólar $9,52 para el año 2016.
Con una brecha cercana al 50% entre el tipo de cambio unificado esperado para el año próximo
en torno a $14 y el oficial actual que ronda los $9,50, los empresarios
consideran que sigue siendo razonable pagar el 15% de retorno para
minimizar los riesgos de una eventual devaluación.
En los 3 días
posteriores a los comicios del domingo, se duplicaron las DJAI aprobadas
diariamente, reveló una fuente a LPO.
De sostenerse este ritmo de
aprobaciones y la brecha, el Banco Central transferiría hasta US$ 2.000
millones a los importadores.
Se trata de más deudas para un BCRA
extenuado en reservas y saturado de compromisos, pero claro, será el
próximo Gobierno el que deberá lidiar con esa realidad.
En
la medida en que no hay registro público de los beneficiarios de las
aprobaciones de las DJAI, y solamente se dan a conocer a mes vencido el
volumen de importaciones y exportaciones, no se puede acceder a los
nombres de las empresas favorecidas en estos días.
Los empresarios no
son partidarios de que las DJAI sean públicas porque contienen
información comercial privada y sensible.
No obstante, la ausencia de la
nómina y montos de beneficiarios es un incentivo perfecto para el
despliegue de prácticas corruptas.
Fuentes
oficiales de la Secretaría de Comercio Exterior consultadas por LPO,
desmieron categóricamente las acusaciones y afirmaron que "en nuestra
gestión no existe la categoría coima para nada ni nadie."
Y agregaron
que se trata de acusaciones repetidas y carentes de pruebas y
fundamentos.
"Nadie maneja ni controla nada por fuera de la estructura
de la Secretaría.", concluyeron.
El fracaso de un sistema
Las
DJAI se comenzaron a aplicar durante la gestión de Guillermo Moreno
-cuando era el hombre fuerte de la economía kirchnerista-, pero Axel
Kicillof las mantuvo bajo la administración de Agusto Costa, que es el
jefe real inmediato de Paula Español.
Se
trata de un sistema típicamente que en el régimen de control de cambios
que vive la Argentina, opera como regulador de la balanza comercial,
con el declarado objetivo de evitar la fuga de divisas y promocionar la
actividad productiva y el empleo asignando dólares baratos para la
importación de insumos industriales y la limitación de la importación de
bienes superfluos o que pueden producirse en el país.
En
lo concreto, el efecto conseguido fue el contrario, ya que numerosas
industrias se quedaron sin insumos básicos para operar, a medida que se
iba agravando la pérdida de reservas.
Se trata además de un mecanismo
propicio para la corrupción, ya que el otorgamiento de las DJAI es
arbitrario y secreto y suele beneficiar a los amigos del gobierno.
La
única manera de eliminar este sistema sería liberando el dólar, lo que
explica como la gestión de Kicillof se fue enredando en su propio
laberinto.
Empresarios
Pymes consultados por LPO confirmaron haber escuchado que hay quien
pagando consigue las autorizaciones, pero aclaran que para las pequeñas
empresas es imposible conseguir esta
clase de favores porque Augusto Costa con la bandera de la
transparencia hizo informatizar el sistema y prohibió el contacto
personal que caracterizaba la gestión de Moreno.
Desde
la Cámara de Importadores, Rubén García es categórico: “Hay mucha
versiones entre pasillos, pero nosotros no tenemos noticias de eso.”
García si se queja de que “si algo ha caracterizado a la gestión de esta
administración pública es que no atiende al público. Difícilmente
atienden el teléfono. Todo contacto es vía e-mail.”
Por
eso, los empresarios que no son cercanos al gobierno o no acceden a las
ventanillas especiales para liberar sus importaciones, han comenzado a
presentar amparos judiciales para que la Secretaría de Comercio les
libere los dólares con los que pagarles a sus proveedores.
De hecho, ya
suman más de US$ 4.000 millones las deudas con importadores, que el
Central sigue contabilizando como parte de las reservas.
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