¿LO DIJO CFK?
Cuando el relato kirchnerista hace agua
Esta frase se remonta al 21 de agosto de
2012 y, aunque parezca increíble, la expresó la propia Cristina
Fernández de Kirchner. Lo hizo durante un acto en el hotel Sheraton de
Retiro, en el que anunció, por tercera vez en cuatro años, el proyecto
de las represas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic sobre
el río Santa Cruz.
Aquella frase muestra con elocuencia las
deficiencias de los hospitales públicos o al menos la desconfianza
presidencial en ellos, habida cuenta de que en todas las ocasiones en
que sufrió algún problema de salud o algún accidente, la Presidenta
recurrió a centros asistenciales privados. Recientemente, como
consecuencia de su resbalón y caída en El Calafate, que le provocó la
fractura de un tobillo, la jefa del Estado debió viajar a Buenos Aires
para internarse en el Sanatorio Otamendi.
En octubre de 2013, para someterse a una
cirugía por un hematoma craneal, fue llevada a la Fundación Favaloro.
Dos meses antes, se realizó un chequeo programado en el Sanatorio
Otamendi, en tanto que en enero de 2012 fue operada de tiroidectomía por
un supuesto cáncer, luego descartado, en el Hospital Austral.
Del mismo modo, cada vez que los
familiares más directos de la Presidenta requirieron asistencia médica,
fueron internados en establecimientos también privados. Los casos más
recordados son los de Máximo Kirchner, derivado desde Santa Cruz al
Hospital Austral de Pilar por una infección en una rodilla, en junio de
2012; de Ofelia Wilhelm, la madre de la Presidenta, quien este año fue
intervenida por una fractura de cadera en el Sanatorio Otamendi, y de
Florencia Kirchner, internada a principios de diciembre en la Fundación
Favaloro por "un problema ginecológico menor", según la información
oficial.
Los últimos días dan cuenta de otras
contradicciones entre el relato kirchnerista y la realidad en otros
órdenes de la economía. Vale recordar que, cuando debió justificar ante
congresistas la necesidad de que YPF volviera a ser controlada por el
Estado, el ministro Axel Kicillof cuestionó la política de precios de la
nafta de las compañías petroleras y sugirió que los precios de los
combustibles al público serían más accesibles con YPF en manos del
sector público.
Pero lo cierto es que nunca el precio de
las naftas al público creció tanto como desde que el Estado nacional se
hizo de la mayoría de las acciones de YPF, expropiadas a la española
Repsol. Sólo este año, el precio de la nafta súper experimentó un alza
cercana al 45 por ciento.
Y recientemente, en momentos en que el
precio internacional del crudo acumula un descenso superior al 40 por
ciento en lo que va del año, apenas se anunció una rebaja de los precios
de las naftas del 5 por ciento desde los primeros minutos de 2015.
Las distorsiones de la economía
argentina encuentran muchos más ejemplos. Más de una vez, el relato
kirchnerista señaló que las retenciones a las exportaciones agrícolas
ayudarían a "cuidar la mesa de los argentinos". El impuesto a las ventas
al exterior del trigo argentino, se dijo, permitiría evitar aumentos en
el precio del pan que consumen los argentinos. Sin embargo, mientras en
los últimos diez años el precio internacional del trigo ha descendido
levemente, en el mismo período los argentinos han visto crecer el precio
del kilo de pan desde $ 2 hasta alrededor de $ 24 en la actualidad.
Fernando Laborda
Twitter: @flaborda
Twitter: @flaborda
FUENTE
"lanacion.com" (NOTIAR.COM.AR), 30.12.2014
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